Nos pasa una cosa curiosa en este blog. Resulta que casi no tenemos spam, pero el que tenemos lo tenemos muy controlado, porque cuando ha pasado una semana desde la publicación del artículo los comentarios pasan a ser moderados y necesitan la aprobación de un semidios (Rebeca o yo) para publicarse.
Así que de vez en cuando nos llega algún comentario espamístico. Y lo curioso es que, a pesar de que este blog tiene 493 artículos publicados (494 contando con este), SIEMPRE llegan a los mismos artículos. Una muestra:

El ganador absoluto (3 de cada 4 comentarios spam llegan ahí) es el artículo
Otra de pelis, un largo texto de Rebeca sobre Xanadú. Yo siempre pensé que tenía más posibilidades
La peor película de la Historia de las Películas, esencialmente porque tiene como cuatro mil enlaces, pero no. A los que fabrican Viagra ese artículo les parece irrelevante.
Tiene también gran éxito
Gran avance en la literatura grafítica, un corto artículo sobre una pintada que apenas incluye una foto y un párrafo. Lo digo porque el parecido con
Otra de pelis es nulo.

Y el tercer puesto del podio es para:

Beatus ille, un texto de tres párrafos con la importante información de que nos vamos de puente, y que sólo tiene un comentario, del incombustible Ricardito Emore.
¿Y entonces? Pues no sé. Es decir, ¿por qué eligen precisamente esas tres entradas? ¿Qué criterios se esconden en esos artículos para que los espameadores las elijan como objetivos. O que sus algoritmos las elijan como objetivos, me da igual. Será que algo hay en esos artículos, algo que no somos capaces de identificar. Algo tendrá el agua cuando la bendicen, ¿no? O a lo mejor hay un mensaje secreto, si tomas la primera letra de cada frase. O algo.
A lo mejor empiezan a llenarse los comentarios de spam. A lo mejor no. Yo qué sé. A mí es que todos estos misterios me perturban mucho.