martes, diciembre 17, 2013

Toda la tierra se alegra y se entristece la mar

Valgan estas palabras del poeta del pueblo, José Luis Perales, para explicar lo que nos pasa en Navidades. Que se nos pone el corazón blandito y pensamos en los que están lejos de nosotros. Qué pena da pensar en ellos. A lo mejor están felicísimos comiendo pollo asado, a lo mejor viven en Argentina y están en la playa tostándose al sol (qué cabrones), pero es inevitable pensar en que es algo triste que nosotros estemos aquí y ellos allí.

Qué lejos.

Con lo poco que cuesta hacer que nos sintamos más cerca. No, dejad el Skype. Algo más bonito, más de corazón, más de cosa que se hace con las manos. Yo os cuento. Os acercáis a una librería. Pilláis un libro, uno barato, tampoco es cuestión de gastarse un dineral. Por ejemplo, este:


Por poner un ejemplo al azar. Lo envolvéis con mimo. Miráis algún sitio de envíos internacionales (este compara cuál es el precio más barato, por ejemplo). Lo mandáis. Feliz Navidad.

¿Os imagináis cuando llegue? No hay nada más bonito que recibir un paquete con un regalo en Navidad. ¿Os acordáis de lo que molaba recibir una tarjeta de Navidad? Pues un paquete mola más aún. Os lo digo yo, que me pongo nervioso cuando me llega un paquete QUE YA SÉ QUE ME VA A LLEGAR Y SÉ LO QUE CONTIENE PORQUE LO HE COMPRADO YO. Me pongo nervioso, sí. Es que es maravilloso. ¿Qué tesoros habrá dentro del paquete, cuánto camino habrá recorrido para llegar hasta mí?

Es que igual alguien baja al chino, zascandilea por ahí y me envía un paquete con esto:




Es un Sadam Hussein bailarín, sí. ¡Oh, maravilla entre las maravillas! Qué joyas guardan en sus estantes los chinos, ¿verdad?

Pues hacedlo. Dad la sorpresa a alguien. Bajad al chino, pillad algo, cualquier cosa, empaquetadlo y mandádselo a vuestro amigo/primo/amante de por ahí. Pensad en su felicidad al recibir un regalo inesperado (a menos que vuestro amigo/primo/amante lea el Cerdo agridulce).

Es más. ES MÁS. Mandadle un regalo en un paquete a alguien que no conozcáis de nada. Cualquier cosa. Una peonza, un bote para hacer pompas de jabón, un plumero, estrellas ninja, un condensador de fluzo, lo que encontréis en el chino. Averiguad su dirección (esto no puede ser difícil en época de Google), haced un paquete, mandadlo.

Convirtamos esta pequeña idea en una grande, mandemos cada uno algún regalo a alguien. Igual empezó el bookcrossing o el postcrossing. ¡Venga! ¡Extended el sentimiento navideño!

Hacedle sentir querido a un tipo con bigote que no sabe de dónde ha salido ese paquete ni quién lo envía. ¡Haced que también él mande un regalo a alguien!

Y ya que estáis enviadme a mí algo también. Que yo también tengo sentimientos.

Perdonad. Se me ha metido el espíritu navideño en los ojos y estoy un poco sensible.

lunes, diciembre 09, 2013

Especial vegetarianos

 Otra de esas cosas que me envía mi hermano

¡Maravilloso! ¿Qué entenderá esta gente por PLATO VEGETARIANO? ¿Será que el propio plato, el recipiente, es vegetariano? Un plato que está hecho de alcachofas, o de espárragos verdes. O de pollo. Porque el pollo es tan sano que podría ser casi una planta. ¡Comed más pollo! ¡El pollo es lo mejor del mundo! ¡El pollo asao podría ser el pilar fundamental de una nueva religión!

martes, diciembre 03, 2013

Epidemia de embarazadas y parches

¿Sabes eso de que te quedas embarazada y de repente empiezan a aparecer embarazadas por todas partes? ¿O que te compras un Seat Ibiza y de pronto te fijas en todos los Seat Ibiza con los que te cruzas?

Vale, quedaos con el concepto mientras hablamos, aparentemente, de otra cosa.

