Tengo en el Spotify una lista secreta que se llama así, Versiones que molan más que el original o casi. No está en el Spotify (y dentro de poco será como si no estuviera en el mundo, porque Spotify se lo está comiendo todo) esta versión tremenda del Rehab de Amy Winehouse. Se lo vi a alguien en Twitter y ya no me acuerdo a quién, así que igual digo que lo he descubierto yo solo:
Me ha recordado a esa obra maestra de las versiones:
¿Por qué no escribe aquí?, se preguntan las masas, sobre todo las de croqueta.
Al principo le echábamos la culpa a esas novelas-tocho de quinientas y pico páginas que le da por escribir. Lo que pasa es que en realidad antes también escribía tochos y luego nos hablaba por aquí de sus cosas. Y ahora ya no.
Y otra cosa: como estamos a plan, es decir, a dieta, es decir, a régimen, es decir, pasando hambre, es decir, sufriendo como perros, la otra actividad en la que es una Maestra del Universo, esto es, montar croquetas, está prohibidísima, y Rebeca Rus tiene que desviar sus ansias creativas a algún lado. Y es tal la energía que desprende -como una supernova- que sólo podía tener acomodo en un sitio.
Y por eso Rebeca Rus ha empezado a escribir para la Revista Cuore una columna semanal llamada Lo vi haciendo zapping, donde hablará de personajes televisivos.
Es como llegar a la cima, francamente, porque nuestro plan era acabar escribiendo para una de estas tres publicaciones humorísticas:
a) El Jueves, porque estar al lado de Monteys, Manel F., Carlös, Mauro Entrialgo y etcétera, es un honor. b) El Marca, porque un periódico que es capaz de permitirse sacar portadas como esta añeja es un lugar donde todo es posible:
c) La Cuore, porque ahí nos hemos descojonado con frases como "¿Sabes cuando te pruebas un vestido y piensas que para eso es mejor llevar una bolsa de basura? Pues X no lo pensó dos veces"
Así que una vez conseguida esa columna en la tercera de nuestras publicaciones, sólo queda esperar grandes cosas. Porque juntar a dos colosos de la talla de Cuore y Rebeca Rus es como cuando un ejecutivo de Hollywood tiene ideas geniales, como juntar:
O como juntar:
Que diréis: vamos, que producen putas mierdas de películas. Vale; a veces. Pero otras no, y ahí es dónde vamos. A veces juntar a dos o más colosos así hace que sean posibles obras maestras. Por ejemplo:
Mitíquísima escena con cienes de momentos legendarios, esta en la que Bruce Lee se enfrenta a Kareem Abdoul-Jabbar:
¿Qué, cómo te has quedado? Pues hay más, aquí no se repara en gastos. Porque si esa escena es mítica, esta otra lo es también:
Mucho The Expendables, pero está todo inventado. ¡Qué duelo de interpretaciones! ¡Y qué pelos tenía Chuck Norris!
Y esta bonita escena de dos grandes que no implica hostias:
Y como estamos musicales, y evitando los duetos de Bono con Sinatra (¿por qué no juntan a Alien con Bono?):
La música es lo que tiene, que se adapta muy bien a juntar gente y producir obras maestras, y aquí nos gusta mucho zascandilear con estas obras fusión. Ya lo hicimos tiempo ha con el vídeo de Dyango y Pimpinela, Ese hombre (si no lo han visto han perdido gran parte de su vida; si ya lo conocéis volved a verlo, se conserva fresquísimo en nuestras cámaras acorazadas), y ya lo hicimos con Qué bonito es Israel (¡No puede serrrr!).
La cosa da para seguir. Por ejemplo: ¿Qué pasaría si enfrentáramos a Dora Exploradora con Bob Esponja? (personalmente espero que Bob Esponja la descuartizara con su paleta de hacer Cangreburguers). Pero ya os hemos entretenido demasiado tiempo y estaréis ansiosos de ir al quiosco a por vuestro ejemplar de Cuore.
Mi abuela desenredando su moño frente al espejo del cuarto de baño, haciendo que su largo cabello blanco le llegara hasta por debajo de las rodillas.
