lunes, septiembre 29, 2008

Todito te lo consiento menos que te metas con Gene Kelly

Vale, no era la intención de Rebeca meterse con Gene Kelly cuando se puso a hablar de Xanadú, pero el caso es que hablar de él aprovechando esa película es como si yo me pusiera a hablar de Robert Louis Stevenson porque hubiera descubierto una lista de la compra que escribió una vez.

Gene Kelly es un semidios, un hombre con un físico portentoso capaz de heroicidades atléticas mientras bailaba. Y todo ello sin dar la sensación de estar esforzándose lo más mínimo, mientras exhibe una sonrisa radiante. Aquí está mi escena favorita del cine de todos los tiempos, una escena que vale por una por toda una película (aunque la película en cuestión esté igualmente llena de escenas fantabulosas):



La de veces que he pensado yo en aprender claqué justo después de ver esta escena. Como tengo dos pies izquierdos, generalmente me conformo con salir a la calle y cantar mientras chapoteo. Pero alguna vez aprenderé claqué, que con eso se debe ligar mucho.

Aquí le tenemos con el otro coloso del claqué.



Tremendo, tremendo. Y aquí con otro coloso del claqué, aunque él diga que no:



Hay que ver qué antiguo parece todo, en especial los pantalones de Gene...

Gene Kelly sale de patinar un rato y se olvida de quitarse los patines. Y va por la calle y hace claqué con los patines puestos. Sí, sí, con los patines puestos.



¿Estarían los de Xanadú basándose en esta escena para su cosa psicotrónica? Tal vez. Es difícil darle un tono serio a un tío que baila en patines, la verdad, no estoy yo muy seguro de que hubiera remedio para Xanadú. Por ejemplo, aquí tenemos un tío bailando con patines:



Este da risa así sin querer. O no, no sé, que a mí el Plushenko este me tiene confundido porque en otras ocasiones da risa sin querer y queriendo también:



Este otro, que hemos encontrado en la Travesía de la Garbanza y que me ha llevado a terminar de una puñetera vez este post, lo hace queriendo sin lugar a dudas:



Pero me desvío. Que Gene Kelly era un puto genio, venía a decir. Y que sea la última vez que te metes con él, Rus. Y que bailar bien es sinónimo de follar bien. Y que mi cuerpo se mueve como una palmera, en fin.

martes, septiembre 23, 2008

¿Por qué llamarlo "¡Una guerra muy perra!?

Hace la torta de años mi amiga Paz se presentó en casa con una botella de ginebra Larios y un VHS de la película Los Cabezas Huecas. Queda decir que la película nos pareció lo más y nos reímos como en la vida. Tan bien nos lo pasamos que decidimos repetir la experiencia con otras botellas de Larios y un montón de películas chorras más.

Es así como vimos El mundo de Wayne, todas las secuelas de Espía como puedas y una larga ristra de títulos absurdos hasta que cerramos el ciclo con Los Supermaderos.



Es que veo esta escena y me descojono, oyes.

Años han pasado y jamás he vuelto a repetir aquella bonita costumbre. Tampoco he vuelto a ver a mi amiga Paz o he vuelto a beber ginebra Larios (me pasé a la Bombay Saphire, es lo que tienen los años, que te hacen exquisita). El caso es que tampoco había vuelto a ver ninguna película de coña con la que me riera tanto, de llorar lágrimas de risa.

Pero el domingo pasado esa mala racha se acabó. Fui una de las afortunadas en asistir al preestreno de Trophic Thunder, que dicho así, no tiene pinta de hacer nada de gracia pero que cuando usas su traducción al español, ¡Una Guerra muy perra!, exige verse con una botella de Larios. El caso es que no necesité ni ginebra ni nada que se le pareciese para reírme un montón con las payasadas de Ben Stiller, Jack Black y Robert Downey Jr.

Pero Trophic Thunder, ¡Una guerra muy perra! no es sólo una película de coña con cuatro chistes (son más de cuatro, en serio, no fui capaz de llevar la cuenta) bien enlazados. También cuenta con un elenco de actorazos, una banda sonora de lujo, una producción muy cuidada tanto a nivel técnico como artístico y una trama bastante bien construida. Inesperado el asunto para tratarse de una película de coña.

No es la primera vez que Ben Stiller me sorprende con su habilidad como director y guionista. Ya con Zoolander consiguió demostrarme que cuando se dirige a sí mismo es capaz de sacar muchísimo más de sus personajes cómicos y de hilar .



Yo de mayor quiero escribir un guión así.

En esta ocasión, Stiller interpreta a un super estrella de películas de acción en plena crisis, dispuesto a todo con tal de recuperar su fama, incluso de emular al gran Marlon Brando en aquella película apocalíptica de Francis Ford Coppola. Jack Black está bien en su papel, aunque no consigue llegar al nivel interpretativo de otras películas suyas, como Alta Fidelidad. Pero, en mi opinión, el que se lleva la palma es Robert Downey Jr., que con su papel de actor de método ganador de cinco Oscar, se hace con el peso de la película y nos regala momentos brillantes.