Hace algunos días, a Bensonseñora se le ocurrió una idea genial en Tuiter. Crear un hashtag llamado #fotoTuerti. A imitación de las fotos Tuenti, claro. A mí me entró tal emoción que le dije que me iba a comprar ese mismo día un parche para hacerme la foto al día siguiente. Mientras, me enseñó esta bella foto que parecía que nos animaba a continuar con la idea:


Yo es que no sé decirle que no a las rubias ni a los perros que te guiñan el ojo mientras sacan la lengua.

El caso es que al día siguiente, nada más levantarme, escuché en la radio que durante la noche había muerto María de Villota. Qué casualidades hay en la vida.

María de Villota, por si no sabían quién era o no se acuerdan

Pensé que menos mal que aún no habíamos lanzado lo de la #fotoTuerti, porque es la típica cosa que se malinterpreta. O pensé: qué suerte que he escuchado la noticia en la radio ANTES de hacer nada. Y entonces recibí un guasap de Bensonseñora (sí, qué pasa, tenemos nuestros números de teléfonos y nos escribimos, como los tuitstars que somos) que decía: Igual hoy no es el momento de sacar lo de la #fotoTuerti. Y yo estuve de acuerdo, porque no sé decir que no a las rubias ni a los mayordomos ciegos.

Y quedamos en retomarlo más adelante. Es un poco el A ver si quedamos, que luego nunca quedas. Hay intención, pero nunca quedas. La vida es así, no la he inventado yo.

Y pasaron dulcemente los días.

Y entonces de repente la muy estupenda señorita Kuluska pone en su Instagram una foto. Esta:


Ostras, Pedrín.

Y casi de inmediato surge una polémica en Barcelona con el World Press Photo, porque al Ayuntamiento se le ocurre censurar una de las imágenes que la publicitan. Esta:


Y hay gente que se hace fotos para solidarizarse en Tuiter:


Y como en Tuiter no pasa nada sin que Jaime Rubio esté por ahí zascandileando nos encontramos de pronto con esto:


¿Nos estaba diciendo el Universo que TENÍAMOS que hacer la #fotoTuerti? ¿O nos estaba diciendo que teníamos el poder de desencadenar sucesos, en plan Efecto mariposa? Una tuitera se pone un parche en Madrid y en Tokyo una mariposa pierde un ojo. O como sea el refrán.

Y entonces Bensonseñora y yo volvemos a hablar. ¿Pero tú has visto lo que está pasando? Sí, con el ojo bueno. Jaajajaja. Son pequeños chistes que nos hacemos los tuitstar. Digo: oye, esto del #fotoTuerti hay que ponerlo en marcha, ¿eh? Para Halloween o algo.

Total, que quedamos en eso. Y un día alguien enlaza un artículo sobre asesinatos sin resolver y resulta que en el artículo hablan de la Príncesa de Éboli:


¡Joder! ¿Pero cuántos tuertos hay en el mundo? ¿Qué me estás diciendo, mundo?

¿No me estarás diciendo que reanude la novela que tengo a medio escribir, en el que hay un personaje con un parche en el ojo?

Yo creo que antes no había tantos parches. Si nos ponemos a pensar, el primero que recordamos (Bensonseñora y yo, quiero decir) es el del viejo joven Indy:


Es difícil molar más que el Indiana Jones viejo que salía en Las aventuras del joven Indiana Jones. Un tipo que estaba inspirado (no sé si lo he leído o me lo he inventado, pero Benson también lo sabía) en John Ford:


Vaya fotón, ¿eh? Hay que querer a ese John Ford de parche en el ojo y malhumorado incluso aunque no pienses que es el mejor director de la Historia del cine (háztelo mirar, si ese es el caso). Digo que hay que quererlo porque gracias a ese John Ford malhumorado y tuerto tenemos también al Matt Groening malhumorado y tuerto de algún episodio de Los Simpson:


Es más, gracias a John Ford y su parche John Wayne acabó ganando un Óscar en una película en la que no, no era dirigido por John Ford, pero sí llevaba un parche parecido al suyo:



Que John Wayne con parche es el culmen de la molonidad lo sabe todo el mundo y no vamos a insistir en el tema. Mola tanto que ni siquiera alguien que ya de por sí mola, como Jeff Bridges, es capaz de molar tanto, incluso aunque haga un remake de la película de John Wayne y se ponga un parche.




Y eso que usa el viejo truco de usar esa ropa interior de cuerpo entero que llevaba mi abuelo y los pistoleros más duros del Oeste (otro día hablamos de la ropa interior CON ESTRELLA DE SHERIFF de Robert Mitchum en El Dorado).