Mi abuela discutiendo a voces con la mala de la telenovela: ¡Eso es lo que te crees tú, zorrángana! ¡Pero ya te cogerán, ya!
Mi abuela tumbada en una hamaca, junto a los demás, mientras mirábamos las estrellas de madrugada, charlando de cosas sin importancia.
Mi abuela poniéndose colonia antes de que le hicieran una foto, y luego quedándose completamente paralizada como si la cámara fuera de 1910 y tardara seis o siete segundos en tomar las imágenes.
Oh, qué tiempos. Hace algunos años Fox Sports hizo una campaña genial:
Qué bien pillado estaba y qué bien rodado estaba, qué realista. Mi favorito era este:
Es mi favorito porque igual que en los otros los ves y dices jajaja, en este otro además de hacer jajaja tratas de averiguar las reglas del deporte. Quiero decir: ¿por qué ha ganado el del bigote con esa bofetada, qué había en la bofetada que la hiciera ganadora, cómo sbae todo el mundo que el tío ha ganado? Yo tengo mis propias teorías, por supuesto.
El caso es que me he acordado de estos anuncios al ver en Bar Deportes (sí, otra vez) este increíble vídeo (desde el principio es bueno, pero en el 1:40 se vuelve descomunal). A ver si hay huevos para verlo entero:
Mallakhamb, se llama el deporte, que debe ser medio arte marcial. Y yo perdiendo el tiempo con el ajedrez en el colegio.
Una nueva tendencia publicitaria está haciendo furor. Tuvimos un ejemplo de ella en el Mundial de Sudáfrica. Mientras Nike hacía anuncios hiperhormonados y Giorgi hacía uno de los suyos de luces y gominas, el triunfador publicitario en relación calidad precio se limitaba a usar a tres docenas de tías buenas (¡viva!).
Tres docenas de tías buenas vestidas de naranja es sin duda algo que llama mucho la atención, pero tuvieron cobertura mundial cuando la FIFA las expulsó por publicidad ilegal, las detuvo y las interrogó y amenazó con enviarlas a la cárcel. Un poco excesivo y que, aparte del mal trago de las chicas, resultó muy rentable para Bavaria, porque consiguió aparecer en todos los medios del planeta, a un coste mínimo.
Y entonces...
Entonces a alguien se le encendió una lucecita. Era una bombilla. Una bombilla de esas de He tenido una idea. Vean qué ha sucedido en Toledo, no la ciudad imperial, sino la de Ohio:
Lo que más me gusta de todo es que en cuanto la tía se va en su coche, otro coche ocupa su lugar de inmediato. Como si no hubiera pasado nada y le tocara ya el turno. Crack de tío.
A la chica esta que se ha puesto tan nerviosa porque no le daban sus McNuggets de pollo le han caído 150 euros para compensar los daños y 60 días en prisión. A cambio sus acciones se han visto en todo el mundo. Yo diría que compensa. A ella igual no, pero a McDonalds sí. Vaya si compensa. Si yo fuera el señor McDonalds estaría ahora mismo poniendo una medalla al mérito al creativo al que se le ocurrió este magnífico viral: una mujer desea tanto unos McNuggets que cuando no se los dan monta en cólera y destroza el establecimiento. Genial. Con un coste mínimo: los 150 euros de indemnización, el casting, y lo que hayan acordado con la psicópata para compensar sus 60 días en prisión (¿60 euros?). Que ellos dirán que no han tenido nada que ver, pero ya saben cómo son los rosacruces: hasta niegan su propia existencia.
Donde Bavaria era un titubeo, en McDonalds es un firme Así se hacen las cosas en el mundo 360 de la Publicidad. Pringaos.
El siguiente paso está claro y ya lo sospechan ustedes que son muy listos. Como una vulgar condena por daños ya está muy sobada, lo siguiente es que alguna agencia esté ahora mismo planeando un asesinato y preparando ya el caso para hacerse con un Titanio en Cannes. A mí me encantaría formar parte de ese proyecto y ya tengo algunas ideas sobre cómo participar (la mayor parte de ellas sin ser la víctima). Acepto grandes sumas de dinero a cambio de contarlas.