Creo que este vídeo, que hemos descubierto en Escolar, es uno de los vídeos más divertidos que he visto en mucho tiempo:
Me encanta la cara del tipo cuando busca una salida; casi le estoy viendo abriendo puertas cegadas, hasta que acaba por encontrar la que parece buena y no, amigo, no era una excusa buena, gracias por participar pero no cuela.
Aparte del rostro de hormigón armado que gasta el gachó y de la valentía de la periodista al poner el dedo en la llaga (¿por qué no hacemos eso aquí en España, que los políticos torean periodistas afeitados?) hay que pensar en ese momento en el que el ministro, a salvo ya en el coche oficial, respiró profundamente y se preguntó: ¿habré quedado como un gilipollas? Pues verá, señor ministro, cómo le diría yo... Él estará dándole vueltas a lo que podía haber dicho en aquel momento, haciendo uso del ingenio de escalera del que hablaba no ha mucho Luisru, que no sabemos si es mucho o poco, eso es verdad.
Porque podía haber salido airoso del compromiso, una vez que la periodista le preguntó por Louis Vuitton y los zapatos Gucci, si tan sólo se le hubiera ocurrido decir cosas como, no sé, como estas mismas:
Yo... el capitalismo... el canibalismo... el mineralismo va a llegaaaaaaarr...
¿Qué culpa tengo yo de que los venezolanos de mierda no sean capaces de hacer corbatas en condiciones?
¿Usted en qué periódico trabajaba?
Ah, cómo, ¿pero es que Luis Buitón no es venezolano? ¿Francés? ¡Pero qué demonios...! ¿Dónde está mi asesor?
Dejamos un espacio amplio en los comentarios para que nos digan, con todo el tiempo del mundo, cómo habrían salido ustedes del aprieto.
Aparte del rostro de hormigón armado que gasta el gachó y de la valentía de la periodista al poner el dedo en la llaga (¿por qué no hacemos eso aquí en España, que los políticos torean periodistas afeitados?) hay que pensar en ese momento en el que el ministro, a salvo ya en el coche oficial, respiró profundamente y se preguntó: ¿habré quedado como un gilipollas? Pues verá, señor ministro, cómo le diría yo... Él estará dándole vueltas a lo que podía haber dicho en aquel momento, haciendo uso del ingenio de escalera del que hablaba no ha mucho Luisru, que no sabemos si es mucho o poco, eso es verdad.
Porque podía haber salido airoso del compromiso, una vez que la periodista le preguntó por Louis Vuitton y los zapatos Gucci, si tan sólo se le hubiera ocurrido decir cosas como, no sé, como estas mismas:
Yo... el capitalismo... el canibalismo... el mineralismo va a llegaaaaaaarr...
¿Qué culpa tengo yo de que los venezolanos de mierda no sean capaces de hacer corbatas en condiciones?
¿Usted en qué periódico trabajaba?
Ah, cómo, ¿pero es que Luis Buitón no es venezolano? ¿Francés? ¡Pero qué demonios...! ¿Dónde está mi asesor?
Dejamos un espacio amplio en los comentarios para que nos digan, con todo el tiempo del mundo, cómo habrían salido ustedes del aprieto.
10 comentarios:
La señora. Tenía que haberle echado la culpa a su señora. A la parienta, para ser más campechano y que se le perdonara. No al asesor.
Morajela: no se puede estar al Che rogando y con el Vuiton andando, hombre ya.
No se me ocurre ni una réplica de escalera válida, a no ser que fuera carnaval.
Tendría que haberle echado jeta y decir algo así como que estas grandes marcas le permiten conocer con más facilidad dónde se fabrican sus productos, las condiciones de los trabajadores y hacer presión contra ellas en caso de que sus sistemas de producción no sean justos, a diferencia de las marcas baratitas que se hacen vete tú a saber en qué talleres del tercer mundo.
Y, a continuación, irse rápido antes de que a la gente le diera tiempo a sacarle todos los "peros" a esa argumentación.
Bueno, también podría haberse sumado a la línea argumental de líderes de sectas, y de algunos religiosos del Opus: porque yo os represento, debo tener lo mejor. Y porque soy un elegido. Y vosotros deseáis que yo no me prive de nada, porque me queréis.
El hombre, además de tener una capacidad infinita de hacerse infeliz (Punset dixit) tiene una capacidad también infinita de justificar sus acciones.
Y ya no me enrollo más, que luego me salen unos post soporíferos.
"¿La corbata? ¡Pero si me la han regalado! Yo no soy partidario de llevarla, la verdad... pero, claro, alguna vez me la tenía que poner. Los zapatos creo que son una falsificación. De todas maneras, es mi mujer la que me compra la ropa. Cuando llegue a casa le echo la bronca y le obligo a que me compre ropa venezolana. ¡Abajo el capitalismo!"
También pasa que después nos reímos de los jerseys caleidoscópicos de Evo Morales.
ES buenísimo!! La cara de pánfilo que se le queda cuando le dicen si no es contradictorio hablar de comunismo con corbatas de L.Vuiton no tiene desperdicio.
Esto, eh, Cariño... no es lo que parece... tropecé con la alfombrilla del baño y me caí encima de esta señora... que la pobre no tiene culpa de nada...
xxDD
Brutal. La cara que se le queda al tipo.
La mejor solución hubiese sido el silencio. Ese gran olvidado.
O el estilo Sarkozy: poner cara de pocos amigos, y dándose la vuelta largarse de vuelta al Mercedes que le esperaba en la esquina (si, se puede gritar contra el capitalismo subido en un Mercedes, yo lo hago todos los días.^_^ )
Muy bueno! Me he reido un montón!!
Felicidades por el blog. Te sigo leyendo.
Saludos desde Kikades
Antes de ponerme el mandil -que no delantal- y aunque sé que es un poco hortera, pues eso, que feliz Navidad.
Y que el año que viene sigáis escribiendo así de bien, que da gusto (y que yo lo lea).
Feliz Año Nuevo a todos, eso!
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