lunes, marzo 31, 2008

Alta fidelidad


Y no es lo que pedimos a los visitantes asiduos de este blog tal y como está la cosa últimamente. Con Txiqui Palomares viviendo en su empresa y con la moi hasta arriba de maternidad y compromisos varios.

Con Alta Fidelidad me refiero, por supuesto, a la obra homónima de ese fantástico inglés llamado Nick Hornby. Hacía tiempo que quería hablar de este autor en el blog a colación de un asunto que surgió en los comentarios y el cine me ha dado la oportunidad. En una incursión que hizo el Sr. Palomares en la Fnac (incursión que no degeneró en ninguna cacería sangrienta, puesto que tenía un cheque regalo con valor de 100 euros) regresó a casa con un DVD "Precio Estrella" de la adaptación que Stephen Frears hizo en el año 2000 con John Cusack en el papel protagonista (también trajo tres cosas más. Hoy en día con un cheque regalo de 100 euros en la Fnac te comes los mocos). Ni que decir tiene que John Cusack es uno de mis actores favoritos de largo y que me gusta prácticamente cualquier peli en la que él interviene... y que Nick Hornby me encanta, así que en cuanto mis hijas volvieron a concederme siete horas seguidas de sueño metí el DVD en la máquina y me vi la película de cabo a rabo.

Me enganchó como la primera vez.

Tanto como el libro.

Y es que Alta Fidelidad tiene todos los ingredientes para convertirse en uno de mis libros (o películas) de cabecera. Es ácido, irónico, está lleno de diálogos chispeantes, de costumbrismo, de personajes divertidos pero al mismo tiempo difíciles... y, sobre todo, de personajes reales. De esos que te hacen exclamar mientras lees "¡eh, a ese tipo le conozco yo!"·

Para los que no lo habéis leído (insensatos, ¿qué habéis hecho con vuestra vida?) el argumento es más o menos el siguiente. Rob Fleming tiene 38 años pero sigue viviendo su vida como si tuviera 19 perdiendo su tiempo y su dinero en una ruionosa tienda de discos de segunda mano, lo que provoca que su última pareja, Laura, rompa con él al principio de la novela. Pero Rob es incapaz de reconocer un error aunque lo tenga delante de sus narices llevando un tanga fosforescente, como es incapaz de comprender su vida sin B.S.O., como es incapaz de reconocer que está hecho polvo porque él es un tío y los tíos no lloran y bla, bla, bla. Su actitud patética y victimista le lleva a hacer un recorrido por todas sus rupturas sentimentales, intentando en vano encontrar la respuesta a por qué le va tan mal con las mujeres, aunque realmente es una respuesta que no quiere saber. Para colmo de males, apenas se relaciona con el mundo exterior, sólo con sus dos estrafalarios empleados, tan obsesionados con la música como él... y tan desastres en todo lo demás (a uno de ellos le interpreta Jack Black en la peli y, en serio, lo hace de miedo). Poco a poco somos testigos de cómo se hunde en un pozo sin fondo y eso es precisamente lo mejor de la novela. Porque cada línea, cada palabra, es como si Rob estuviese sentado delante de ti, contándote lo que le está pasando, tan real como si estuvieras tomándote un café con él. Algo que Stephen Frears supo trasladar muy bien luego a su película. Y qué decir de John Cusack, of course.

Pero ¿por qué os estoy hablando de Alta Fidelidad o de Nick Hornby y de las características de Rob, ese héroe de ficción atípico que busca su madurez incapaz de comprometerse con nada y de tomar una decisión adulta? Pues porque Rob me recuerda a muchísimas de las heroínas de lo que hoy se llama literatura chick lit. De hecho, Alta Fidelidad podría ser perfectamente una novela de chick lit con todos esos elementos de comedia romántica pero con un punto negro, urbana, costumbrista, irónica, divertida, centrada en las relaciones del siglo XXI, con un protagonista que está buscando la perfecta relación, que habla al lector como si fuera su mejor amigo, que se desnuda en cada página, que describe las ansiedades de una nueva generación... si no fuera porque la ha escrito un hombre. Si ¡hasta está llena de listas como en las novelas chick lit! Porque si hay algo en la vida que se le da bien a Rob y a sus compañeros de curro es hacer listas estúpidas. Como estas (tomadas de Microsiervos, donde encontraréis muchas más):

