miércoles, febrero 04, 2009

Firma invitada

A Carmona Dixit no sólo le agradecemos cada comentario que hace en esta santa casa, sino también que de vez en cuando nos obsequie con unas postales bizarras (me pregunto quién empezó esta guerra donde sólo hay vencidos) que adornan nuestra nevera. La última era de Estabul y por vez primera era más bizarro el texto de dentro que la foto de fuera, así que le pedimos una explicación, y nos contó esta historia que reproducimos a continuación con su cortés permiso:

No es para tanto... íbamos las cuatro Marías (mis hermanas y mi madre) tan tranquilas y heladas decididas a cruzar el Puente del Gálata cuando C.F., la menor, nos dice que mejor pasamos por la parte de abajo, llena de restaurantes con maitres pesados hasta decir basta. La razón es que había un hombre en las escaleras para acceder al paseo atendiendo el móvil con una mano y haciéndose una manola con la otra. A las tres de la tarde. A través del chaquetón se podía apreciar el ejercicio. No sé, tal vez estaba hablando con su asesor financiero y necesitaba relajarse a toda costa. Costa que avistamos perfectamente.

Si lo llego a saber paso al lado del pajillero, porque me jodió más tener que lidiar con el "ciao, hola, pase, pase, de dónde son, pescado excelente, qué hacen en nochevieja, te quieres casar conmigo" de los pesados de los restaurantes.

Y una vez atravesado el Bósforo, en la primera calle que nos metemos de la parte asiática de Estambul, a diez minutos andando del experto en manualidades al aire libre, nos encontramos con su versión "40 años después". Otro, pero en viejales, dándole a la zambomba conforme nos cruzábamos con él. Fui la única que no se dio cuenta. Estaba mirando escaparates con estupendos aparejos de pesca. Menos mal que al segundo no lo vi. Me habría practicado el harakiri con un anzuelo ahí mismo.

La de testosterona que hay por ahí suelta, madre mía. No sé cómo llegamos a España sin lucir bigote a lo Pantoja.



No hay más comentarios excepto los jajajajaja.

7 comentarios:

Luisru dijo...

jajajajaja

Pedro dijo...

jajajajaja...

Buenísima historia, Carmona.

Parece que allá en Turquía la frase, en lugar de "no hay moros en la costa", debería ser "no hay monos en la costa".

Aunque en Estambul parece que siempre están de guardia.

Anónimo dijo...

El C.F. queda de reconstrucción que te cagas. Parece la sección de sucesos.

En la zona destinada a los monos de cualquier zoo se ven menos plátanos que en Estambul, Tartamundos.

Anónimo dijo...

Por cierto, comentar en esta santa casa es un placer. Y que colguéis el texto, un honor.

¿Corréis una cortina sobre el frigo cuando os llegan visitas?

Palomares dijo...

Cómo me gustan los chistes a lo Pajares y Esteso...

En honor a la verdad, no colgamos todas las fotos a la vez en la nevera o nos daría un colapso por la mañana. Siguen un régimen rotatorio, de manera que solo hay dos o tres por vez.

Alberto Ramos dijo...

Y luego dicen que los hombres no sabemos hacer dos cosas a la vez.

Ricardito ëmore dijo...

Yo diria mas: jajajajajaja

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