Creo que este es el mejor texto publicitario que he visto en años:
Hola, si te gustan o apasionan los masajes de calidad o deseas tener una experiencia nueva: sinceramente, creo que yo soy tu mejor opción.
Qué dos genialidades. Primero el "si te gustan o apasionan", y luego el "sinceramente, creo que soy tu mejor opción", que es al mismo tiempo arrogante y modesto, como si nos perdonara la vida mientras nos ofrece con humildad sus servicios.
Luego vienen un par de párrafos hablando de los masajes en plan filosófico en los que de pronto sospechamos que a lo mejor no estamos hablando del mismo tipo de masajes porque hay cierta, cómo podríamos llamarlo, cierta ambigüedad.
Pero de inmediato volvemos a la genialidad cuando la masajista se escribe a sí misma, entre otras cosas con un hallazgo espectacular: "mirada enigmática". A mí me habría gustado que la autora siguiera por ahí eternamente en vez de contarnos el catálogo de masajes que sabe hacer, que es bastante aburrido y tan largo que estás a punto de saltarte la parte en la que dice, de pronto: "Recibo sola y sin mirar el reloj. Te gustará y no te defraudaré".
Cáspita. Eran esos masajes más que los ayurvédicos.