martes, enero 29, 2008

Teatro y más teatro

La semana pasada fuimos al teatro, y quizá tuviera algo que ver el hecho de que hacía meses que no salíamos de casa nosotros dos solos (aquí la razón, por si no se acuerdan), pero nos encantó la obra que vimos: Mi misterio del interior, de un grupo llamado Ron LaLá, del que no habíamos oído hablar en la vida.

La obra está compuesta por distintos sketches interpretados por cinco jóvenes actores que actúan y cantan en directo; aunque hay una levísima hilazón entre los números -ellos dicen que todos tratan de la identidad del ser humano; claro, así cualquiera dice que tienen el mismo tema- en realidad son independientes. ¿Y cómo son? Pues divertidísimos. La obra -o el grupo- tiene influencias evidentes de Les Luthiers -no hay más que ver el título-, de Faemino y Cansado, Woody Allen, hasta de Martes y Trece -quién lo diría a estas alturas-. Todo ello tamizado por la cultura basura de los años ochenta que tanto nos gusta a nuestra generación, al estilo chanante pero sin parecerse nada a ellos. Ya es mérito alejarse del humor chanante en los tiempos que corren, cuando parece que hay que elegir entre el Club de la comedia y las imitaciones de Karpov, Karpov, hueles a caldofrán.

Los de Ron Lalá se fajan bien en la distancia corta -tampoco es que el Alfil deje mucho espacio, claro- y cuentan con un público entregado casi desde el primer momento. El espectáculo va ganando tras un inicio titubeante -aunque cantar en el primer gag Yo soy Flik yo soy Flak somos dos en un reloj y mirándonos tú podrás decir si ha llegado ya la hora de dormir hace que ganen cien puntos en mi escala- y va arrastrando al público a través de números desternillantes, favoreciendo la participación del espectador -yo siempre lo he odiado eso, pero ya ves-, como en el caso del genial Tiro al tuno, donde los espectadores tratan de derribar con pelotas a unos tunos colocados como en una barraca de feria, mientras estos cantan:

Los tunos
son los cojones
del grueso pene
de España

En fin, que lo recomendamos vivamente porque además se atreven a cachondearse de los polacos, y eso en estos tiempos de pacatería hay que premiarlo. Dénse prisa que no sé cuánto van a durar; están ya en plan Prorrogamos porque tú lo has pedido, y eso igual dura un mes que un año.

Y el sábado pasado, confiados en nuestra buena racha con el teatro, llevamos a Julia a una obra de teatro para bebés (de 0 a 3 años, decía). Como Julia ya tiene 3 pensamos que le gustaría ver La geometría de los sueños, y allá fuimos. Rebeca se tuvo que quedar fuera para no llenar de adultos el teatro, y pasé con Julia. Antes de entrar nos dieron unas directrices: pónganse aquí, no graben ni saquen fotos, no hablen, por favor no hablen con los niños para que estos se hagan su propia interpretación de la obra.

Y pasamos y enseguida me di cuenta de que para mí iba a ser una putada no hablar de la interpretación de la obra porque así no tendría quién me la explicara. Una mujer portuguesa está sentada. Cuando callamos, nos dice que va a contar la historia de la piedra. Bien hasta ahí. La piedra que quería ser nube. Bien. Y ya cuesta abajo: Pie... pie... pie... piedra... Y tiraba lentejas sobre una piedra atada a una cuerda... Y un niño gritaba en una grabación: ¡Piedra, piedra! Y entonces tiraba harina en un plato. ¡La piedra no sueña! ¡No sueña! Los huesos... ¡de la tierra! Acojonaba, de verdad. No me extraña que no quisieran que grabáramos la escena, así no tengo pruebas y todos pensáis que estoy loco, pero no. O a lo mejor pensáis que nos colamos y estábamos viendo Homenaje al Dadaísmo, pero tampoco. En realidad era parecido a esto:



¿Y los niños? Pues tan panchos. mientras los padres evitábamos las miradas de los otros para no echarnos a reír, ellos permanecían de lo más atento. Cuando acabó -necesitamos varias indicaciones para saber que era el momento de aplaudir- una niña se acercó y le dio un beso a la actriz. Que digo yo que estaría amañado, a lo mejor ella tenía un cacahuete escondido en la falda o algo así, porque si no no me lo explico. Y entonces los demás niños se levantaron a darle besos a la actriz. De no creérselo. Como animándola a que siguiera por esa senda. Y los próximos niños, que se jodan.