Primeros cinco grupos o músicos que habría que matar a tiros cuando llegue la revolución musical: Colección horrorosa de compacts de Paul y Miranda. Una colección tan horrososa, tan mala, que lo mejor sería meterla en un contenedor metálico y mandarla a un país del tercer mundo. Están todos, no falta ni uno: Y me diréis que Alta Fidelidad está mejor escrita que muchas novelas chick lit. Por supuesto: las hay peores y las hay igual de buenas. Pero a Hornby nunca le encontraréis en el stand de chick lit (a él le colocan en contemporánea) y a Lisa Jewel sí. Y creo que están al nivel. Como lo está Jennifer Weiner. Otras novelas de este autor como Fiebre en las gradas, Érase una vez un padre y Cómo ser buenos son claro ejemplo de ello. ¿Qué adónde quiero llegar? Prefiero que saquéis vuestras propias conclusiones.

miércoles, marzo 26, 2008

El verdugo



Azcona, ese hombre con el humor venenoso que tanto nos gustaba:

-¿Y el asesino de la fulana?
-Se ha escapado, no hay quien lo encuentre.
-Bueno, menos mal.

miércoles, marzo 12, 2008

Mr. Pixelman ataca de nuevo

No era mi intención hablar en este blog constantemente de Sabrina: 1 - El Mundo: 0 para emular a aquel famoso escritor que se cogió un cabreo monumental porque en el programa de marras él sólo había ido a hablar de su libro y allí no hablaba de su libro ni Dios. Para hablar de mi libro el Sr. Palomares ha abierto un blog que podéis visitar aquí. Pero ayer me llegó a mi buzón de correo un mail con la última hazaña de Mr. Pixelman que supera con creces todo lo que hizo la semana anterior y que no sólo me ha conducido a cambiar el famoso pollo asado prometido por unas croquetas caseras de cocido de las de toma pan y moja, sino que me obliga a dedicarle a este superhéroe de la modernidad otro post que le otorgue el reconocimiento que se merece. Y es que Mr. Pixelman, armado de sus herramientas como diseñador gráfico sin parangón y una valentía inusitada, ha dado un paso más allá para aupar mi novela en la lista de los super-ventas desafiando empleados entregados del Carrefour de Alcobendas, cámaras de seguridad y guardias jurados. Como soy de las que piensan que una imagen vale más que mil palabras, aquí os dejo testimonio gráfico de la última hazaña de este gran hombre:

Mi héroe

Efectivamente. Mr. Pixelman se ha creado su propio PLV, material para el punto de venta para los no iniciados en el mundo de la publicidad: un display de Sabrina para encastrar como cabecera de góndola. Vamos, lo que se conoce como esto:


¿Servirá de algo estar junto a Noah Gordon en el Carrefour? ¿Venderé gracias a esta obra de guerrilla urbana diez ejemplares más? Sólo el tiempo y el informe trimestral de ventas lo dirán.

lunes, marzo 10, 2008

Miedito

Nos envía nuestra fiel lectora Marta -muchas gracias, salá- un cartel que ha visto en el muy noble pueblo de Illescas, al que la Rus y yo tenemos especial cariño por motivos tan frívolos como este (en realidad hay pocas cosas más frívolas que esta). El cartel es de esos que acojonan nada más verlo, así que no les entretengo más:


Me he quedado tan acojonado que me siento incapaz de buscar un comentario ingenioso para esto. Afortunadamente nuestra lectora nos facilita la vida -esta chica es un chollo-: "debe de existir una gran tradición de protesta tipo mayo del 68 pero más de la España profunda". Con lo de profundo se refiere a las tumbas, claro.

P.D. Si alguien conoce la explicación, que nos la brinde, en vez de insultarnos en los comentarios. Gracias.

viernes, marzo 07, 2008

El vídeo porno de Marisol

Ya, ya sabemos que os tenemos abandonados, que pasamos por aquí de Pascuas a Ramos, ya lo sabemos, perdonad, la vida es así, no la he inventado yo, el mundo real nos tortura a diario. Pero sabed que nos acordamos de vosotros continuamente, y mientras intentamos recuperar nuestra vida hemos pensado brindaros la oprotunidad de ver este vídeo porno que hizo Marisol hace algún tiempo. Bueno, no porno exactamente. Bueno, sí, qué coño:




No había dicho nada de Jaime de Mora para que la sorpresa fuera mayor. Ay, me pregunto cómo era todo antes de YouTube. Si es que existía algo, me refiero.

Actualización: Cuanto más miro el vídeo, más me parece Mariano Rajoy y no Jaime de Mora y Aragón.
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