Inciso: Si haces un remake de una película de John Wayne en la que lleva un parche, ¿se discute en qué lado se pone el parche?

-En el izquierdo, como John.
-No, ¡que va a parecer que no aportamos nada! En el derecho.
-No, ¡parecerá que traicionamos el espíritu de la obra original!

Y Jeff Bridges se pone el parche en el derecho, porque es un artista arriesgado (mientras escribo esto, en Neox están poniendo Valor de Ley. ¿Casualidad?).

En realidad ponerte un parche hace que sumes 1D10 a tu Carisma, como bien sabe Kurt Russell, que pasó de hacer películas Disney a interpretar a un personaje llamado Serpiente:


Incluso un hortera de bolera como Michael Hasselhoff (sí, no os pongáis estupendos porque lo es) empieza a molar fuerte cuando se pone a interpretar a Nick Furia. ¿Por qué? Porque lleva parche:



Sí, interpretaba a Nick Furia. Cómo te quedas. Michael Knight, Mitch Buchanan y Nick Furia en un solo hombre. Los tres grandes héroes de nuestro tiempo. Robert De Niro habría matado por interpretar esos papeles. En realidad eso es lo que le falta a Robert de Niro para ser verdaderamente grande y no un señor  que engorda y adelgaza: un papel con parche. Ya lo intentó en Frankenstein haciéndose un parche transparente:



Buen intento, pero no, no es eso, Robert. Tampoco vale el truco de Robin Williams de cerrar mucho un ojo:


Y no vale tampoco, Robin Williams, hacer una película sólo porque el protagonista se llame Patch Adams:

El parche se pone en el ojo, no en la nariz.

En fin. Volvamos a los hombres de verdad, los que no temen llevar un parche porque saben que eso mola. Estábamos con Nick Furia, y naturalmente, si decimos Nick Furia y molar uno se pone a pensar en Samuel L. Jackson:


¿Samuel L. Jackson mola más con pelo afro, con boina francesa o calvo? Da igual. Mola CON PARCHE.

Aunque David Hasselhoff dice que en realidad él mola más como Nick Furia. En fin. ¿Sabéis dónde sale Nick Furia además de en Los Vengadores? En Thor. ¿Y sabéis cuándo se estrenó Thor en televisión en España?

El día 29 de octubre, apenas tres semanas después de que Benson Señora iniciase esta catarsis de parches. En Thor, además de Nick Furia, también sale otro tío con parche:


Así es, Odín, aka Anthony Hopkins, con un parche dorado.

Pero es que una semana antes, en La 1 se había estrenado también Primos. Y no os lo vais a creer...



Ya, Benson y yo tampoco nos lo creíamos. ¿Estaba el Universo conspirando para que lanzásemos al mundo el proyecto #fotoTuerti? ¿Iban a programar en Paramount por una vez en la vida Kill Bill en vez de El Padrino?


Así se disfraza uno para asesinar, sí señor.

¿Íbamos a tropezarnos por la calle con el del parche de Intereconomía?


¿No sería mejor que nos tropezáramos con Angelina Jolie?


Sería mejor, pero improbable, claro.

El caso es que la presión era tan fuerte que acabamos por lanzar el reto #fotoTuerti. Y hete aquí nuestra sorpresa cuando:


Cuando en vez de aparecer en Meneame y en Yonkis y de instaurar una nueva moda entre la juventud española nos encontramos con que sólo media docena de valientes estaban dispuestos a sacrificar un ojo con el fin de hacer la gracia, nos preguntamos: ¿qué ha pasado?

Pues no ha pasado nada. O sí, pero no como creíamos. Ha pasado que la gente hace lo que le da la gana. Pero igual que es embarazarte y empiezan a aparecer embarazadas por todas partes, es decir que vas a hacer una gracia con parches y empiezan a aparecer parches por todas partes. De hecho es muy probable que hayamos sido nosotros los que hemos provocado que dentro de un rato, cuando estés viendo una peli, o leyendo un tebeo o paseando por la calle, veas a alguien con parche.

A lo mejor estás viendo los Simpson y están echando el episodio en el que Lisa se casa... y aparece Moe Szyslak con un parche (domingo 1 de diciembre). A lo mejor alguien te envía un dibujo de Clint Eastwood con parche.


