viernes, agosto 24, 2007

Encuentre las siete diferencias

Lo que cambian las cosas de un año para otro. El año pasado, por ejemplo, veraneábamos en Portugal y lo normal es que al pasar cerca de un restaurante viéramos esto:

Muy bien todo, aparte lo de escribir percebes como perceves; pero es que los portugueses son así, con tal de dar la nota les da igual quedar como analfaburros.

Este año, en Menorca, también tropezábamos con carteles en los restaurantes que ofrecían sus productos, a ver si notáis la sutil diferencia:


Texto en tres idiomas y por si alguien no conoce los idiomas foto al canto, que aquí hay que asegurar el tiro. Esto va a ser que es lugar de turistas, ¿no? Lo es, lo es. Aquí están preparados para atender al extranjero; que podían aprender idiomas, pero donde esté un dedo para señalar el plato que se quiten esos inventos raros de los lenguajes. En fin, no creáis que me parece mal, a todos nos vendría mejor si en los restaurantes chinos apareciera una foto del plato. O aquella vez, hace años, que estuve en Budapest y pedí guachi guachi stropovna, que todavía no sé lo que es pero cuyo ardor aún hoy me acompaña en las noches de cielo raso -otro día, por cierto os cuento mi Teoría del Pollo Universal (c)-. Es más, ya me pongo revolucionario: en todos los restaurantes, incluidos los españoles para españoles, que te llevas unas sorpresas a veces que madre mía.

Lo que sí podrían estos hacer es cuidar un poco las fotos de los platos, que da cualquier cosa menos ganas de comer. Que no me entendáis mal: a mí la estética Plato Combinado me parece fantástica, me encantaría conocer a los que se ganaban la vida haciendo fotos de esas, hace treinta años. Pero coño, que estamos ya en otra época digital y tal. Arregla esos desvaídos.

En fin, será un caso aislado.


Que no lo es, claro, porque la ventaja competitiva de tener fotos de platos hay que tratar de eliminarla. Atención a las hamburguesas volantes de arriba.

Y cuando piensas que lo has visto todo en este tipo de publicidad gastronómica, zasca:


El monolito de platos. El tótem primordial. Las megachuletas con patatas de la base. En un momento parecíamos nosotros dos los monos de Kubrick con el monolito de 2001. ¡Oh, qué sobrecogedor descubrimiento! ¿Qué significará?

Pero a lo que interesa: ¿qué tal se come en esos sitios? Ay, amigos míos, no tenemos ni idea, que no entramos en ninguno. Nosotros somos demasiado listos para caer en sitios de estos de playa. O eso pensábamos.

(Continuará)

En el próximo episodio: Bea y don Álvaro se besan en el ascensor que conduce a la playa.

6 comentarios:

Pedro dijo...

Yo soy totalmente contrario a los restaurantes que ponen fotos de sus platos.

Llamadme radical (radical!!!), pero es que esos sitios me dan mala espina. Sobre todo los de Paella D'Or e inventos del demonio de ese tipo.

Luisru dijo...

No entiendo por qué todo el mundo se engancha a La Fea. mira que lo he intentado (y que me gusta un culebrón), pero nada, es demasiado mala.
Lo de las fotos me parece una idea genial. Los cabrones de los vieneses no hablan inglés ni a palos, no veas lo útiles que nos fueron cuando íbamos a desayunar, porque nuestro alemán como que es inexistente. Solo señalar y hacer la señal de la victoria y listo, marchando 2 desayunos continentales.

Cayetana Altovoltaje dijo...

Luisru, pero si el alemán es molto fácile: Zwei Desayunen Continentalen!! Zutaten!! Y yastá.
Palomares, por favor, dígame que también les ha sacado fotos a todos los retretes turísticos.

Palomares dijo...

Zutaten!! será supongo el equivalente a Arreando!!

No saqué fotos a los retretes, aunque debo confesarle que estuve tentado -un viejo proyecto mío, que no me importa compartir aquí: una guía gastronómica cuya puntuación estaría centrada exclusivamente en los cuartos de baño de los restaurantes-.

Por lo demás, el debate Fotos de platos combinados Sí o No puede dar más de sí si se esfuerzan todos ustedes. Empiecen a insultarse o tendré que hacerlo yo.

Anónimo dijo...

La tercera dimensión: figuras de plástico que imitaban a la perfección lo que ibas a comer me ayudaron muchísimo a la hora de evitar un estado de desamparo total. Y en el país del sushi te lo encuentras en un pequeño local de ramen y en el más exquisito restaurante especializado en ternera. Y fotos en el menú, si no te quieres llevar al camarero fuera para señalar. Pero siempre era mejor mirar lo que tenían los de al lado.

Eso sí, con esas fotos de chiringuito playero se te quitan las ganas de comer. ¿Treinta años? Yo creo que son en blanco y negro y le han dado un toque de plastidecor. Y ese mantel azul, y la servilleta primorosamente doblada... vosotros no veis suecas, pero yo echo en falta a Alfredo Landa.

Txutxi dijo...

Me gusta más el estilo portugues, mas minimalista

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