En resumen: si queréis ir al teatro ir a ver a Ron Lalá. Y huid de La geometría de los sueños. A menos que tengáis menos de tres años.

lunes, enero 21, 2008

Sin excusas

De vez en cuando hablamos aquí de anuncios ingleses y americanos y desgranamos un montón de excusas que justifiquen por qué nosotros no hacemos esos anuncios. Están los medios, claro, que permiten que ellos tengan superproducciones, tanto dinero que nunca veremos nosotros ni aunque juntáramos todos nuestros anuncios. Está el hecho de que sus spots duran un minuto en lugar de nuestros raquíticos veinte segundos. Está que ellos tienen mucho más tiempo para pensar. Está que tienen clientes capaces de aprobar cosas distintas, capaces de arriesgarse, clientes que saben qué está bien y qué mal.

Entre las excusas que ponemos nunca esta la de nuestra falta de talento. Casi siempre nos sabemos capaces de pensar esa idea que vemos rodada en Inglaterra. Podría habérsenos ocurrido, con las condiciones adecuadas: el tiempo adecuado, el cliente adecuado, el presupuesto adecuado, el briefing adecuado. La mayor parte de las ideas están a nuestro alcance; otra cosa es que no podamos llegar a ellas por diversas circunstancias.

El otro día me enseñaron un anuncio de Bartle Bogle Hegarty, una de las dos agencias que revolucionó la industria en los ochenta. Es un anuncio para Vodafone. Sé que en mi puta vida se me habría ocurrido algo como esto:



Luego está, claro, que no habría conseguido cliente que me lo aprobase, que lo habría tenido que hacer en veinte segundos en vez de en minuto y medio, que no habría tenido los mismos medios y en vez de Judi Dench habría tenido que coger a Amparo Baró. Pero eso son excusas.

martes, enero 15, 2008

Tareas pendientes

Se nos acumulan las cosas que tenemos a medias, como por ejemplo dormir más, invitar a Heidi Klum a que colabore en el blog, hacernos inmensamente ricos (a ver si a partir del 12 de febrero), hacernos inmensamente ricos, hacernos inmensamente ricos e invitar a Heidi Klum a dormir más con nosotros. En fin, lo que todo el mundo.

Y entre las tareas que teníamos pendientes desde la noche de los tiempos están recomendar la visita a dos páginas a las que me unen motivos más o menos sentimentales. La primera se ha hecho en la casa en la que llevo ahora los grilletes, y pertenece a la campaña para impulsar la TDT en este país nuestro. Se llama Manolo y la Vane y recomiendo una visita ipso facto (anda que no mola la expresión ipso facto).

La segunda se ha hecho en la casa en la que llevaba antes los grilletes; es el lanzamiento de un nuevo medio de comunicación (o lo que sea), soitu.es. Cuatro vídeos que nacieron con vocación de viralidad (yo los enlazo demasiado tarde porque soy así, despistado).

Para otro día dejamos la importancia de internet para la publicidad futura y qué significa (y qué creen los clientes que significa) la viralidad. Ya tenemos tarea pendiente.







jueves, enero 10, 2008

Menos mal que la gente nos anima con cosas como esta

Nos manda César pensando que nos puede gustar (con muy buen criterio, muchas gracias) una foto de una ferretería cercana a su lugar de trabajo. Esta es la foto:


Fíjense en la psicodelia de la imagen, con los carteles, las paletas, los zapatos, los picaportes y ese misterioso "Cartucho antihollín", pero no vamos a eso. Ya lo habrán visto ustedes, pero por si acaso hagamos zoom sobre el delicioso cartel escrito a mano:


No me digan que no es maravilloso que haya que especificarlo. La de veces que habrá entrado alguien a preguntar cuánto costaba la tienda, para que el tío, negro ya, haya decidido ponerse a escribir el cartel de aclaración. Creo que ese podría ser otro estupendo subconjunto en esta afición nuestra de los carteles y las pintadas, los carteles de aclaración de ideas (aquí es que nos gustan mucho los paréntesis).

