Mi amigo Edu –alias el Vascjko, alias Action Man- y yo teníamos hace tiempo una idea que nos iba a hacer ricos. Se trataba de suministrar a la gente que acababa de comer una sala donde pudiera echarse la siesta, a cambio de un pequeño suplemento. Era un plan sin fisuras que elaboramos durante la digestión de comidas pantagruélicas. El gintonic es lo que tiene, que inspira. Tras una comida contundente, razonábamos, ¿quién no pagaría por meterse en un pequeño reservado y dormir una breve y reparadora siesta de, pongamos, tres cuartos de hora?
Pensamos en todos los detalles. Serían cuartos pequeños, de luz amortiguada, en pequeñas dependencias al lado del restaurante (para facilitar la viabilidad de la idea, pensábamos montar un restaurante; es que estábamos en todo). El cliente tendría derecho a un mullido sofá de orejas y podría elegir entre tres clases de vídeos para disfrutar en su pequeño televisor, dependiendo de sus preferencias:
1)Documental de insectos
2)Etapa llana en la primera semana del Giro de Italia
3)Dieciseisavos de final de Roland Garrós entre un ruso y un checoslovaco (de cuando había checoslovacos, ya digo que la idea tiene tiempo)
Siesta plácida segura, como veis.
Nunca llevamos a cabo esa idea. Ni siquiera la registramos. Nuestras respectivas nos miraban con esa mirada castradora tan desagradable que tienen las mujeres, como diciendo: “Pero mira que puedes llegar a ser bobo”, y en esas condiciones es difícil levantar un proyecto (o levantar cualquier cosa, guiño, guiño). Al cabo abandonamos la idea, la dejamos pasar. Otra de esas ideas que se desvanecen. El caso es que tiempo después vimos que el Ritz (o el Palace, yo siempre los confundo) habían decidido ofrecer sus habitaciones por períodos muy breves de tiempo a los que comieran en sus restaurantes; vamos, que nos fusilaban la idea de ofrecer espacios para siestas. Luego la he visto en otros sitios, o sea que el ejemplo ha cundido. No sé si a vosotros os ha ocurrido que os pisen ideas así. Seguro que sí, y para eso está el apartado de comentarios.
Y me he puesto a pensar que en realidad lo que cualquiera de nosotros necesitamos es un tipo con dinero para gastar que pueda hacer realidad ideas tan descabelladas como esta, un tipo al que el dinero le salga por las orejas dispuesto a meterlo en un proyecto cualquiera. O simplemente que sea tan alocado como para ver una oportunidad de negocio en cualquier idea inusual. Pero si tiene dinero mejor, claro.
Me imagino a Thomas Alva Edison pensando en sus cosas y hablando con un amigote: “Oye, molaría inventar una cosa que sirviera para dar luz, ¿que no?” Y la mujer de Edison le miraría con esa mirada castradora tan desagradable que tienen las mujeres, como diciendo: “Pero mira que puedes llegar a ser bobo”, y Edison, bostezaría y diría: “O un sitio donde dormir la siesta después de comer”. Y nada, se tomaría otro pacharán y miraría por la ventana a ver si pasa alguna chica bonita.
Así que está claro que lo que necesitamos Edison, Edu (venga, va, el chiste: Eduson) y yo es un socio capitalista que afloje la mosca, qué bonita expresión, para que nuestros próximos proyectos, como por ejemplo El Paraguas Que No Te Moja La Espalda, sean posibles. Si tenéis pasta gansa, otra bonita expresión, para despilfarrar, aquí estamos nosotros. Y si lo que tenéis son ideas de inventos, también estamos aquí, ya encontraremos quien nos lo financie.
