A mí las playas la verdad es que me parecen un coñazo, no quiero engañarles a ustedes. No me gusta bañarme -en las del Norte o en el Atlántico ni lo intento, en el Mediterráneo a lo mejor me meto hasta la cintura un día de cada tres-; no soy de jugar a las palas ni de corretear ni de hacer castillitos. Así que cuando estoy en la playa me limito a dejar pasar el tiempo, pelearme con el periódico y la arena, darle conversación a Rebeca, correr tras mi hija y ver pasar a las chicas. Porque sí, yo dentro de algunos años seré un viejo rijoso de esos que babean detrás de las jóvenes con bikini, de esos que ponen fotos de chicas en la playa por internet. Así es, me pongo a tararear esta canción y a ver pasar chicas:
Bueno, la versión que yo tarareo es la de Walter Wanderley, pero os hacéis una idea.
Qué buenas perspectivas, ¿eh? Menorca. Jóvenes alemanas en bikini. Así me lo contaron a mí. Y me froto las manos y preparo la cámara y miro para un lado y al otro, al acecho de la presa, y me encuentro con esto:
En efecto, amigos. No hay jóvenes alemanas en Menorca, o estarán escondidas. Muy bien escondidas. Hay muchas inglesas, eso sí -como las de la foto-. Y hay portuguesas. Y españolas. Pero vamos, que si queríais ver fotos de chicas en bikini en el Cerdo agridulce, no es el día, amiguitos. Probad aquí mejor.
¿Y por qué os estoy haciendo perder el tiempo? Porque mi paciente espera oteando cuerpos serranos obtuvo su recompensa, aunque no en forma de núbil doncella:
¿Un gordo? ¿Eso es lo mejor que nos puede ofrecer el blog? No: es un gordo y su tatuaje casero, que no se distingue bien porque tuve que hacer la foto a escondidas -cualquiera se arriesga a que este tipo te pille haciéndole fotos-: del ombligo sale el dibujo de dos toscas manos, y un bocadillo que dice: Help! Lo mejor que he visto en tatuajes en toda mi vida. Excepto aquella vez que vi en el Metro a uno que llevaba tatuado en la espinilla:
Bueno, la versión que yo tarareo es la de Walter Wanderley, pero os hacéis una idea.
Qué buenas perspectivas, ¿eh? Menorca. Jóvenes alemanas en bikini. Así me lo contaron a mí. Y me froto las manos y preparo la cámara y miro para un lado y al otro, al acecho de la presa, y me encuentro con esto:
En efecto, amigos. No hay jóvenes alemanas en Menorca, o estarán escondidas. Muy bien escondidas. Hay muchas inglesas, eso sí -como las de la foto-. Y hay portuguesas. Y españolas. Pero vamos, que si queríais ver fotos de chicas en bikini en el Cerdo agridulce, no es el día, amiguitos. Probad aquí mejor.
¿Y por qué os estoy haciendo perder el tiempo? Porque mi paciente espera oteando cuerpos serranos obtuvo su recompensa, aunque no en forma de núbil doncella:
¿Un gordo? ¿Eso es lo mejor que nos puede ofrecer el blog? No: es un gordo y su tatuaje casero, que no se distingue bien porque tuve que hacer la foto a escondidas -cualquiera se arriesga a que este tipo te pille haciéndole fotos-: del ombligo sale el dibujo de dos toscas manos, y un bocadillo que dice: Help! Lo mejor que he visto en tatuajes en toda mi vida. Excepto aquella vez que vi en el Metro a uno que llevaba tatuado en la espinilla:
Madre
solo
ay
una
Y eso es lo que han sido las vacaciones en cuanto a chicas.
solo
ay
una
Y eso es lo que han sido las vacaciones en cuanto a chicas.
10 comentarios:
El cerdo agridulce regresa con fuerza.
Pues yo me quedo con la versión del video.
Seguro que había alguna tía buena en la playa, aunque debió pasar los 5 minutos que estuviste metido en el agua.
Ese tatuaje es absolutamente genial, ahora mismo em hago uno igual. Ay (o hay), que no tengo barriga.
Por supuesto este año no había tías buenas por la sencilla razón de que la que suscribe está embarazada de casi siete meses y parece una versión femenina de Demis Roussos. Aún así, estoy mucho mejor que la señora esa del sombrero, que conste.
¿Qué lleva esa señora en la cabeza? No voy a dejar de pensar en eso en toda la mañana. Sí, qué pasa, yo ando de síndrome postvacacional y no quiero trabajar.
Eso os pasa por ir a sitios cálidos. En Galicia vi yo cuerpos de quitar el hipo y los micrófonos, además con la brisa fresca y la temperatura del agua atlántica, se pone todo que... eso, ya me entendéis, que sois unos pervertidos.
De verdad que no había material, que estuve muy atento. ¡Qué desilusión!
Rus, qué exagerada eres con lo de Demis Roussos. Es verdad que te ha aumentado un poco el vello facial, pero de ahí a eso...
No me digáis que no mola el sombrero, que parece la parte de abajo de un Ferrero Rocher. De un Ferrero Rocher gigante, claro.
Yo creo que es de una lámpara de mesita con lo que sigo sin entender su utilidad puesto que el cogote te lo calientas igual...
Yo pensaba que lo del gorro de la señora era uno de esos moldes de flan que se ponían antes las mujeres para que les diera el sol por todos los lados. Pero que la pobre señora no se lo pudo poner alrededor del cuello.
Me encanta ese tatuaje. Si alguna vez me hago alguno (cosa que dudo) será ese.
Maldito. En lugar de contarnos los secretos que utilizan en la serie de "Yo soy Bea" (recolado a la española de "Betty la Fea") para alargar hasta el infinito el argumento de la serie, te atreves a compartir con todos tus lectores la tortura que has sufrido al no poder disfrutar de cuerpos esculturales durante tus vacaciones.
Por cierto, la señora Ferrero Rocher lo único que hace es marcar tendencias. Si, eso con lo que los diseñadores de alta costura nos toman el pelo. ¿Por que ella no?
Y el tatoo es un tremendo ejemplo de arte de andar por casa. Una delicia casi equiparable a la de las pintadas que sueles mostrarnos en tu blog.
¿Las mujeres usaban los moldes de flan para ponerse "homogéneamente morenas"?
¿Es que no les alcanzaba el sol a todas las partes que querían broncear?
UNA SOLUCIÓN QUIERO.
(¿recordáis?)
Bueno, quiero haceros una concesión a quienes no sabéis disfrutar de las vacaciones en un yate: las mujeres despampanantes en Menorca, Ibiza y Formentera no están a en las playas, sólo se acercan a los chiringuitos de las calas de lujo desde las lanchas, para comer. Y luego se vuelven a tomar el sol al yate.
¡Ay, la plebe, nunca aprenderéis!
:-)
Pues yo he visto en cinco días más cuerpos Danone que en toda mi vida. Que tampoco soy de agua playera (me gusta más desde el yate, como bien apunta César)... y, cuando se está en tierra, el truco de los orificios en el periódico no falla. Discreto a la par que entretenido.
Carmona Dixit
Veleros. De esos hemos visto bastante, y de hecho de eso va la próxima, o la repróxima, actualización del Cerdo.
Es raro lo de que no hubiera macizas, difícil de entender. ¿Me estará empezando a fallar mi sentido arácnido?
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