Este silencio tan extraño no obedece a que hayamos perdido interés en el Cerdo agridulce, sino a que estamos inmersos en la apasionante tarea de terminar la película esa que está localizada en el palacete del marqués de Griñón. Esto significa bastantes horas con esto:
No es el Solitario, sino el Flame, una máquina infernal en la que un técnico hace durante un millón de horas cosas que tú desconoces y en las que no puedes hacer más que esperar a que termine para decir si vale o si ha estado perdiendo su último millón de horas en hacer algo que en realidad no había que hacer. No hay nada más aburrido en el mundo que estar en una sala de postproducción, rodeado de supermodelos y mazándose a gintonics, mientras el técnico hace cosas incomprensibles con su ordenador.
Pero hoy, si Dios quiere (el cliente) terminamos con esto. En breve volvemos a nuestra programación habitual (cuando escribimos, no cuando dejamos pasar los días sin hablar de nada).
6 comentarios:
Mira la de páginas que escribió Proust gracias a una magdalena, así que si te pones tú a escribir sobre el cacharro este...
Ya, es cierto, pero es que Proust estaba tumbado todo el rato. Descansadito. Con muchas cosas en las que pensar.
En la versión actualizada de la 'Divina comedia', los círculos del Infierno se llaman Flame, Combustion y Final Cut (el más gore de todos). También está la Sala de Audio, donde el señor Cuesta de 'Aquí no hay quien viva' repite la misma locución hasta el fin de los tiempos. Y el cicerone ya no es Virgilio, sino el calvo de Lidl.
Bueno, si es el señor Cuesta-José Luis Gil el que hace la locución... Peor es que fuera Dotú, que además te haría comentarios sobre lo mal que lo has escrito...
No tengo el gusto de conocerlo. Confieso que sólo he hecho dos sonos en Madrid, una de ellas con Gil, Claudio Rodríguez y una señora muy simpática que creo que había sido azafata del 'Un, dos, tres'.
Uy, y yo que me volvía loco con el Pinnacle
Saludos y que te sea leve
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