Lunes en una agencia de publicidad

Sustituyamos en el título Agencia de Publicidad por lo que ustedes quieran y veamos qué nos depara el lunes. De momento, voy a poner este vídeo ilustrativo:

Sé lo que estáis pensando. ¿Pero qué tontería es esta? ¿Por qué desaprovechar un plano del anuncio para meter un koala cuando podían haber puesto un chimpancé? Pues porque a los creativos no les gusta repetirse. Y además, a los creativos no les gusta repetirse:

Pon un chimpancé en un anuncio y el resto vendrá solo. Esa es la lección de hoy. Y la de mañana.

La trama se complica

Ya saben ustedes que nos fascina la historia del asalto a Eurovisión de Melody y Los Vivancos. Ayer se produjo un dramático giro en los acontecimientos en lo que parecía un triunfal paseo hacia la gloria en Eurovisión:

Los Vivancos abandonan a Melody

Aquí lo cuentan muy finamente. Desencantados porque, abro comillas, "no se han cumplido los requisitos técnicos y artísticos necesarios para defender su candidatura con la calidad y profesionalidad necesarias", los siete hijos de un mismo padre han decidido abandonar a la pobre Melody.

Melody ha dicho que se pone a trabajar con otros bailarines para "seguir con su sueño de representar a España" (cita que me he inventado pero que estoy seguro de que habrá dicho). A mí eso me parece dificilísimo, porque además dónde va a encontrar a otros siete bailarines hijos del mismo padre que sean expertos en baile, hiphop y artes marciales. Pero ella verá.

Yo no descarto que de aquí a cuando sea la final vuelvan en plan reconciliación, pero por si acaso, planteo posibles caminos para que los desarrollen los guionistas de esta historia:

1) Que los Vivancos se unan a la gran rival de Melody, Soraya, para arrebatarle el primer puesto:



Este vídeo necesita siete bailarines expertos en hiphop como el respirar. Aparte de varias tías buenas que se magreen, pero esa es otra historia.

2) Que Melody consiga siete bailarines expertos en artes marciales y se enfrenten a Soraya y los Vivancos en un duelo a muerte en OK Corral.

3) Que Melody consiga siete gorilas bailarines, no necesariamente expertos en hiphop, pero sí hijos de un mismo padre.

Nos tienen en ascuas. ¿Por dónde evolucionarán los acontecimientos? En cuanto nos enteremos seréis los primeros en saberlo (para que no tengáis que ver vosotros las galas, eso que os ahorráis).

Actualización: Nos habla Luisru en los comentarios de una caída de un miembro del jurado y lo ponemos aquí para alentar el debate:

Vaya guacharrazo el pobre. A destacar la impasibilidad de Alaska (¡que es que esto lo presenta Alaska!): Tenemos un accidentado. Bueno, pasando a otro tema más interesante, mientras se recupera, que no le ha pasado nada...

Un hombre come 22 escorpiones vivos

No sé que es más inquietante, si el vídeo:



O la música que le han puesto.

Estas cosas me quitan el sueño

El debate está en la calle y hace correr ríos de tinta y otros tópicos que ahora mismo no se me ocurren, pero toda la carne está en el asador. Atención que esto último viene con guiño de ojo incluido y movimiento rotatorio de muñeca. Porque vamos a hablar de los kebab.

Y aquí viene la pregunta que os va a arrancar un escalofrío: ¿kebab se escribe con p o con b? La opinión está dividida y no podemos preguntar a los turcos porque algunos lo escriben con b, kebab. Y otros con p: kebap. Miren ustedes los carteles por la calle.

Los bandos, como suele suceder, están enfrentados. Hay grupos de kebapistas que ven ahí a los Kebab y les prenden fuego (de ahí el olor a carne asada o churruscada). Hay grupos de kebabistas que no comen nunca en un Kebap, no vaya a ser que se atraganten con la P. Y luego están, claro, los que nadan y guardan la ropa, como si fueran suizos:

Que ponen eso que acaban de ver en el frontal de la tienda. Y esto otro en un lateral:


Y así todos contentos.

P.D. ¿No estáis hartos de que la Wikipedia os joda artículos? Yo personalmente la cerraba, no me gusta que los misterios dejen de ser misterios. ¡Viva el Oscurantismo!