A lo mejor trabajas en Ogilvy y repasando algún anuncio de tu fundador te tropiezas con The man with the Hathaway shirt:


Igual te das cuenta de que en tu perfil de Instagram llevas un avatar con un parche desde el 2010, yo qué sé:

O estás tarareando una canción de Rihanna y de repente:


O, pongamos otro ejemplo más, se te ocurre ver un libro juvenil y pensar en Long John Silver. O escuchar a Mocedades y pensar en Transfer:


Que no tenía parche, pero porque iba disfrazado.

En fin, yo creo que se entiende lo que quería explicaros. Que a partir de ahora vais a ver muchos parches en vuestra vida cotidiana. Sí, los vais a ver. Sería un detalle que os pasárais por aquí y los escribiérais en los comentarios a ver si ampliamos la colección.


lunes, noviembre 25, 2013

A ver si podemos echar una mano, máxima difusión!

Me envía mi hermano este bello anuncio colgado, si no entendí mal, en el tablón de su oficina:



¡Muy urgente!

Las exclamaciones son mías, pero cualquiera que se haya levantado de buena mañana, preparado un café, sacado el pan de molde de su bolsa y se encuentre con que no tiene tostadora un día más, estará de acuerdo en que es ¡Urgente! O incluso ¡URGENTE! O hasta ¡MUY URGENTE!!!!!!!!

Y que tenga temporizador. A ver si después de todo el lío para conseguir la tostadora hay que estar pendiente de que no se te quemen las tostadas. Porque hay que ver qué mal sienta cuando se te queman las tostadas. Que encima son las dos últimas de la bolsa siempre y tienes que bajar al chino a comprar más y el chino aún no está abierto. Qué puta vida esta.

miércoles, noviembre 13, 2013

El gol de Maceda


Me acabo de dar cuenta de que no he vuelto a decir ni pío de los artículos sobre fútbol que escribí para el Ruido del Fondo. Este es el tercero de los que hice. Queda uno.

El gol de Maceda

“No se puede ser más soso que Maceda”, decía mi padre; y eso que en el Madrid estaba Ricardo “Soso” Gallego. Pero mi padre le tenía manía a Maceda, a su cintura de madera, a su sangre de horchata. Era un central alto y de complexión recia, pero de aspecto frío. A mi padre le gustaban los centrales raciales, de los de siempre, con bigote y que pegaran dos voces. De esos que o pasaba el balón o el contrario, pero no los dos a la vez. Y Maceda era rubio, parecía finlandés, tenía aspecto de dar la mano blanda, era central de tranco largo pero lento. Mi padre le tenía manía aunque le hubiera cascado dos goles a Malta año y pico antes, en aquella noche mágica.

Empezamos el campeonato, al Eurocopa del 84, mal, empatando con Portugal y con Rumania, así que nos jugábamos el pase a semifinales con Alemania. Casi nada. Alemania era subcampeón del mundo, y una apisonadora.

“A Alemania no les ganamos en la vida”, decía Manolín, el hijo de un vecino de mis abuelos. Manolín tenía un año más que yo, así que entonces debían ser once. Un sabio. Soltaba frases sentenciosas y lapidarias mientras jugábamos a las chapas, o andábamos en bicicleta, porque en el pueblo de mi madre no se podía hacer otra cosa. Era un pueblo tan pequeño que ni juntando todos los niños que íbamos allí a veranear éramos suficientes para echar una pachanga. De todas maneras teníamos diez años. Manolín, once. Y cuando hablaba en realidad era su padre quien hablaba, un señor que se parecía a Rompetechos, pero sin gafas y con el bigote blanco. “Alemania va a ganar la Eurocopa” “Tenía que haber ganado Alemania a Italia el Mundial” “Nosotros no jugamos ni a las canicas”. Hay niños que son cuñados desde pequeños.

Así que empezamos a ver el partido sin mucha fe. Y vaya, parecía que Manolín tenía razón. Alemania nos avasallaba. Arconada estaba en todos sitios, salvando goles. Hubo algún tiro al palo alemán. Parecíamos un juguete en sus manos.

Y llega el segundo tiempo y España necesita ganar para pasar ronda. No hay manera, hasta que en el minuto 44, sin esperanzas, vemos cómo se abre juego a la derecha. Señor centra al borde del área pequeña y ahí aparece Maceda como un ciclón.



