martes, febrero 06, 2007

Crónica de una quedada anunciada

Pues nada, llegó la noche fatal y yo estaba como si me hubiera atropellado un tranvía de esos que no hay en Madrid pero que quiere poner este chico voluntarioso si es elegido. Un trancazo de intensidad severa cuyos síntomas eran esencialmente mucosidad(es) hasta la parte de atrás de los calcetines y fuerte sordera, aparte del atontamiento propio de la enfermedad sumado a mi atontamiento personal (aún me dura gran parte). Pero como soy un hombre de palabra allí me presenté, en El Doblao.

Estupendas cañas, vaya por delante eso. Y estupendas raciones, creo, aunque no podría asegurarlo porque mi capacidad gustativa se había visto seriamente afectada. Pedimos tortitas de camarones, croquetas, flamenquines, huevos rotos con chorizo, bienmesabe y alguna cosa más de engordar. ¿Y de beber? Pues sí, albóndigas. Todo bueno excepto esto que pedimos:


Había cuatro lonchas y yo me comí dos, aprovechando que no sentía nada en la lengua; alguien se comió otra media, enhorabuena por su valentía. Quedó lo que se ve en la foto de restos. Era carne mechá, que debía estar rebozada en wasabi y espolvoreada en pimienta negra. Qué picor, amigos. No lo pidáis.

Pero vamos a lo importante. Estuvimos los ya citados: Anitab, Carmona Dixit, Cayetana Altovoltaje, Luisru y su seguro servidor, y aparte de los primeros momentos de confusión en los que nos preguntábamos los nombres y a qué nos dedicábamos cuando no estábamos escribiendo sandeces en los blogs, la conversación fue fluida y muy animada. Es gente graciosa estos cuatro y que sabe de muchas cosas, la mayor parte de las cuales no podemos contar porque afectarían a la seguridad nacional. Pero fiaos de mí: grandes compañeros de tertulia (en el buen sentido), estupendos tomadores de cañas y espléndidos conversadores. La conversación se fue enredando como suele hacerse, de tal manera que al final no cumplimos ninguno de los puntos del orden del día: ni hablamos mal de otros blogs ni de los premios de 20minutos, ni yo conté el Mejor Chiste de Todos los Tiempos, ni se montó una orgía -a menos que se hiciera cuando yo estaba en el servicio-. Por no hacer al final ni siquiera sacrificamos al cordero que diligentemente había traído Carmona Dixit desde la lejana tierra de K. Una foto de ese momento en el que nos apiadamos del borrego y lo indultamos:


Todos somos cordero. Foto cortesía de Carmona Dixit.

El tiempo pasó rapidísimo y de pronto era la una y estos señores del bar querrán irse a dormir, así que el grupo se dividió en dos: el mío y el compuesto por todos los demás. Yo me fui a mi casa a ver si me tomaba una sopa de caldo y me acostaba (no a lo primero, no eran horas, sí a lo segundo), y el resto se dirigió con la intrepidez que caracteriza a todos sus miembros a Glam Street a ver si veían cosas bizarras y a tomarse bebidas de fuerte graduación alcohólica. Y allí supongo que sucederían muchas cosas, pero eso ya no me corresponde a mí contarlo.

Nos despedimos y quedamos en repetirlo en próximas fechas: bien en Ovieu, bien en la guarida secreta de Carmona, bien en un punto intermedio, como por ejemplo, Tokio. En cualquier caso volveremos a quedar porque se quedaron muchas cosas sin decir y porque nos lo pasamos muy bien, qué caramba.

11 comentarios:

Ricardito ëmore dijo...

Jijjiji, !Que envidia!
jo, Maryland queda mas cerca que Tokio

Palomares dijo...

No había visto nunca este tipo de spam, así que lo conservaremos por motivos documentales. A menos que se vuelva habitual, en cuyo caso habrá que aceitar la guillotina.

Anónimo dijo...

