miércoles, diciembre 22, 2010

Se puede ser sublime sin interrupción

Si algún día monto una nueva religión -lo estoy sopesando ahora mismo-, este será el Padrenuestro:



El texto de este anuncio de los setenta es para enmarcar y recitarlo todos los días como un mantra:

-¿Sí?
-¡Pilerella! Llamo desde una discoteca. Todos toman combinaciones vulgares
-¡Intolerable! ¡Adelante mis 43! ¡Guerra a la vulgaridad! Toma Pilé 43.

lunes, diciembre 20, 2010

Tengo un nuevo hobby

Ahora vuelvo a ir a la biblioteca, como cuando yo era un jovencito emponzoñado de whisky (con figurota que exhibía orgulloso, sí), con el noble objetivo de no comprar más libros de los que podemos comer.

Y hete aquí que de pronto me he aficionado a un nuevo hobby -lo llamo hobby pero ya va camino de convertirse en obsesión-. Las anotaciones en los márgenes de los libros. Ese mundo virgen para mí.

Yo, verán ustedes, venía pensando que los libros eran objetos sagrados que no deben ser profanados -hay un texto de Cortázar donde se burla de esa idea en un tren, arrancando las páginas de un libro según lo van leyendo y tirándolas por la ventanilla para pasmo de los que le acompañan; y qué dolor), de manera que nunca escribo en los libros. Pero resulta que la gente sí, aunque no sean libros suyos.

Por qué la gente escribe notas que luego no va a poder consultar porque devuelve el libro a la biblioteca se me escapa. Pero lo hacen. Y ahora yo estoy buscándolas como un halcón. Y las voy a ir poniendo por aquí. Porque el blog es mío y me lo follo cuando quiero.

Y empiezo por este que es delicioso. Contexto. Al comisario Montalbano le envían un anónimo que parece obra de un analfabeto, y entonces:


Nuestro lector comentarista corrige el doloroso "callendo". Pero no el "alvañil", "alvanés" ni "lavoral". ¿No es magistral? ¿O es majistral?

viernes, diciembre 10, 2010

La expresión del buen gusto

El caso de Ferrero es uno de los más fascinantes del marketing y la publicidad. Que una empresa que produce unos anuncios tan delirantes haya conseguido colocar su producto como ejemplo de la clase y el buen gusto entre las amas de casa -mi madre, por ejemplo- es una cosa. Pero es que además han grabado a fuego en el inconsciente colectivo símbolos tan poderosos como estos:



Ambrosio, el mayordomo-chófer, es uno de ellos. Hay tres mayordomos en el mundo: Jeeves, el de Tenn (siempre he pensado que se llamaba Bautista) y Ambrosio. Y apuesto a que cuando pedís el bombín y el bastón en casas ajenas llamáis a Ambrosio. Cuando pedís el bombín y el bombón. Y eso que puede hacer 20 años que Ambrosio no sale por la tele. (¿Ambrosio=Ambrosía? Cosas más raras he visto yo en publicidad)



Las frases: Las recepciones del embajador son famosas por su buen gusto internacional. Y la francesa diciendo: Mesié, con Ferrero Rocher nos ha realmente conquistado. Que lo he puesto en otro idioma porque en español es inencontrable (¿cómo es posible? ¿CÓMO ES POSIBLE? ¿Embajador=Wikileaks=Persecución estadounidense? Cosas más raras he visto), pero se hacen ustedes a la idea.



La música esa ratonera característica y el gesto de asentir para que el sirviente acerque los Ferrero (los últimos no llevan ni música ni gesto, pero para mí SÍ los llevan).



No, el pelo de Luis Miguel no. La pirámide de oro formada por Ferreros Rocher. ¡La pirámide formada por Ferreros! ¡UNA PIRÁMIDE DORADA DE FERREROS! Una cosa te digo: eso es un símbolo del tamaño de una catedral como ya no se hacen en publicidad. En serio lo estoy diciendo.

En fin, de todo esto hablaremos en profundidad algún día en el Cerdo agridulce, porque hay que añadir el amplio catálogo de Kinder Bueno y Kinder Schokobon y demás y no queremos entretenerlos a ustedes, porque todo lo que antecede era en realidad una introducción para mostrar un cartel que nos ha enviado la muy diligente Miralasuricata (visiten ustedes su estupenda web, Siete dioptrías):


La hostia. Sólo si las letras fueran doradas habría sido mejor.

martes, diciembre 07, 2010

Tiene que haber una manera de hablar de ideas sin que aparezca una bombilla encendiéndose

Vamos a hablar de ideas, así que pongamos banda sonora de ideas:



La mayor parte de mi trabajo (cuando tengo trabajo) es buscar ideas. Como es natural, me interesa mucho el proceso de búsqueda de ideas y su evaluación, porque me ayuda a que mi propia búsqueda sea más efectiva.