Toma ya. Maceda. El soso. Maceda volviéndose loco, golazo, dándole con el alma a la pelota, los compañeros lo tiran al suelo para abrazarlo. El soso nos metía en semifinales.

Cuando tienes diez años a un padre no se le reprocha nada aunque se equivoque. Además que Maceda seguía siendo soso aunque hubiera marcado y hubiera destrozado los pronósticos.

“España contra Italia o Alemania igual hace la machada, pero siempre nos hundimos contra equipos de medio pelo, como Dinamarca”, dijo Manolín. Yo ya lo miré con desconfianza, y no me extrañó nada cuando en semifinales Arconada hizo otro de esos partidos en los que parecía Spiderman. Maceda, claro, Maceda marcó el gol del empate de tiro raso y nos fuimos a los penaltis. Pasamos.

Nos esperaba Francia en la final. No recuerdo qué dijo Manolín de Platini. A lo mejor dijo que Arconada era invencible, o algo así. Quién sabe. Pero da igual. Perdimos ese partido de una manera increíble, cuando más confiábamos en el equipo. Con fallo del héroe. Del héroe Arconada, no Maceda.

Allí aprendimos que en lo de fútbol nadie tiene ni puta idea de nada, ni aunque tenga un año más que tú. Ni aunque sea tu padre. Nadie sabe nada de fútbol. Eso es lo maravilloso.

martes, octubre 29, 2013

Impecable anuncio

Yo creo que todos ustedes saben que sólo hay una cosa que me guste más que Bar Refaeli: el pollo asao. Por eso me ha encantado encontrar este anuncio:
 
 
 
No sale Bar Refaeli, de acuerdo, pero por lo demás es perfecto. Con un titular que cuenta verdades como pollos. Y con el propio pollo en sí mismo.

jueves, octubre 24, 2013

¡Qué guapa vas hoy!

Un cartel barroco que hay por el barrio y me ha llamado la atención:



Qué obsesión tiene la gente con los signos de exclamación y los puntos suspensivos.

Y qué fascinantemente distinta es la moda colombiana a la española. Qué de colores mezclados sin ton ni son, qué ceñidismos, qué escotes, qué manera de enseñar muslo, qué raro es hablar de vestidos y sacar una tía en bañador.

Que no me estoy quejando ni juzgando, ¿eh? (menos en lo de los colores).

lunes, octubre 21, 2013

El verdadero rostro de Don Pimpón

Sí, como prometimos hace ya algún tiempo (años), hoy vamos a hablar del verdadero rostro de Don Pimpón. Ya se os ha puesto la cara de ver cosas sucias, os conozco como si os hubiera parido, y no, no va por ahí la cosa.

Para los que no lo conozcan (que aquí me sigue mucho imberbe), Don Pimpón es el de la derecha:


Don Pimpón estaba interpretado por Alfonso Vallejo, un actor con una extensa carrera como secundario, que tenía una voz muy característica. Tan característica que no era difícil reconocerlo cuando terminó de interpretar a Don Pimpón, aunque nunca hubiéramos visto su verdadera cara. Que por cierto, era esta:


Por eso lo reconocimos cuando, una vez terminado Barrio Sésamo, Vallejo interpretó a otro muñeco, Astrako, en Los mundos de Yupi. Tremendo combo, ¿eh? Como interpretar a Willy Loman después de triunfar con un Hamlet.

El caso es que pasó el tiempo (muchos años) y de pronto nos encontramos con la misma voz, pero sin estar dentro de un muñeco. Y lo reconocimos, porque hay voces que no se olvidan. Vallejo interpretaba varios papeles en el programa de humor Agitación + IVA.



Es el señor del bigote, sí. Otro día hablamos de Miriam Benoit, de la que estuvimos muy enamorados (yo lo sigo estando) y que también sale en el vídeo.

Así que este podía ser el final de este artículo perfectamente: el verdadero rostro de Don Pimpón:

Se parece a don Serafín, mi profesor de Lengua y Literatura de EGB.

Pero en el Cerdo agridulce somos mucho más ambiciosos. Cuando empezamos este reportaje de investigación no queríamos averiguar quién era el actor que interpretaba a Don Pimpón. Qué va. Teníamos un objetivo mucho más trascendente. Queríamos averiguar esto:

¿QUIÉN COÑO ERA DON PIMPÓN?

