Para tus cosas, me dice en un correo.
Y me envía tres fotos que supongo que llevan circulando por internet años y años pero que yo nunca había visto.
Un padre te sigue enseñando cosas nuevas cuando menos te lo esperas, ya ves. Y en los temas que menos te esperas.
Me gustan mucho los carteles macarras de los tenderos, de siempre. El Hoy no se fía, mañana sí. El Si no quieres pagar díselo a mi amigo (que es un garrote). O este bello Los aguacates están maduros, si quieres apretar algo aprieta el coco, que se puede traducir libremente por: Dejad de tocarme los huevos. Primer aviso.
Otro de mis temas favoritos: la corrección ortográfica errónea. Bello error -o tal vez no es error, yo de roedores sé poco- escribir Gansters para referirse a esas inofensivas mascotas -¿o tal vez no tan inofensivas?-, y bellísima la corrección a lo castizo. ¿Cómo se pronuncia? Jámsters. Pues así se escribe. Coño.
Y otro hermoso ejemplo de diseño de envases en el que el diseñador está a sus cosas: volúmenes, colorines, efectos diversos, y se olvida del texto. ¿Casualidad? ¿Intencionado? Nunca lo sabremos, a menos que el citado diseñador entre aquí a insultarnos.
4 comentarios:
Imagino que conoces Proyecto Cartele, un clásico de la internete.
Sí, lo conocía, Alberto. Siempre me he preguntado si los de Cartele conocerían el Celtiberia Show de Carandell.
Si lo conocen se lo tienen muy callado.
Por cierto, una vez tropecé con una exposición de Proyecto Cartele en La Habana. Me sorprendió que no apareciera en las guías turísticas.
Descubrir que tienes una toalla masturbante sin saberlo no tiene precio...
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