jueves, abril 29, 2010
El piso que estabas buscando
martes, abril 27, 2010
Danone desafía a la Muerte
1) Dale una vuelta
2) ¿Cuál es el concepto?
3) Esto bien rodao quedará bien
4) ¿Y si lo hacemos con Heidi Klum?
5) De verdad, por última vez, no. Sé que eres una supermodelo, pero estoy casado
El caso es que de pronto tenemos un cliente arriesgando y es el cliente del que menos nos esperaríamos un riesgo. Danone. ¡Danone! Hace mucho tiempo, cuando los dinosaurios dominaban la Tierra, Danone hacía el Aprende de tus hijos y los Cuerpos Danone. Pero ahora usa a Susana Griso. O al José Coronado para decir que va al baño con fluidez (ya sé que hace tiempo que no sale). Cómo ha cambiado el cuento.
Como todos los gigantes demasiado pendientes de los test, Danone da pasos cortos y pesados. Pero de pronto nos encontramos con esto:
Luego viene el plano clave: la aguja del tocadiscos que descarrila y se para... ¡a pesar de que no está sonando nada! Sutil metáfora del infarto (la otra opción era una recreación dramática con Manolo sujetándose el pecho y sacando la lengua) y del parón de la carrera de Manolo (por eso no suena nada). Sigue el clásico esquema del interior del cuerpo humano (¡lo que debemos los publicitarios a CSI y a Érase una vez el cuerpo humano!), y tras un poco más de charla insustancial (lo que técnicamente denominamos demo de producto), Manolo vuelve a poner en su sitio la aguja. Ante la atenta mirada (es un decir) del pastor alemán ese (¿símbolo de la vigilancia de Danone? ¿pastor porque está hecho de leche de oveja? ¿alemán porque Danone podría ser alemana aunque no lo sea?) y de su colección de discos de platino y de oro y de todo.
¡Hay tantos detalles que descubrir! Por ejemplo, la canción del principio (dura tres segundos), que no está ahí sólo para darle royalties a Manolo Escobar, sino que dice: Late, corazón, corazón, alegra tu pena. Lo de alegra tu pena ya no se oye bien, es una ídem que no la dejen puesta. Pero más pena es que no pongan el principio de la canción, que dice: No te pares, corazón, no te niegues a latir. Han faltado huevos al final, pero en cualquier caso felicitamos desde aquí a Danone por su arrojo.
viernes, abril 23, 2010
Qué bonito es Israel
Este año, Israel ha decidido intentar una estrategia similar (vídeo descubierto gracias a Tartamundos):
Espacio en los comentarios para hablar de los mejores momentos (no más de cinco mejores momentos por persona).
miércoles, abril 21, 2010
Perdidos con Jane Austen
Portada mega-chula que anticipa mogollón de emociones y buenos momentos.
Lástima no haberme llevado El Jueves de vacaciones…
Portada mega-chula (esta o la de cualquier semana) que asegura emociones,
buenos momentos y el único periodismo realmente serio de este país.
Orgullo, Prejuicio y Zombies no era para nada lo que yo esperaba. Vale, tampoco tenía muy claro qué tenía que esperar con un título así. Supongo que, como buena fan de Jane Austen, deseaba disfrutar de la historia de siempre contada como nunca (¡ups!, me ha salido frase de trailer).
Pero Orgullo, Prejuicio y Zombies no es nada de eso. Realmente se trata de la historia de siempre, contada como siempre, pero con un añadido al final de cada párrafo de la obra original de Jane Austen en el que se nombran cosas como dagas, cerebros carcomidos y carne pútrida. En esta nueva versión del clásico, Elizabeth Bennett y sus hermanas son expertas guerreras ninja que han estado en Oriente perfeccionando sus técnicas asesinas y lo que podría dar pie a algo realmente divertido, se queda a medio camino y sin nada de la chispa que podría tener. Es una pena que Seth Grahame-Smith no haya puesto más carne en el asador, porque la idea de revivir los clásicos así me parece muy interesante y creo que podría ayudar a que mucha gente (no tan aficionada a la lectura) los descubra, aunque sea gracias a zombies, monstruos marinos, aliens o cualquier salvajada que se os ocurra. Imaginaos las posibilidades infinitas de revivir títulos memorables como La Isla del Tesoro, El Quijote, Fortunata y Jacinta... en su versión más gore/rocambolesca/weird/poned aquí lo que os dé la gana.