¿A qué se dedicaba Don Pimpón? Chema era panadero, Julián era quiosquero, pero ¿qué hacía Don Pimpón para vivir? ¿Por qué se tiraba tantos episodios sin aparecer en el programa? La respuesta obvia es que era un narcotraficante, pero en Barrio Sésamo, un programa que trataba de promocionar el estilo de vida burgués americano (¡un saludo, Marvin Harris!), los delincuentes nunca aparecían, como si no hubiera crímenes en el mundo. Luego no era un narco.

De pequeño yo pensaba que Don Pimpón era un labriego, porque de vez en cuando iba con un zurrón, y porque a mí ese sombrero me parecía de campesino. Pero no lo era, porque nunca llevaba azada.

Y la cosa podría haber quedado así, como uno de esos misterios que nunca se resuelven (¿quién mató al Comendador?), hasta que de pronto tropezamos con la Canción de Don Pimpón, la piedra Rosetta de este artículo:




Acabáramos. ¡Era viajero por vocación! Eso explica por qué no salía durante tantos episodios y luego reaparecía. No sabemos cómo financiaba esos viajes (mis abogados me dicen que no puedo decir que gracias al narcotráfico), pero nos da igual, porque esa canción nos explica todo lo que queríamos saber sobre Don Pimpón.

Fíjense en algunos versos que nos dan la pista de la verdadera identidad de Don Pimpón:

He recorrido el ancho mundo(...)
Traigo en la barba polvo africano
y en los zapatos barro oriental;
toqué la luna con esta mano
y en ella tengo mi libertad.
En mi bolsillo hay cosas bellas
piedras antiguas en mi zurrón.
Guardo en mis ojos miles de estrellas
y el mundo entero en mi corazón.

¿Caéis? ¿No? Yo os ayudo poniendo otros versos:

Creo que una hoja de hierba, no es menos
que el día de trabajo de las estrellas,
y que una hormiga es perfecta (...)

Y que la menor articulacion de mi mano puede humillar a todas las máquinas.

También soy como tú: con uno y muchos rostros (...)

(Yo soy inmenso, contengo multitudes.)
Me dirijo a quienes tengo cerca y aguardo en el umbral:
¿Quién ha acabado su trabajo del día? ¿Quién terminó su cena?
¿Quién desea venirse a caminar conmigo? (...)


Hasta que me escabullí de mi asiento y
me fui a caminar solo,
en el húmedo y místico aire nocturno,
mirando de rato en rato,
en silencio perfecto a las estrellas.




¿No están en la misma onda? Claro que lo están. Ya te lo digo yo. Porque es el mismo personaje. Alguien que viaja y que habla de piedras antiguas y de estrellas y de la perfección de la Naturaleza y de manos y de libertad y de caminar por ahí. Alguien cuyo mayor éxito es un libro llamado Hojas de hierba (¿alguien más ha pensado en NARCOTRÁFICO?). Walt Whitman:


No me diréis que no es sospechoso que Walt Whitman también llevara un sombrero, uno tan parecido al de Don Pimpón. ¿Y la barba? Sí, es más corta que la que llevaba Vallejo bajo el traje de Don Pimpón. ¿O tal vez no?



Este es un cuadro de Gregorio Prieto basado en el propio rostro de Walt Whitman y el verso de Lorca sobre él (Ni un solo momento, viejo hermoso Walt Whitman,/ he dejado de ver tu barba llena de mariposas), que cuenta muy bien la personalidad de Whitman, la personalidad en la que muy probablemente se inspiraron los creadores de Don Pimpón: un hombre libre, un trotamundos, que va de un lugar a otro disfrutando de la Naturaleza, sin más preocupaciones, un caminante, un señor con sombrero, un tipo que va por ahí con una brizna de hierba en la comisura de los labios, un tipo que habla con erizos gigantes rosas como si fuera lo más normal del mundo.

Don Pimpón es Walt Whitman.





Documento fotográfico extraído de un informe clasificado de la CIA.




viernes, octubre 18, 2013

Impuestos intermitentes

Fíjense qué interesante cosa pasa con los impuestos en Madrid si eres emprendedor.

Si vas por la calle, te encuentras una marquesina que te dice que no tienes que pagar impuestos:



 ¡Toma ya! Qué bien, ¿no?

