Pides un café solo, por ejemplo, y la camarera viene y te trae el café y el sobre de azúcar. Y oye, qué buena idea, y qué sencilla:
Sobre todo si la camarera está buena, claro.
Pero entonces te vas a tomar el café y...:
¡Oh! ¡Qué verdadera lástima! Resulta que para tomarse el café hay que tener el corazón roto... Al menos si pides un café solo. El próximo día voy a pedir uno con leche. A ver qué pasa.
2 comentarios:
Lo que se ve es aue te diste cuenta antes de abrirlo, o que pediste luego otro sobre para hacer el montaje.
La segunda foto te quedas plof.
Jajaja, en efecto, me di cuenta de lo que iba a pasar :)
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