Esa es la primera de las razones de que esté enganchado a Ideas4all, una web que se dedica a recopilar ideas de la gente. ¿Para qué? Pues para llegar a un millón de ideas. Lo dice aquí en este vídeo que no hace falta que vean si no tienen tres minutos:



Es una versión sofisticada del Yo quiero tener un millón de amigos de Roberto Carlos y así más fuerte poder cantar, en efecto.

Como es natural, la web recoge de esta manera naïf un porrón de ideas (¿las usarán para el Mal?). Las hay razonables, como esta en la que se aboga por reutilizar el agua de la ducha para recargar el WC (próximamente en sus baños, pero sustituyendo ducha por lavabo) o las cerillas de doble fósforo, cuya utilidad desconozco pero que seguro que aparecerían en Ffffound si algún diseñador sueco las crease. Pero la mayor parte, como era de esperar, son ideas peregrinas o directamente ridículas, o tan ingenuas que lo más que consiguen es enternecerte.

Y esa es otra de las razones por las que me estoy volviendo adicto a la web. Cómo no voy a ser adicto si la idea más votada por los usuarios es una en la que recomiendan a Obama -recién elegido presidente- que para gobernar con más éxito y justicia "Mire a los costados" y descubra todo lo malo que hay en el mundo y se enfrente a ellos con solidaridad y amor. No dice que sea Zapatero el autor, sino un argentino, pero cómo fiarse de este buenismo. Claro que aquí se acusa al autor, entre otros, de crear más usuarios para votar sus propias ideas. El buenismo es limitado y de corto alcance.

Cómo no voy a ser adicto si un panameño propone usar los anuncios de la tele para "cambiar la mente de las personas" para que abracen la Fe en Dios (entre otras cosas).

O que los coches estén equipados con un sistema magnético capaz de repeler a los ladrones.

O este otro que propone leer los contratos antes de firmarlos.

O que la gente no se cuele en las filas.

Hay hasta un apartado de MalasIdeas (te lo juro por Arturo) en el que uno puede quejarse de que las empresas pueden robar las ideas sin dar nada a cambio.

Ya comprenderéis que es inagotable el tema, echad un vistazo vosotros que tampoco voy a haceros yo todo el trabajo sucio (Idea: que Palomares nos haga el trabajo sucio). Pero quiero destacar dos que me parecen geniales y muy necesarias.

La primera es una larga y muy medida exposición en la que se propone (¿se suplica?) Abolir el reggaeton por el bien social. Yo sólo necesito el título para votarla, pero el chico ofrece más razones. Muy interesantes los comentarios de la gente a la idea. Pero mucho.

Y la segunda es esta:



No sé si es metairónico o no, pero me parece que tiene más razón que un santo.

jueves, diciembre 02, 2010

La crisis nos afecta a todos, incluso a los mafiosos

Vaya tiempos raros nos ha tocado vivir, ¿eh? Son tan raros y tan llenos de sobresaltos que las noticias más chanantes de todos los tiempos pasan desapercibidas. Por ejemplo, esta colosal noticia que comienza así:

Juzgados por amenazar a un deudor enviándole truchas sin cabeza

Ah, la crisis. No había dinero ni ganas para cortar la cabeza a un caballo (menudo problema de logística trae acarrear cabezas de caballo por el país, por cierto), así que optaron por el plan casero, enviar truchas. Es muy de España esto, muy nuestro, la adaptación chusca y cachonda de los éxitos de fuera. Fíjense en Superlópez como émulo de Superman, Mortadelo como imitación de James Bond, Arturo Fernández como espejo de Cary Grant.

El caso es que, dice la noticia, "intentaron reclamar una deuda enviando cartas intimidatorias con la firma "Cosanuestra" y dos truchas con las cabezas cortadas".

Acabáramos. Cosanuestra. Es como de restaurante italiano, ¿no? Si yo fuera el destinatario de las cartas sería difícil que me lo tomara en serio, porque lo de Cosanuestra suena a gag de José Mota. Pero el tío, que debía 3 millones de euros (yo me angustio cuando me prestan un billete de 10), se acojonó y quedó con ellos para negociar el pago. No consta en la noticia si les preguntó por qué no habían mandado las truchas con cabeza ("Es que a Boris le da repelús, con esos ojos muertos mirándote así fijos"), y por qué truchas y no bacalaos.

Claro que a lo mejor ese es el truco: si pareces un tío tan loco como para enviar truchas sin cabeza, la gente pensará que eres peligroso. No está mal pensado.
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