De todas formas, buscando en la Montaña de Basura me entero de que en Hollywood andan como locos por hacerse con los derechos para su adaptación cinematográfica y que mi admirada Natalie Portman es la candidata para hacer el papel de Elizabeth Bennett. Ya sé que acabo de confesar Orgullo, Prejuicio y Zombies me parece una novela bastante desaprovechada, pero estoy segura de que soy firme candidata a hacer cola el día del estreno.
Y hablando de adaptaciones de las novelas de Jane Austen, el otro día tropecé en Youtube con una mini-serie de la BBC que tiene por título, precisamente, Lost in Austen. Aquí os dejó el trailer:
A priori, esta serie parece hacer realidad la típica fantasía romántica femenina o, por lo menos, la típica fantasía de todas las fans de Jane Austen, que somos millones en el mundo. Se trata de dar respuesta a la pregunta que todas nos hemos hecho alguna vez: ¿qué pasaría si una puerta mágica se abriese y fueses capaz no sólo de acceder al mundo de Jane Austen sino, además, de sustituir a Elizabeth Bennett en la historia?
Pues te lo digo yo: que no se parecería para nada a la cursilada que os estáis imaginando.
De hecho, para la protagonista, Amanda Prince, lo que durante los primeros diez minutos parece ese sueño se convierte rápidamente en una pesadilla. Una pesadilla en la que los dientes se lavan a base de meterse ramitas de árbol en la boca empapadas en sal, el plato de moda son las alondras achicharradas, nadie usa todo el rato fuck y dumbass y la gente primero piensa que estás loca, luego que eres una prostituta, y en un último momento, que eres la hija de un pescadero (algo que, por lo visto, estaba fatal visto en aquella época). Eso por no mencionar que sus constantes meteduras de pata provocan que toda la trama de Orgullo y Prejuicio se vaya a pique, los protagonistas empiecen a casarse con quien no deben o, en el peor de los casos, emigren a África y se conviertan en misioneros.
El caso es que Lost in Austen tiene momentos muy divertidos. Memorable el primer encuentro con Lydia Bennett, cuando una confusa Amanda Price se piensa que todo es una broma de cámara oculta y le enseña su pubis depilado (otra tonta que hace lo que dice el Elle). O cuando se emborracha en el baile y le da un morreo a un tremendamente casto Bingley y también divertidísimo cuando en su primera fiesta en Pemberley acaba cantando Downtown de Petula Clark para ocultar que no sabe tocar la pianola, dejando patidifusos a los asistentes. Ojalá la televisión de este país hiciera productos así de bien rematados, porque, por supuesto, esta mini-serie cuenta con toda la calidad, producción, diseño, etc. de todas las series de la BBC.
Un lujo en el que perderse una tarde de lluvia.
martes, abril 20, 2010
Un anuncio descojonante
1) ¿Coged aire para soportar el pedo sin respirar (titular antes de la acción) o coged aire ya podrido (titular después de la acción)? La cara de Howard, en plan empanao, sugiere lo primero, pero la de LeBron James ("Te voy a matar") parece indicar que es lo segundo. A menos... ¡A menos que Pau Gasol, el mejor jugador de baloncesto español de todos los tiempos posibles, haya conseguido lanzar un pedo teledirigido que le haya dado sólo a LeBron! ¡MVP ya!
2) ¿Hay dos creativos descojonándose de la que han colado al cliente?
viernes, abril 16, 2010
Parece que Punset se va saliendo con la suya
martes, abril 13, 2010
YouTube sabe lo que nos gusta
El caso es que el otro día estaba poniendo introducciones de dibujos animados por mis perversiones laborales y por tener luego algo de qué hablar con las niñas, y los señores de YouTube me recomiendan que vea esto (si haces click a lo mejor sale más grande):
Dos cosas: a) qué ojo tiene la gente para detectar que la teta se escapa, deben verlo frame a frame, y b) este video lo han visto ya casi 5 millones de personas. Y yo sin saber quién era Merche. O sea que al final YouTube ha cumplido su función y sí me ha proporcionado algo que me interesa, aunque sea de esa manera tan torcida.
Tengo que comprobar si al revés también funciona: o sea, si viendo vídeos de tías buenas acaban recomendándote el Nos vamos a la cama de los Lunnis.
jueves, abril 08, 2010
Ser mujer: ¿un coñazo?
Ser mujer hoy en día es una labor ardua y tremendamente estresante.
A la conciliación laboral y familiar, al techo de cristal, al techo de cemento, al techo de granito y a los otros miles de techos de materiales super-resistentes e indestructibles con los que nos enfrentamos, hay que añadirle, además, un tipo muy determinado de esclavitud.
Me estoy refiriendo, por supuesto, a la esclavitud (o tiranía) de nuestro aspecto.
