Junto a mi agencia hay un badulaque chino en el que en los momentos de desesperación compramos sándwiches caducados, tabletas de chocolate o reponemos nuestras provisiones de litronas si las barbacoas de la terraza se alargan más de lo que habíamos previsto. El dueño tiene unas uñas amarillas y largas que impiden que pidamos cosas que hayan podido ser tocadas directamente por él.
Bien, el caso es que un poquito más arriba, en la misma calle, están a punto de abrir otro chino, pero no un chino chusco de tres metros cuadrados, que ya sería una faena para el de las uñas, sino un chino enorme lleno de estanterías y productos. Tan enorme que ya se le conoce en la agencia como EL SUPERCHINO. Así en mayúsculas. Vamos, una putada para el chino pequeño.
La verdad es que es impresionante, incluso desde fuera, filas y filas bien ordenadas de productos, mucha luz, mucho espacio, es que dan unas ganas locas de meterse allí a gastar porque te da la impresión de que igual los yogures ni están caducados ni a punto de caducar. Es más, es el único chino que conozco que no sólo tiene cámaras de seguridad, sino que se ven en una pantalla plana:
Bien, el caso es que un poquito más arriba, en la misma calle, están a punto de abrir otro chino, pero no un chino chusco de tres metros cuadrados, que ya sería una faena para el de las uñas, sino un chino enorme lleno de estanterías y productos. Tan enorme que ya se le conoce en la agencia como EL SUPERCHINO. Así en mayúsculas. Vamos, una putada para el chino pequeño.
La verdad es que es impresionante, incluso desde fuera, filas y filas bien ordenadas de productos, mucha luz, mucho espacio, es que dan unas ganas locas de meterse allí a gastar porque te da la impresión de que igual los yogures ni están caducados ni a punto de caducar. Es más, es el único chino que conozco que no sólo tiene cámaras de seguridad, sino que se ven en una pantalla plana:
¡Pantalla plana para ver quién manga! ¡No es chino, es más bien de Hong Kong! Es tan atómico que en vez de un cartel de Ofertas tienen un luminoso de Ofertas en el que las lucecitas se mueven:
Acojona, ¿eh? Pues a quien más acojona es al chino de las uñas, que ve que su próspero negocio se va a la mierda. Pero no hay nada que arredre a un empresario de estos, así que ha decidido contraatacar, y ha puesto en el escaparate de su badulaque esto:
No me digais que no es tierno. Ante nuestros ojos se desarrolla de nuevo la lucha desigual entre David y Goliat, entre el pobre pastor que hace con sus propias manos el queso (de ahí las uñas amarillas, todo tiene explicación) y el malvado y gigantesco filisteo. Yo ya he elegido bando. No entro en el SUPERCHINO ni aunque regalen gatos de esos dorados que mueven la pata.
8 comentarios:
jajjajjaaja. No se yo.... a mi es que el cartel luminoso de ofertas también me ha seducido. Es tan...... friki y hortera!!
Yo lo siento, muy concienciada con el pequeño negocio, pero con lo de las uñas largas y amarillas no puedo.
Tengo que hacerle una buena foto, porque ahí no se aprecia bien: está aún envuelto en plástico; vamos, que es de estreno.
APASIONANTE BATALLA!!!
Yo me posiciono también a favor del pequeño empresario, el esforzado comerciante de tienda de barrio, el que escribe las ofertas con boli en folios... ¡y el chino de las uñas largas y amarillas!
Carmona, piensa que con lo que recoge en esas uñas alimenta a sus descendientes.
Tartamundos, ¡a las barricadas!
Déjame vomitar antes de me reírme.
chiqui!!! es brillante este articulo de la guerra de los chinos, lo que me estoy perdiendooooo!!!! dile a todos que vuelvo!!! y te auguro best sellers x delante a porrillo!! acuerdate de mi para las traducciones al inglés!!! y a todos los demas COMPRAD SU LIBRO
jajajaaja, que tierno el anuncio!! de todas formas con carteles como este no creo que tenga mucho futuro, eso si, siempre está la mafia para echar un cable...
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