Ahora para llamar la atención no se escribe en un cartel: ¡SEXO!
Sino: FÍSICA CUÁNTICA.
Es interesante cómo algunos términos científicos producen sus propios magufismos. No sé si los que vayan al curso van a aprender mucho de física cuántica, pero seguro que sí sobre cómo se comportan los seres humanos.
Valga este mítico chiste de los ochenta para hablar de lo que me parece uno de los grandes descubrimientos publicitarios del verano de 2015: los anuncios de Fortasec.
Me encantan. Porque si te dan el encargo de hacer un anuncio de un producto que te corta la diarrea sabes que lo vas a pasar mal. Te va a dar vergüenza hablar del problema con claridad y acabarás usando metáforas absurdas. O por el contrario vas a querer demostrar que eres más creativo que nadie y vas a usar el chiste de los ochenta o variantes; y descubrirás que esos chistes siguen sin tener ni puta gracia.
Los anuncios de Fortasec resuelven el problema con brillantez. Afrontan el reto de una forma valiente, van al grano, pronuncian la palabra prohibida de una manera elegante y cuentan historias llenas de humor sin caer en la chabacanería, apoyados por un recurso visual impecable: finísimo el uso de la animación en un rollo de papel higiénico. Ah, y me enloquece el uso de badabim bampam como recurrente onomatopeya de la descarga.
Hay cuatro ejemplos:
Pedro y su bigote se van de vacaciones:
Se levanta, molesta a toda su fila y...
Un poco de contorsionismo y...:
Velas, musiquita... ¡Oh, oh, un retortijón!
Es obra de Ogilvy Barcelona. Mi sincera enhorabuena a los responsables.