miércoles, mayo 21, 2008

¿Sevilla connection? Nooooo: Sevilla Fusión.

¿Quién nos iba a decir a nosotros hace diez años (qué jovenes y qué delgados éramos entonces y qué antítesis de aquello somos ahora) que nos íbamos a volver de un moderno que "pa qué". Ni nos lo hubiéramos creído entonces ni nos lo creemos del todo ahora. Puede que el paletismo sea innato y por mucho que lo intentemos nos cuesta aceptar la realidad en la que nos hemos convertido.

Pero no podemos negarlo.

Somos modernos. Super modernos.

Por eso, cuando este fin de semana nos escapamos a Sevilla a concedernos un par de días de libertad y soltería (¡prepárate mundo, que vamos sin niñas!) nos alojamos en el hotel más cool, qué digo, más Super-Mega-Cool-Tope-Fashion-Of the world, de Sevilla: el Hotel Eme Fusión.

El Hotel Eme Fusión es tan moderno, que en las fotos las modelos salen desenfocadas. Como esta:


Con desenfocado todo es más guay y más cool.

Tan moderno, tan moderno que el taxista que nos llevó hasta allí desde la estación de Santa Justa no sabía nada de su existencia. Lo que sí sabía (y el tío acertó) era que le dolía un montón la rodilla y que al día siguiente iba a llover en Sevilla. Y de lo lindo. Poco se imaginaba él lo que se estaba cociendo allí justo en el centro de su ciudad, porque cuando llegamos a la calle Alemanes el taxista insistió y requeteinsistió en que nos bajáramos a preguntar en la Pensión Marisol, porque era casi seguro de que era allí dónde íbamos dos arrastrados como nosotros y que enfrente de la catedral no había ningún hotel de lujo ni nada que se le pareciera (y dejarme en paz, pesaos más que pesaos). Pobre hombre. Así se llevó el susto que se llevó cuando le indicamos que parara enfrente de un edificio con una gran cortina blanca y un tiparrón de dos metros de alto, negro como el carbón, con un sombrero de paja y traje de matón de los años 30 se acercó a abrirnos la puerta y darnos la bienvenida. El taxista salió corriendo a refugiarse en un bar de los de siempre y renegar de los Nuevos Tiempos Que Vienen. Y es que, como digo, el Hotel Eme Fusión es más que moderno. Es el colmo de lo moderno. Por eso, ningún taxista sevillano sabe de su existencia. Por eso, las bañeras están colocadas en medio de las habitaciones. Por eso, todos sus empleados parecen haber salido de SuperModelo (de las ediciones anteriores porque la del 2008 es una ful de Estambul). Y los huéspedes también. Menos nosotros. Tan grave era la cosa que el Sr. Palomares y yo nos íbamos escondiendo por las esquinas, porque éramos, de lejos, los tipos más feos y más arrastrados de todo el lugar. Es lo que tiene ir a sitios tan chupis.

Pero es que una tenía el capricho de darse un baño aquí:


Y de pasear por acá:


Y de que me recibieran con flores y una vela que olía a gloria bendita. Lo que no me hizo tanta ilusión fue tener que darle conversación durante diez minutos a un tipo que se empeñó en enseñarnos la habitación (¿para qué?) y que nos atosigó a preguntas tipo "¿Y qué tal el viaje?", ¿Y qué tal el AVE?", "Pues parece que va a llover", "¿Están los señores a gusto?"... Uff, en esas cosas (y en muchas otras que no voy a mencionar hoy) se nota que soy una chica de Vallecas y el Sr. Palomares de pueblo. En fin, que si os queréis echar unas risas, que os den bombones y WIFI por la cara y sentiros como ricos (y pagar como tales) el Hotel Eme Fusión es el sitio perfecto en Sevilla. Pero el hotel Eme Fusión no es sólo diseño y vistas inmediatas a la Giralda... También es Gastronomía Con Mayúsculas. Y es que el desayuno buffet de este cinco estrellas es de lo mejorcito que he visto nunca: con zumos naturales de todo lo que podáis imaginar, jamón ibérico del mega bueno (aunque como dice mi compañero y sevillano, el Gran Tavo, es que en Madrid no estamos acostumbrados a que en los bares sirvan jamón serrano que no sea Navidul y cualquier cosa nos parece estupenda) y todas esas cosas que nunca te harías en casa como bikinis, huevos revueltos con trufa y menudencias del estilo. Para que os hagáis una idea más concreta de lo que os estoy contando sólo tenéis que echar un vistazo a la imagen de aquí:



Si eres un huésped del hotel Eme Fusión no tienes ni que molestarte en darle vueltas a un molinillo para moler sal marina encima de tu tostada. ¡El molinillo lo hace solo! ¡Al apretar un botón! ¡Y se enciende una luz interior! ¡Queremos uno a la voz de ya! ¡Queremos vivir como los ricos y no volver a moler sal!