Cosas bonitas

Estamos atravesando el clásico aluvión de trabajo que nos tiene sin poder respirar, así que me van a permitir que me limite a poner un vídeo bonito que me mostraron hace poco (¡gracias, maja! Tú sabes quién eres. Toma, te regalo un oso panda). Qué fácil parece hacer cosas hermosas cuando se tiene buen gusto:

La respuesta es: Rotundamente sí

Envidia

Hacía mucho que no veía nada en la tele española que me diera realmente envidia. Por fin ha aparecido algo, sencillo, bien hecho, gracioso y encima quitándome una canción de Mocedades que yo tenía ya en mente para usar alguna vez:

Viva Mocedades. Y qué cabrones de arrebatármela. Menos mal que siempre me quedará Perales (a Raphael me lo quitan en ná, lo estoy viendo). Otros dos ejemplos que son mejores o que me hacen más gracia:

Nótese la voz del taxista y la risa, cuyo mérito hay que atribuir, sin duda, al gran Fesser, que ha dirigido la campaña.

¿Son mejores que el anuncio de los niños y las cejas? Pues a lo mejor no, no te digo yo que no, y desde luego tendrán menos premios, pero yo me troncho con estos y con el otro no. Y en estos tiempos ya es suficiente.

Is this real life?

Un padre lleva a su hijo de siete años al dentista para que le quite un diente, y luego el chaval, con los efectos de la anestesia, da una lección magistral sobre la vida:

Firma invitada

A Carmona Dixit no sólo le agradecemos cada comentario que hace en esta santa casa, sino también que de vez en cuando nos obsequie con unas postales bizarras (me pregunto quién empezó esta guerra donde sólo hay vencidos) que adornan nuestra nevera. La última era de Estabul y por vez primera era más bizarro el texto de dentro que la foto de fuera, así que le pedimos una explicación, y nos contó esta historia que reproducimos a continuación con su cortés permiso:

No es para tanto... íbamos las cuatro Marías (mis hermanas y mi madre) tan tranquilas y heladas decididas a cruzar el Puente del Gálata cuando C.F., la menor, nos dice que mejor pasamos por la parte de abajo, llena de restaurantes con maitres pesados hasta decir basta. La razón es que había un hombre en las escaleras para acceder al paseo atendiendo el móvil con una mano y haciéndose una manola con la otra. A las tres de la tarde. A través del chaquetón se podía apreciar el ejercicio. No sé, tal vez estaba hablando con su asesor financiero y necesitaba relajarse a toda costa. Costa que avistamos perfectamente.

Si lo llego a saber paso al lado del pajillero, porque me jodió más tener que lidiar con el "ciao, hola, pase, pase, de dónde son, pescado excelente, qué hacen en nochevieja, te quieres casar conmigo" de los pesados de los restaurantes.

Y una vez atravesado el Bósforo, en la primera calle que nos metemos de la parte asiática de Estambul, a diez minutos andando del experto en manualidades al aire libre, nos encontramos con su versión "40 años después". Otro, pero en viejales, dándole a la zambomba conforme nos cruzábamos con él. Fui la única que no se dio cuenta. Estaba mirando escaparates con estupendos aparejos de pesca. Menos mal que al segundo no lo vi. Me habría practicado el harakiri con un anzuelo ahí mismo.

La de testosterona que hay por ahí suelta, madre mía. No sé cómo llegamos a España sin lucir bigote a lo Pantoja.

No hay más comentarios excepto los jajajajaja.

El vídeo de los niños que mueven las cejas

En 1917 Marcel Duchamp presentó El urinario y nada en el arte (el Arte) volvió a ser lo mismo. Al borde del abismo, muchos críticos pensaron que exponer un urinario era una chorrada. Cambio de párrafo para que piensen si a ustedes aún les parece una chorrada.

Bien, parece que la publicidad ha alcanzado ya el estatus del arte (Arte). Antes uno sabía si lo que veía era una idiotez o no. Ahora también, pero con la diferencia de que en algunos casos temes decir algo en voz alta no vaya a ser que sea bueno y se constate que tú eres un zote. O sea, el anuncio del que nos avisaba Miss Altovoltaje:



Yo lo veo y a mí se me queda cara de haba. Y eso que nosotros somos aquí firmes defensores (o así) del primer anuncio de la campaña, el del Gorila. Pero sinceramente creo que han perdido el rumbo. Ya pasó con el segundo anuncio de la campaña, que pongo aquí pero aconsejándoles que no pierdan un minuto y medio en verlo:



El caso es que se queda uno con la sensación de que debería gustarte pero la verdad es que no se me mueven ni un milímetro los labios. Dictamen: chorrada.

En cambio este otro también es una chorrada pero me hace reír. O sea que no es una chorrada:



Fin de la lección sobre la Publicidad y el Arte.