Todo, absolutamente todo en Trophic Thunder, ¡Una guerra muy perra! está perfectamente argumentado. Desde los hilarantes falsos trailers con los que se inicia la película hasta el impactante final (justo cuando yo descubrí que tras uno de los personajes principales se escondía una estrella de cine famosa, famosísima, que aquí no voy a descubrir). Y lo que más me gustó. Es una película de coña, pero tiene mensaje: el guión arremete contra la identificación de las estrellas con auténticos ídolos del siglo XXI, contra todos los medios de comunicación que los aupan como dioses del Olimpo mediático y contra una de las industrias más ambiciosas y con menos escrúpulos del mundo.



En definitiva, disfruté un montón y lo único negativo que puedo decir de la peli es la nefasta elección del título en España. ¿Por qué llamarlo ¡Una guerra muy perra!? En mi opinión clasifica a esta película en la categoría de películas como Los Supermaderos y no es el caso. Es muy superior.


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miércoles, septiembre 17, 2008

¿El coche o el anuncio?

Hasta ahora pensaba que no había visto nada más raro que esto en publicidad:



Bueno, este anuncio no es lo raro. Lo raro es que meses más tarde en Cruzcampo se vieron en la necesidad de sacar este otro:



Un anuncio que explica un anuncio anterior, "por si no quedó claro". Huele a post-test que tira para atrás. Sacan el anuncio y luego le preguntan a la gente qué ha entendido. Y como parece que no se han quedado con la copla, pues se explica paso a paso en el siguiente anuncio, admitiendo que lo anterior fue tirar el dinero. Chanante.

Pero resulta que estos días de atrás han ido apareciendo otros anuncios que me han parecido aún más raros. Este, por ejemplo, que me trae loco:



O este otro, de la misma campaña:



O este, que me deja de pasta de boniato:



¿Ustedes lo entienden? Yo no, no lo entiendo. En publicidad nos gusta a veces ser sutiles para parecer más listos, y en ocasiones que el anuncio resulte incomprensible para algunos espectadores no es necesariamente malo, pero la verdad es que al ver estos anuncios yo no sé qué pensar. Menos mal que hay unas declaraciones de una responsable de Vanity Fair en la revista profesional Anuncios, que lo aclara todo: "[la campaña] girará en torno a la idea de que para conocer Vanity Fair tienes que leerla, tenerla en tus manos, ese será el mensaje paraguas que aguantará toda la campaña, que la revista es tan especial que eres tú el que tiene que acercarse a ella".

De ahí la sonrisa del camarero, claro.

En fin, yo estoy tranquilo, porque estoy esperando a que emitan, como en el de Cruzcampo, el anuncio que explique el anuncio. Y entonces todo tendrá sentido, digo yo.

martes, septiembre 09, 2008

Yo de mayor quiero ser Tom Jones

Especialmente, pero no sólo, a partir del minuto dieciocho de este vídeo (pero véanlo todo que merece la pena entero y aprendérselo de memoria).



Nunca he besado a dos hermanas, dice. No, qué va. Qué va.


Actualización: Vistas las dudas sobre mis capacidades como bailarín, que inevitablemente se vinculan a mis habilidades como amante, os muestro un vídeo en el que se ve cómo bailo, para que no haya el menor resquicio a la duda de lo bien que hago ambas cosas:



Yo soy el que baila, obviamente. Mi cuerpo se mueve como una palmera.

viernes, septiembre 05, 2008

Este puente va a llover... pero siempre hay razones para reír




Acabo de ver esto en Menéame. Y, oyes, todavía estoy en la oficina, me queda un rato largo de aguantar sandeces a tutiplén, no tengo puente ni plan, no me han subido el sueldo otro año más y este fin de semana va a llover (con todos los contratiempos que eso suponen para una joven pareja con dos niñas pequeñas), pero ¡madre, qué risa más tonta!
Buen Fin de Semana a todos y Buen Puente a los Afortunados.

P.D.: No pasa nada porque nos riamos de esta pobre chica: en su programa, Está Pasando, se ríen de toda España a diario y sin cortarse un pelo.

martes, septiembre 02, 2008

Crecí en los 80

La señorita Altovoltaje se prodiga últimamente poco en la blogocosa, y bien que lo sentimos, pero de cuando en cuando nos manda perlas cultivadas como esta en la que unos tíos muy graciosos recuerdan los 80 a ritmo de canción heavy. Tronchante:



Y suelta verdades como puños, además. Estoy por decir que lo mejor de los 80 fue justificar vídeos como este veinte años después. Qué coño, ya lo he dicho.

lunes, septiembre 01, 2008

Es difícil decirlo más claro



Está justo enfrente de mi agencia y lo veo todas las mañanas. Y no hay más texto de apoyo, que yo creo que ya se entiende el mensaje. Bueno, esta frase, pero como si no existiera, que no se dice nada.
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