Como comprenderéis, después de toda esta experiencia nos costó mucho salir del hotel. Pero hicimos un esfuerzo y nos fuimos a conocer Sevilla. O más bien, a su gremio hostelero porque el museo de no-sé-qué pintor famosillo de Sevilla estaba de reformas y la Giralda y la Torre del Oro se ven mejor por fuera que por dentro, ¿no? El caso es que nos dedicamos a comer. Y a comer bien, oigan. Siguiendo los consejos de Ligasalsas nos dimos un festín en Becerrita, donde, por fin, pude hace realidad mi deseo de trasegarme un lomo de buey kobe además de otras cosas deliciosas. Interesante fue también nuestro descubrimiento muy cerquita del hotel (¡qué le vamos a hacer! Somos asín de vagos...) de un establecimiento de delicatessen y vinos llamado Puracepa, donde nos pusimos morados a base de Ribera del Duero y de pringá con huevo de codorniz.

Pero el Gran Descubrimiento fue un pequeño restaurante, justo enfrente del hotel Alfonso XIII, llamado Salvador Rojo, donde nos metimos un menú degustación de los que hacen historia (y de los que luego pasan factura en la cinturilla de mis vaqueros).

En fin, que recomendamos gratamente la experiencia (sobre todo, la experiencia de ir sin niñas y de ponerse morados hasta las trancas) y aguantaremos los reproches de nuestra dietista de Naturhouse con paciencia y resignación y sin dejar de pensar que algún día volveremos a Sevilla a volvernos a poner morados y a alojarnos en un sitio tan cool como el Eme Fusión.

11 comentarios:

Luisru dijo...

Qué envidia! Yo también quiero hacer fotos cool con la gente movida! Viva lo moderno!

Alberto Ramos dijo...

Parece que Sevilla se ha empeñado en llevarle la contraria a Dan Brown, que la retrató como las Hurdes de Buñuel.

Víctor Alós dijo...

Claro que voy a ir!

En cuanto me toque la primitiva y consiga que alguien se vuelva a quedar con los tres desaforados estos que campan por mi casa.

Ay, los ricos, que bien vivis...

(y comeis)

Un saludín

Cayetana Altovoltaje dijo...

Me caéis mal.

Cayetana Altovoltaje dijo...

Ale, vosotros que sois ricos y modernos, os recomiendo esto:
http://www.lacortedelugas.com/es/videorefugios.html

MISTER dijo...

No sufras por lo que te dirán los de Natur-House, porque siempre dicen lo mismo: que 'retienes líquido'. Y a juzgar por lo que cuentas parece que del agua, salvo quizá de la piscina, no habéis abusado mucho...

:^)

Lo reconozco. Todo me da mucha 'endivia', pero el sitio ese que se llama 'Puracepa', desde luego lo anoto en mi agenda por si alguna vez paso por sevilla.

Anónimo dijo...

La palabra hedonismo se queda corta.

Esa sensación de decir "hostias, aquí no pego yo ni con mocos" me pasa hasta en algunos departamentos del Corte Inglés.

El jamón en Andalucía es bueno. Pero, aunque fuera Navidul (esto siempre me ha sonado a marca de polvorones), sólo por el corte -son unos maestros- y cómo que te lo presentan, parece un Joselito.

Pedro dijo...

Supongo que querías provocarnos envidia.

Enhorabuena, lo habéis conseguido.

Carlos dijo...

Bajaré en breve y el Salvador Rojo cae, la última vez que estuve estaba en obras por temas del metro... me alegra que disfrutarais del Becerrita.

Y en primavera, qué envidia, qué cosa más bonita es Sevilla.

Anónimo dijo...

Este hotel es muy mono ,pero esta cogiendo una fama en Sevilla muy negativa.Por que se abusa del trabajador y se despide a mucha gente .Que pena que en Sevilla siempre salga la soberbia de sus empresarios a relucir.Nos falta mucho para ser modernos.Y estos nuevos ricos no tienen clase ninguna.Espero que lo publiqueis,por lo de la libertad de expresión.

Anónimo dijo...

Este hotel es muy mono ,pero esta cogiendo una fama en Sevilla muy negativa.Por que se abusa del trabajador y se despide a mucha gente .Que pena que en Sevilla siempre salga la soberbia de sus empresarios a relucir.Nos falta mucho para ser modernos.Y estos nuevos ricos no tienen clase ninguna.Espero que lo publiqueis,por lo de la libertad de expresión.

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