En este caso concreto sólo echo de menos una cosa (pero vamos, ya aparecerá en su momento, me juego esta mano que está escribiendo este piranlasdasldhaksdsjd): un segundo cartel escrito a bolígrafo en el que se pueda leer: "El cartel en venta no es el que está escrito a mano aclarando que se vende el cartel, no la tienda, sino el otro cartel. Que tampoco es este que tiene este mensaje, sino el otro, el de colores. El de colores vivos, este tiene colores pero menos, vamos, me refiero a ese en el que viene dibujado un teléfono como este que dibujo aquí ahora para que os hagáis una idea, bueno, pues igual, pero vamos, este cartel y este teléfono no, el otro. El del principio. Bueno, mira si me haces una oferta por la tienda me lo pienso y me quito de líos".

sábado, enero 05, 2008

Comienza la Reconquista

Año 2007. Toda Hispania está ocupada por muñecos de Santa Claus que trepan por las casas. ¿Toda? ¡No! Un grupo de valientes se niegan a participar en esa patochada del gordo que trepa y han decidido contraatacar:

Foto cortesía de mi hermano

Con su propia patochada. De momento son pocos, se ven por ahí y por allí -fíjate bien, al fondo- y los colorados siguen siendo mayoría, pero estoy seguro de que los reyes magos que trepan por los balcones acabarán triunfando, visto ese inquietante movimiento popular que propugna la vuelta a la tradición de los Reyes Magos, que una agencia de publicidad ha aprovechado para hacerse una divertísima página, Yo soy de los Reyes Magos (ya la conocerán ustedes, pero por si acaso). Por cierto, alguien tendría que acabar con los hiphoperos, pero ese es otro tema.

A lo que iba. Hablaba de inquietante movimiento popular porque, ocultos entre la gente que se toma el tema a cachondeo, otros convierten la conservación de los Reyes Magos como leitmotiv de su vida, rebelándose contra las tradiciones que vienen de Estados Unidos, como Papá Noel, Halloween (con esta hemos ganado, me vas a comparar Halloween con ir al cementerio a llevar flores) o el wrestling. Por alguna extraña razón, convierten algo minúsculo como esto en un ataque a la patria -malditas costumbres extranjeras-. La patria, para ellos, no es más que los Reyes Magos, la siesta, Fernando Alonso y quejarse de la selección española de fútbol, ahí reposa la esencia del país. Y en tomarse las uvas, cómo no te vas a tomar las uvas. Claro que si no está en esos detalles, ¿dónde está la esencia de un país?

A mí me parece bien conservar a los Reyes Magos, al menos hasta que Papa Noel abandone su soberbia y empiece a hacer cabalgatas. Porque lo más bonito de la Navidad son las cabalgatas, miles de niños gritando entusiasmados, miles de padres sacando lo peor de sí mismos y luchando por cuatro putos caramelos, comportándose de la manera más mezquina para atrapar dos piruletas más que el de al lado, quejándose amargamente porque este año la cabalgata ha sido muy pobre, "apenas tiran nada", jugándose la vida por coger un caramelo que está en el suelo, a punto de ser atropellados por la carroza de los pingüinos. Ah, eso sí que es una tradición típicamente española...

miércoles, enero 02, 2008

2008

De pronto todos los blogs se llenan de felicitaciones de año nuevo, se hacen repasos de lo acontecido en el año pasado, se cuentan los nuevos propósitos, se vuelve a felicitar el año.

Pues aquí no lo vamos a hacer, no nos da la gana, nos cae gordo el 2008 (no en vano está compuesto de números gordos), es más, no vamos a hablar nunca del 2008; es más otra vez, o sea mucho más, no vamos a escribir hasta que se acabe el 2008 con tal de no verlo, no saldrá de nuestros ordenadores ningún artículo que se pueda entender como una felicitación del nuevo año, ni siquiera cometeremos el error de escribir un artículo que parezca un ataque al año nuevo por si acaso lo que la gente entiende es que estamos lo felicitando de una manera encubierta y sobilina, de hecho este texto que podría parecer precisamente ese artículo no existe, quiero decir, existe pero tú lector no vas a leerlo nunca porque no voy a publicarlo, en cuyo caso es absurdo que hable contigo porque en el fondo tú no me estás leyendo, es como si estuviera loco y hablara solo, ¿no? No contestes, es una pregunta retórica, y además ni siquiera la has leído, acuérdate, ya te lo he explicado. Bueno, te lo habría explicado si lo hubieras leído, que no lo has hecho porque este texto no existe. Podría decir: feliz año 2008 y daría igual, no lo has leído así que podría decirlo diez veces sin traicionar nuestra intención de no felicitar el año: feliz 2008, feliz 2008, feliz 2008, feliz 2008, feliz 2008, feliz 2008, feliz 2008, feliz 2008, feliz 2008. Que sólo son 9, sí, para no existir como lector eres un picajoso. En fin. A ver si llega ya el 2009.

Actualización: ¿Por qué los planes siempre salen mal? Maldito 2008.
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