Me ha hecho gracia ver los rótulos de esta cafetería:
Mozar. Mozart. Y los dos puestos. Coño, que ya lo hemos pagao. Pues se pone.
Me gusta imaginar que en realidad el rótulo bueno sea el de delante. Mónica, Zacarías y Rodrigo. Y encargan un nuevo rótulo, el de atrás, y el rotulista se confunde, se crece y le pone una T y los violines. Y Mónica, Zacarías y Rodrigo miran el rótulo y suspiran y dicen: buah, qué más da.
1 comentarios:
Sí señor, esa mítica cafetería. ¿Qué hacías en los juzgados de Plaza de Castilla, Txiki?
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