Pensamos en todos los detalles. Serían cuartos pequeños, de luz amortiguada, en pequeñas dependencias al lado del restaurante (para facilitar la viabilidad de la idea, pensábamos montar un restaurante; es que estábamos en todo). El cliente tendría derecho a un mullido sofá de orejas y podría elegir entre tres clases de vídeos para disfrutar en su pequeño televisor, dependiendo de sus preferencias:
1)Documental de insectos
2)Etapa llana en la primera semana del Giro de Italia
3)Dieciseisavos de final de Roland Garrós entre un ruso y un checoslovaco (de cuando había checoslovacos, ya digo que la idea tiene tiempo)
Siesta plácida segura, como veis.
Nunca llevamos a cabo esa idea. Ni siquiera la registramos. Nuestras respectivas nos miraban con esa mirada castradora tan desagradable que tienen las mujeres, como diciendo: “Pero mira que puedes llegar a ser bobo”, y en esas condiciones es difícil levantar un proyecto (o levantar cualquier cosa, guiño, guiño). Al cabo abandonamos la idea, la dejamos pasar. Otra de esas ideas que se desvanecen. El caso es que tiempo después vimos que el Ritz (o el Palace, yo siempre los confundo) habían decidido ofrecer sus habitaciones por períodos muy breves de tiempo a los que comieran en sus restaurantes; vamos, que nos fusilaban la idea de ofrecer espacios para siestas. Luego la he visto en otros sitios, o sea que el ejemplo ha cundido. No sé si a vosotros os ha ocurrido que os pisen ideas así. Seguro que sí, y para eso está el apartado de comentarios.
Y me he puesto a pensar que en realidad lo que cualquiera de nosotros necesitamos es un tipo con dinero para gastar que pueda hacer realidad ideas tan descabelladas como esta, un tipo al que el dinero le salga por las orejas dispuesto a meterlo en un proyecto cualquiera. O simplemente que sea tan alocado como para ver una oportunidad de negocio en cualquier idea inusual. Pero si tiene dinero mejor, claro.
Me imagino a Thomas Alva Edison pensando en sus cosas y hablando con un amigote: “Oye, molaría inventar una cosa que sirviera para dar luz, ¿que no?” Y la mujer de Edison le miraría con esa mirada castradora tan desagradable que tienen las mujeres, como diciendo: “Pero mira que puedes llegar a ser bobo”, y Edison, bostezaría y diría: “O un sitio donde dormir la siesta después de comer”. Y nada, se tomaría otro pacharán y miraría por la ventana a ver si pasa alguna chica bonita.
Así que está claro que lo que necesitamos Edison, Edu (venga, va, el chiste: Eduson) y yo es un socio capitalista que afloje la mosca, qué bonita expresión, para que nuestros próximos proyectos, como por ejemplo El Paraguas Que No Te Moja La Espalda, sean posibles. Si tenéis pasta gansa, otra bonita expresión, para despilfarrar, aquí estamos nosotros. Y si lo que tenéis son ideas de inventos, también estamos aquí, ya encontraremos quien nos lo financie.
21 comentarios:
Palomares, antes de que lo sacaran los japoneses (malditos, se adelantan hasta en las costumbres que aún no han adquirido siquiera), unos amigos ya teníamos el nombre del local: "El siestódromo"... a lo mejor hasta estaba plagiado. No sé de cuántos años estoy hablado. Nos pasó lo mismo, faltaba el socio capitalista.
Ahora, he de reconocer que la idea de los dieciseisavos de Roland Garros es excelente.
Carmona Dixit
Vaya, cuando en Japón descubrieron que dormir una siestecita aumentaba la productividad,idearon salas con sillas especiales inclinadas hacia delante, luz tenue, y música suave para despertarte cuando corresponda. Claro que en Japón están los hoteles/nicho para ejecutivos que pierden el tren, y al día siguiente puedes comprar un set de camisa y corbata de usar y tirar... -joder con los puntos suspensivos...
ahg! el usuario anónimo y yo hemos escrito el comentario casi al mismo tiempo... pero siempre hay un primero... Y EL GANADOR HA SIDO EL USUARIO ANÓNIMO! Y yo que quedado de puta pena...
