Una de las mejores maneras de vender algo es conocer a tu cliente. Saber qué le interesa, qué le motiva, cuál es la razón por la que hace tal o cual cosa, y dársela. Tan sencillo como eso. El cliente quiere X y tú le das un producto que se lo ofrece. Un beneficio que puede ser físico o no, naturalmente, porque mucha gente busca en los productos no sólo beneficios funcionales sino emocionales (por ejemplo, sentirse parte de un grupo de gente que mola).
Conocer al cliente. Sus gustos. Sus deseos.
El caso es que en la agencia de Fotoprix lo saben, vaya que si lo saben. La prueba está en este banner cuya primera imagen no deja lugar a dudas:
Felicidad, playa, gafas de sol, sonrisas. Buenos recuerdos. Vaya par de recuerdos, ¿eh? ¿Somos maliciosos por pensar que ahí se dirige la vista de los hombres, a los recuerdos? Tal vez, tal vez. Pero los chicos de Fotoprix también lo piensan, porque cuando cambia la imagen...
¡Ponen la oferta justo a la altura de los recuerdos!
Me quito el sombrero. Aplausos. Ponles un whisky a estos señores y apúntalos en mi cuenta. Maestros. Contigo al fin del mundo. Genios del Mal. Tómame.
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