Lo malo es que luego mires en internet y te tropieces con la misma publicidad, porque ahí de pronto ya no parece tan chollo:

O sea, que sí pagas, pero te devuelven algo.

No es precisamente lo mismo.

Huele a dos posibilidades: o estamos ante una astuta oferta adaptada al canal, o alguien se ha pasado de frenada y ha prometido algo que no es verdad, ha impreso las marquesinas, las ha puesto por todo Madrid y luego ha rectificado en banners al darse cuenta del error.

O también puede ser, vamos a hilar fino, que haya quien piense que decir En Madrid si emprendes no pagas impuestos quiere decir que no pagas [algunos] impuestos. Lo que sería el colmo de la cara dura y un intento muy irritante de engañarnos. Publicidad engañosa del Ayuntamiento. Muy bien.


jueves, octubre 10, 2013

Ojalá hubiera ido a esta fiesta


¿Te imaginas?
Tú,
yo,
el pavo,
el sombrero, 
las copas a un euro.
Y los micrófonos.

Cómo habría sido el día de después. Resucitar y sentir que igual la copa de Hendricks no era de Hendricks sino de Brummel. Pero, ¡eh! ¿Y lo que nos reímos?

Echo de menos los tiempos en que este me parecía un buen plan.


martes, septiembre 24, 2013

Fumar acorta la vida

De hecho, no sólo te la acorta, también te convierte en el Emperador Palpatine.


 

viernes, septiembre 13, 2013

Otro ejemplo de filibusterismo del marketing

Esto no es exactamente piratismo, o al menos a mí no me lo parece, sino hábil y burlona utilización de lo establecido por una marca. O sea que es un poco de parasitismo, vale. Pero el parasitismo cuando es con humor es prácticamente homenaje:


Me lo ha mandado mi amiguete Juan Antonio Rodríguez Armas (¡muchas gracias, majo!). Y ojo que tienen de todo: página web, tuiter, linkedin, y hasta Line. En la web no dicen si el dueño se llama Roberto o no ("un grupo de profesionales con una amplia experiencia en diversos campos"), pero yo fantaseo, soy muy de fantasear incluso sin que salga el nombre de Bar Refaeli, con que el dueño se llamaba Ramón y se cambió el nombre a Roberto para poder hacer la gracia.

Y me levanto y le brindo un merecido aplauso lento:


martes, septiembre 10, 2013

El arte de copiar

 ¿No os pasa a veces que veis una copia de algo y os parece que es mucho mejor que el original?A mí me ha pasado al ver este cartel. Que de pronto algo ha hecho "clic".







Claro, coño. Claro.

Mucho más hilado. Hasta el logo me gusta más.

miércoles, septiembre 04, 2013

Sexo rápido de calidad

Por estas casualidades que se dan en la vida, he acabado tropezándome con la noticia de que una empresa de Barcelona dedicada al alquiler de habitaciones por cortos períodos de tiempo (es decir, usando términos técnicos, para echar un kiki) ha conseguido la certificación de calidad ISO 9001.

Interior de una de las habitaciones en un momento en el que no se está usando.

En efecto, el ISO 9001 (qué nombre tan peculiar, como de Terminator) garantiza que las habitaciones de La Perla Negra y La vie en rose (también nombres peculiares, como de barco pirata de Salgari) cumplen con altos estándares de calidad. Y uno puede sentirse nostálgico y pensar que qué faena, que a las meublés que salen en las novelas de Vázquez Montalbán y González Ledesma nunca les hubieran dado un certificado de calidad. Pero yo, ya ven ustedes, me alegro mucho de que haya empresas dedicadas a la muy necesaria tarea de proporcionar un sitio en el que jugar a médicos que se tomen en serio el tema de la calidad. Por dos razones:

1)

A mí me tenia asustado esta repentina deriva ultraconservadora como de los años 80 que hacía que el sexo fuera algo que no se debería ver o hacer. Me parecía muy preocupante que los ídolos de las jovencitas, los Jonas Brothers, fueran por ahí con sus anillos de castidad. Afortunadamente, de los Jonas Brothers no sabemos nada desde hace un tiempo, las chicas Disney vuelven a ser tan golfas como era de esperar (un saludo, Miley Cyrus, y otro para tu lengua) y la mejor idea del año pasado, Bang with friends, sigue funcionando (aunque a mí nadie me hace caso; carita triste).

Así que voto sí a normalizar el sexo en la sociedad.