Ya lo decía Bridget Jones: ser mujer se parece bastante a cuidar un campo de patatas. Siempre hay que algo que arar, podar, sembrar, abonar, etc. A lo que yo añado, y es una labor tan interminable como las labores del hogar o como la peor telenovela venezolana. Vamos, un coñazo.
Como madre trabajadora ya bastante duro es para mí estar al día con el exigente calendario de cultivos, abonos y poda que la sociedad me exige. Yo lo intento, en serio, pero siempre hay algo que no está a la altura. Y cuando no tengo las uñas con el esmalte descascarillado, me han salido unos pelillos indeseables o tengo los poros obstruidos o las cañerías no fluyen como deberían.
¡Es que son demasiadas cosas!
Pero jamás, jamás de los jamases imaginé que tenía tan abandonadas mis partes… ejem, bajas. ¡¡Ehhhhhhhhh…!! no me malentendáis. Soy una chica limpia, de las que se duchan y lavan a diario, y cuido mucho no parecer un miembro del casting del Planeta de los Simios cada vez que voy a la piscina. Pero de ahí a preocuparme por los últimos looks en depilación del pubis va un paso más largo que aquel famoso que dio Armstrong.
Y todo esto viene a que la semana pasada me quedé loca al ver en el kiosko el último número de la revista Elle ( Nº 283. Abril 2010). En la mismísima portada aparecía el siguiente titular:
PUBIS. Los últimos looks en depilación.
Como podéis imaginar tuve que comprarla. Tenía que saber. ¡Y no pude esperar a llegar a casa! En la madrileña calle de Alcalá tuve que sentarme en un banco y bucear entre los anuncios de bolsos inasequibles y de cremas inútiles para dar con el artículo de marras.
¡Arggggggggg!
Según la revista Elle no sólo lo estoy haciendo fatal al no ponerme una mascarilla semanal ahí mismo una vez por la semana (para y cito palabras textuales “reforzarlo, darle brillo y que gane suavidad) sino que, peor aún, jamás le he dedicado ni un segundo de mi pensamiento a la estética de aquella zona. Vamos, que tenerlo limpio y ligeramente podado no es suficiente.
No, no, que va.
Aquí es necesaria una estrategia de diseño y cuidado que exige la intervención de un estilista, un asesor experto en partes pudendas y un pariente de Torquemada.
Y, como es típico en todas estas publicaciones femeninas, la contradicción es la norma a la hora de enfocar este tema. Aunque el artículo empieza con un discurso en defensa de la libertad de elección de la mujer y de que hay partes que deben escapar al conformismo imperante, termina estableciendo una lista de trabajos para cuidar nuestro pubis devotamente para reconocer que “en materia de depilación, como en tantas otras cosas, la moda manda”. Y la moda hoy impone looks naturales que sólo exigen depilaciones quincenales, mascarillas, pinzas y tijeras para perfeccionar el lugar.
Pero, oye, ¿quién sabe? Lo mismo el año que viene la moda impone depilaciones integrales y semanales, bisutería, mangas ranglan y mechas a dos tonos para darle profundidad y brillo a la melena.
Y yo me pregunto ¿es necesario todo esto? ¿Están hablando en serio cuando me proponen que le dedique tanto tiempo de mis pensamientos y de mis días a una cosa tan nimia? Y ¿cuándo pienso en las cosas que importan? ¿Cuándo me puedo relajar? ¿Cuándo puedo sacar tiempo para leer una novela? ¿O estar con mis hijas? Realmente... ¿esto es importante de verdad? ¿Dónde acaba la frontera entre la higiene y la vanidad absurda? ¿Qué va a ser lo próximo que van a intentar imponer? Y sobre todo, ¿cuándo puñetas voy a inmunizarme contra esta esclavitud/tiranía y a hacer lo que realmente me apetezca y no lo que diga Elle, Vogue, etc? Como Julia Roberts.
Ni depilación ni desodorantes, ella declara, así que imaginamos que tampoco usa mascarillas. Y sólo estamos hablando de la parte de arriba...
Ya decía Jane Austen en el mil ochocientos y tantos que “todo lo que consigue la mujer al intentar lucir más elegante es satisfacer su propia vanidad, nunca aumentar la admiración de los hombres”. ¡Cuánta razón tenía ya entonces la tía!
martes, abril 06, 2010
Gente cutre la hay también en el barrio de Salamanca
En definitiva, consejo para el del piso: ponle una Helvética, hostias. Pon fotos. Plastifica los carteles. Y regala algo, una plaza de garaje, por ejemplo. Las promociones nunca fallan.