Iba yo paseando camino del trabajo (o sea, de mal humor) cuando me encuentro una farola con este anuncio, que arranqué para vuestro deleite:
Menos pedir una fotocopia compulsada de un grabado de Miró, el tío no se ha dejado ni un requisito. Algunos de ellos normales y razonables: que no sea fumador, que no tenga alergia a los gatos (por su propio bien, yo aviso), un mínimo de no sé cuántos meses. Otros que rondan ya el tiquismiquismo: trabajo de jornada completa y de día -¿y si trabajo seis horas al día?-, que no sea estudiante (¿por los porros, por las fiestas, por resacas, por irresponsables?. y un requisito lisérgico: que viaje algún fin de semana (mínimo 1) regularmente al mes fuera de Madrid.
Ostras, ¿eh? Aparte de la construcción de la frase ("Argh, ¿cómo salgo de esta frase?" Coño, dale a borrar y vuelve a escribir desde el principio, papanatas), la condición sólo puede provocar inquietantes preguntas:
1. ¿Por qué me tengo que ir fuera de Madrid? ¿No puedo ir a Alcalá de Henares? ¿O a una fiesta en casa de unos amigos? ¿Te da miedo que nos encontremos?
2. ¿Para qué quieres tener la casa un fin de semana al mes, en exclusiva? Se me ocurre que para follar -a vosotros también se os ha ocurrido, guarretes-. Triste vida, una vez al mes nada más. Será que es suficiente. O sea que será una orgía. Una orgía una vez al mes está bien. Pero entonces, ¿por qué no dejar que se una tu compañero de piso, egoísta? ¡Que es una orgía! La única alternativa razonable es que el tipo necesite el piso entero (con sus 180 metros de terraza) para hacer misas negras. Como diría el doctor House, lo explica todo: el tonito del sujeto, la expresión de lo de regularmente fuera al mes libre de sobrexposición adulto fin de semana, que tenga que ser fuera de Madrid, lo de la alergia a los gatos y la terraza de 180 metros (180= 6x30= 6+3+0=9, y 1+8+0=9, septiembre= mes 9, las ventajas que ofrece son 9 y otros datos cabalísticos y/arcanos que no tengo tiempo de inventarme), lo del Fin del Mundo de ayer, que habitación no vaya acentuado...