2)

Que una empresa con locales para el tralarí tralará se decida a pedir el ISO 9001 me parece una genialidad táctica. Primero porque se distancia sideralmente de la competencia en algo que es muy sensible para el cliente. De repente el resto de sitios en los que llevar a un ligue durante un par de horas me parece sórdido, sucio y de garrafón. Y segundo porque demuestra que hay alguien que se preocupa porque tú estés en las mejores condiciones ambientales posibles para echar un polvo (o jugar al cinquillo o echarte una siesta, lo que quieras hacer dentro). Porque, según informa su web, en las habitaciones hay duchas con cromoterapia, pantallas de 60 pulgadas (por si quieres ver Sálvame con tu pareja) y cafeteras Nespresso.

¡Toma ya!

A mí el detalle de la cafetera Nespresso me ha encantado, aunque tenga el peligro de que, sudoroso tras un polvo, de pronto te aparezca John Malkovich y te diga: "Mmmm, Volluto, my favourite" con el consiguiente paro cardíaco. Pero me ha encantado porque le da nivel al sitio, pero también lo humaniza, lo convierte en algo que combina el erotismo con la mesa camilla. A lo mejor es que no quieres sólo follar, quieres pasar un rato y hablar del tiempo, contarle a la chica que te has leído un libro buenísimo llamado Cómo se hace una pastilla de jabón, yo qué sé.

Es bueno tener un sitio así que sabes que te va a sacar de un apuro, que vas a quedar bien con la moza pero no va a haber confusiones ni romanticismos de estos de "vamos a dormir juntos y ver cómo nos despertamos".

Por ejemplo:

Bar Refaeli.

Tú imagínate que un día, paseando por Barcelona, te encuentras con Bar Refaeli (mi übermusa del último año, una mujer que conseguiría fácilmente el ISO 9001). Hablas con ella, la seduces contándole chistes de bilbaínos y la chica se muestra de acuerdo en ir a algún lugar a consumar las simpatías. Y tú no te la vas a llevar al Ritz, que vas a tener que pagar por toda la noche. Porque tú no quieres pasar toda la noche con Bar. Tú sabes que a Bar Refaeli le olerá el aliento por la mañana y tendrá la boca pastosa igual que todos. Tú sabes que Bar va a ponerse a contar aburridas historias de supermodelos (suponiendo que Bar Refaeli sepa hablar, de lo cual hay dudas: no ha contestado ni uno solo de los cientos de tuits en los que la he mencionado). A saber si ella te habla de matrimonio y de tener críos. Madre mía con Bar. Al final te vas a ir hastiado y el recuerdo de lo que podría haber sido una experiencia maravillosa será el de un bluf. No rompamos la magia de Bar Refaeli, por favor.

En cambio si te llevas a Bar a uno de estos locales, pongamos La Vie en Rose, sabes que todo va a ser diferente; y ella también lo sabe, claro que sí. Vais a estar cuatro horas ahí (yo creo que cuatro horas bien empleadas son suficientes), vais a sudar (no hay nada como un plazo de entrega para inspirarse), vais a sentiros bien, vais a disfrutar. Bar Refaeli va a pensar: Este es un tío con clase. Igual se toma un café contigo.

Bar Refaeli: ¿Viene ese Ristretto o qué?

Y lo más importante: en cuatro horas vas a volver a estar fuera, en las calles de Barcelona. Porque si estás fuera, en las calles de Barcelona, vas a poder buscar a Irina Shayk. Porque, amigo mío, si has conseguido enrollarte con Bar Refaeli significa que no estás tan lejos de enrollarte con Irina Shayk. Algo tendrás. Habrán sido los chistes de bilbaínos, habrá sido lo que sea, pero Irina es alcanzable. Tan alcanzable como Bar.


Me estoy quedando roque; o revolcón o café.

Reserva cuatro horas en La vie en rose. Más no, que a Irina le huele el aliento por las mañanas, como a todos. Y piensa en que tal vez Scarlett Johansson puede estar de paso por Barcelona.

jueves, agosto 29, 2013

Muy buen emplazamiento publicitario

Hay gente que tiene un conocimiento instintivo de las más avanzadas técnicas publicitarias. Por ejemplo:



¿A dónde va la mirada del espectador? Pues ahí ponemos nuestro mensaje. Brillante. Astutísimo. Obra maestra. León de Oro de Medios.


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