Hombre, Palomares... tu resfriado era monumental. No es que el punto intermedio entre Oviedo y donde resido sea Tokio: es el punto intermedio entre esas dos ciudades. Sí, de Kirguistán. Si os pasáis por K algún día, podemos hacer una batida por las cuevas y ver si encontramos a Bin Laden, que nos pilla cerca. O que nos invite a un café al menos.
En esas duras tierras se echa una al gaznate lo que puede y he de admitir que me costó ingerir la carne mechá (yo la pedí y me comí una mitad). Menudo tino, mea culpa. Por lo demás, tanto la compañía como la cena fue muy (pero que muy) agradable. Me reí un montón. El borrego volvió sano y salvo, pero hubo un amago de decapitación durante el cual temió por su vida, luego confesaría. Se ganó a pulso el indulto gracias a la foto que nos echó. Espero que perdonarais mis modales, no suelo subirme a la mesa a no ser que la situación lo requiera. Tenéis todos una fotogenia increíble. Os lo he dicho ya en privado, pero bueno: ha sido un placer conoceros. Rebeca, si hay próxima vez, no puedes faltar.

Un detallazo por tu parte el regalarnos “El cornezuelo de cola azul”, muchas gracias.

Carmona Dixit

Pedro dijo...

¡Qué envidia!

A ver si me puedo apuntar a posteriores ediciones.

Anónimo dijo...

Lo del anónimo es mucho. Yo supongo que quería dejar el comentario en otro blog y se ha confundido. Es verdad, no hablamos de blogs, con lo que se presta el tema.
Próximamente en sus pantallas, la segunda parte de la quedada, con los blogueros en el garito de Yurena y la intervención de la sin par Curiosa.
Muchas gracias por los halagos, si no hubiese llevado a Anita B de escudera mi conversación hubiese sido mucho menos fluída, porque estaba muerto de la vergüenza.
La carne mechá teníamos que haberla pedido al principio, para beber más. Esa debe ser su función, incitar al consumo inmoderado de alcohol.
Carmona, la próxima vez vamos a verte a Tokio.

Cayetana Altovoltaje dijo...

Corroboro todo lo dicho en la crónica salvo lo de que "todo estaba bueno menos la carne mechá". Los flamenquines eran puras armas arrojadizas.
Gracias por la crónica y por poner la foto donde salimos más guapetones.
Me encantaría que la próxima fuera en U-VIÉU, o Xixón, o por aquí cerca en general. El Oso Yogui está que no mea de anticipación.

Martita Leal dijo...

A pleasure la quedada, cuando querais repetimos, eso sí esta vez interrogamos a Luisru que yo tengo un par de preguntas sin respuesta...
A mí lo de quedar en K. me parece estupendo, a la próxima me llevo una de mis tortugas de la misma nacionalidad del cordero que se pasó por el doblao y casi termina como en la revolucion francesa...

Carmen dijo...

¡Qué envidia! Escuchad un punto medio también sería Barcelona ¿no?
¿Qué narices es eso de la carne mechá? Estáis muy monos en la foto...

Palomares dijo...

Curiosa, siento no haber llegado al Glam, pero es que estaba molido por la enfermedad (y mi setismo, si hay que ser sinceros). Sólo hoy empiezo a encontrarme persona de nuevo. ¿Cómo les reconociste? ¿Por las cabezas de cordero?

Carmen: la verdad es que también se habló de quedar en Barcelona, creo, así que la próxima, quién sabe.

Fle dijo...

Qué bien os sientan los ojicos decorderodegollao, maremía!!!

Y me apuesto tres chupachuses, dos birras y media tapa a que la de la florecica en la solapa es la sita Cayetanaltovoltaje.

He dicho!


Saludos.

Rebeca Rus dijo...

Jo, siento un montón no haber podido asistir. La maternidad es un oficio muy exigente, que me tiene hasta apartada de este blog. Bueno, en realidad es el trabajo quien me tiene apartada de este blog. Intentaré enmendarme en serio e intentaré acudir a la proxima kedada. Txiqui cuenta que se lo pasó muy bien, aunque volvió a casa completamente sereno, sin golpearse con los muebles ni nada.

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