.... ¡joder con los puntos suspensivos! ...
Tu hermano y yo hemos tenido varias.
Yo pensé en una granja de servidores linux sobre ordenadores viejos y baratos y alquilar la potencia de cálculo a empresas grandes. Al cabo de menos de un año vi un anuncio en las páginas salmón de un periódico del domingo anunciando eso mismo. Aunque ignoro si da dinero.
A tu hermano se le ocurrió un parking-ascensor para el centro de las ciudades. Le dije que ya había visto uno en A Coruña, y el otro día salió uno terminado en Madrid, y decían que era más baratos que los convencionales.
Y muchas más, una tienda de miniaturas on-line llamada "El orco Feliz", limpieza de coches en el propio garaje, e incluso un buscador de melodías en internet (tu dices delante del micrófono "titititotititoutou" y la página de te devuelve resultados).
Pero ya te digo que no nos hemos lanzado a por ninguna oportunidad de negocio de esas, por falta de partner en una join venture con suficiente cash (toma ya).
Por eso y porque nuestro plan no es hacernos ricos, sino asquerosamente ricos, que es muy distinto.
Así es la vida de las patentes, César, el que llega antes gana. Ahora Carmona podrá denunciarte por plagio en el comentario.
Por cierto, ¿no tenéis la sospecha de que Japón en realidad no existe, que es un país ficticio? Esta teoría explicaría muchas cosas.
Grandes ideas, Javi, excepto la de las granjas de servidores, que no la entiendo. ¿Granjas como de gallinas, pero en vez de producir huevos producen aplicaciones?
A mi hace muchos años se me ocurrió la idea de los palos metálicos reutilizables para pinchos morunos. Nadie me hizo caso, claro. Nadie hace caso a un niño con ínfulas creativas. Los padres también pueden conseguir esa mirada castradora que dice como "Pero mira que puedes llegar a ser bobo". Años después ya es muy habitual ver los pinchos morunos ensartados en varillas metálicas y alguien se está haciendo de oro con MI idea.
Más adelante, se me ocurrió otra idea más peregrina y que, en honor a la verdad, no tiene una utilidad práctica directa: un reciclador del aceite de las latas de mejillones. Yo es que estoy muy concienciado con el medio ambiente y creo que este aceite es altamente nocivo.
En cualquier caso, jamás me preocupé de buscar financiación. Mis proyectos siempre se quedaron en fase de estudio previo.
Yo voto por montar un "Jamonódromo", en sus modalidades de "bocata de jabugo express" (para el tentempié del medio día) y "ración letal" (para llenarte la panza de pata negra). Ah, y al lado justo del siestódromo, ¡hasta podríamos ofrecer descuentos!.
El cielo es el límite ;-)
Sí, creo que me voy a hacer asquerosamente rica denunciando a don César por plagio.
Carmona Dixit.
Jo, yo no recuerdo ninguna idea tan genial. Puede ser que nunca la tuviese o puede ser que mi torpe memoria no me permita recordarla. Pero puedo decir (que no asegurar) que conocí a un tipo que decía y aseguraba que su padre fue el inventor del "scalextric". El tal señor era inventor de profesión (la trola no empezaba mal aquella noche) y una navidad le regaló a su hijo (mi conocido) un juguete inventado por él que consistía en una pista con dos carriles metálicos por los que podían correr unos coches que tenían unas bobinas y unas pestañas bajo la panza. Los coches no estaban enganchados al carril, por lo que se podían salir de la pista, y la potencia se le daba con unos mandos conectados por cables eléctricos a los carriles y a la red eléctrica.
