Mi padre lo decía a menudo: es más vago que la chaqueta de un guardia. Yo no acababa de entender qué quería decir. ¿Por qué la chaqueta de un guardia era el ejemplo máximo de vaguería? ¿Por qué la chaqueta sí y los pantalones no? En cualquier caso no estamos aquí para hablar de guardias, sino de vagos:
Ya, no parece tan vago. Y qué buen precio, por cierto. Pero es que esta foto es sólo una introducción para que veais esta otra:
Ah, amigo. Que nos parecía mucho volver a escribirlo. Qué pereza, ¿eh? ¡Con la de cosas que tendrás que hacer! ¡Corre, que se te queman las lentejas!
P.D. Hace ya mucho tiempo, en los albores de internet, el amigo Remo ya
encontró un ejemplo parecido, pero a mayor escala, y lo posteó en su
maravilloso (oh, cómo lo echamos de menos) Curioso pero inútil.
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