Ayer estuve en una entrevista en Intereconomía (para los que os interese escucharla la emitirán mañana sábado a eso de las 10, 15 a.m.) y una de las cosas que me preguntaron fue que cómo marchaban las ventas. “No tengo ni idea” respondí, “el libro sólo lleva tres semanas a la venta y es demasiado pronto para saber nada”. Luego, a micrófono cerrado y hablando con el presentador estuvimos comentando lo difícil que es sacar un libro a la venta en este país y que se convierta en todo un éxito. La verdad es que yo no me puedo quejar. El departamento de comunicación de Esencia de Planeta está haciendo un esfuerzo tremendo para sacarme en todas partes y estoy la mar de contenta. Pero sé que eso no es suficiente. Sé que necesito mucho más. Un golpe de suerte. El boca a boca. Y, por supuesto, un buen merchandising.
El merchandising no sólo consiste en un buen diseño del producto y en un buen material en el punto de venta. También significa estar bien posicionado dentro de una tienda. Y ahí es donde comienzan los límites. Porque, como imaginaréis, a mí no me van a colocar al mismo nivel que a Pérez Reverte.
Hasta que llegó Mr. Píxel Man. Un ciudadano anónimo (bueno, anónimo no es, porque es un coleguilla mío) que ha emprendido una cruzada para convertirme en un best seller a cambio de dos pollos asados que le prometí un domingo. Mr. Píxel Man, como publicitario que es, conoce la importancia de la colocación del producto en el punto de venta y se ha propuesto colocar el mío al mismo nivel que los escritores más vendidos de este país. En sus propias palabras: “Es difícil luchar contra los poderosos pero juntos podemos ganar”. Así que, Mr. Píxel Man se propuso una gran misión. Primero: neutralizar a Pablo Coelho en el Carrefour de Alcobendas. Y allá que se fue. Armado de paciencia y con un buen montón de ejemplares de Sabrina bajo el brazo, Mr. Pixel Man empleó sus buenos quince minutos en empapelar dos estantes de novelas de Pablo Coelho con mis ejemplares.
Misión cumplida.
Luego, armándose de un valor sin parangón, Mr. Pixel Man decidió también neutralizar a Boris y a Juan José Millás en el Hipercor de Las Rosas. Ateniéndose a graves consecuencias (que le quitaran unos cupones descuentos para comprar Suavizante Concentrado), Mr. Pixel Man empapeló el stand de Los 20 más vendidos y no quedándose contento con ello, se hizo esta fotografía para demostrar su hazaña al mundo.
¡Toma castaña pilonga!
No sabemos qué otras complicadas misiones planean sobre la diligente mente de Mr. Pixel Man para la próxima semana en su misión para hacer un merchandising de alto standing para mi novela. En nuestra conversación me pareció que nombraba a Ken Follet, pero, ¿quién sabe?
Tiembla J. K. Rowling… Mr. Pixel Man ha llegado a la ciudad.