Al parecer lo patentó (yo vi una fotocopia de lo que parecía una patente) y una empresa inglesa intentó comprar la misma, pero por muy poco dinero. Él se negó y fueron pasando los años hasta que al tener que renovar la patente (no sé si fueron 10 años o algo así) creyó que aquello ya no tenía futuro, abandonó la patente y meses después... ¡nació SCALEXTRIC!. Como trola contada en la barra de un bar y ¿demostrada? con papeles en la misma barra del mismo bar pero en distintos días no está mal, ¿no?.
Pero yo prefiero pensar que conocí al hijo del verdadero inventor del juguete que me hizo feliz tantos años, y los que quedan.
Obviamente hoy no hay comentarios de chicas, a mi solo se me ocurre miraros a todos hertziamente con cara de "mira que sois bobos".
Divertido hoy el blog.
Nunca me habían llamado Don César. Estaría emocionado si no fuera porque la intención es peroyativa (snif, snif).
Creo que a las pocas horas de patentar Edison la bombilla, llegó un tipo a la oficina de patentes con exactamente el mismo invento. Se suicidó poco después.
Sorry, no quería cerrar el "blog divertido". Así que recurriré a ...¡los jodidos puntos suspensivos!
Nunca me habían llamado Don César. Estaría emocionado si no fuera porque la intención es peroyativa (snif, snif).
Creo que a las pocas horas de patentar Edison la bombilla, llegó un tipo a la oficina de patentes con exactamente el mismo invento. Se suicidó poco después.
Sorry, no quería cerrar el "blog divertido". Así que recurriré a ...¡los jodidos puntos suspensivos!
César, hoy no es tu día :)
De acuerdo en todo con kalilú, pero mira que sois bobos ;)))
Cómo que no hay chicas???
Don César, lo de llamarle "don" no es peyorativo. Sólo quiero guardar las distancias por si esto acaba en los tribunales.
Carmona (boba) Dixit.
En la COPE hacen lo mismo, se pasan el día Don Esto, Don Lo Otro, supongo que también por lo de los tribunales
Acá se pasan el día con
"licenciado". Yo me parto de la risa, porque mi hermana lo usa como insulto:
¡Ay qué licenciado!
Angua, tengo un mal día, en efecto. El ipod se me estropeó, veremos si consigo recuperar los cientos de cds de mi discoteca en España... Tengo copia de los documentos... Pero hay fotos bien BIEN PRIVADAS... AYAYAYAY!
:-)
¡Alguien que me regale una buena idea para patentar!
toma Cesar:
Pues unos helicopteros, con unas bobinas, enganchados por unas pestañas a unos cables helectricos qeu completan un circuito, y que gracias a mandos que cierran el circuito, los helicopteros se mueven.
Se podria llamar Cesaropteros (tiene nombre de bicho) o en ingles Caesarstrix, que tiene un nombre mas molon, ?verdad?
Puedes imprimir este comentario como prueba de pre-patente
Dios!! H-electricos!!! .Debe ser por la influencia griega... o la anglosajona!
Creo que los coches híbridos son algo similar... y los relojes kinésicos...
llorad conmigo: les pido si pueden sacar la información del ipod, y me dicen que para saber si funciona el ipod hay que formatearlo. Y vuelvo y repito que no quiero formatearlo, si no saber si pueden sacar la información que hay dentro. Y reponden de nuevo que hay que formatearlo. O intentarlo en los USA. Pero ellos no los llevan a los USA.
"Pues mejor me quedo el ipod e intento arreglarlo en mi país", concluyo. Y recuerdo que tengo que hacer un par de escalas en Newark estas navidades.
¿Newark? ¿k-tuin? Tras las navidades, el fin de la historia.
Uf, qué pinta más fea.
Nosotros salvamos la información del iBook tras un grave colapso en Benotac. La dábamos por perdida, pero al final se salvó casi todo.
Eso sí, lo de los iPod creo que la mitad de las veces te lo mandan de viaje a Ámsterdam; osea, que tarda.
Aquí dejo mi mirada mega-castradora sin piedad. Va por ustedes.
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