miércoles, diciembre 30, 2009

Se buscan camareros

La mítica zapatería que en la calle Alcalá anunciaba: Dos pares de zapatos por 29 euros. ¡Porque me da la gana! cerró hace algunos meses. El otro día vi que habían abierto una cafetería allí y me prometí no entrar nunca (yo soy muy leal a las tiendas con carteles fascinantes como los de la zapatería). He cambiado de idea, sin embargo, porque los de la cafetería han puesto un cartel sorprendente:


Me ha hecho gracia que pidan explícitamente algo que debería venir de serie en los camareros, la simpatía. Entre que el café te lo sirvan con una sonrisa o con una cara de vinagre hay tal diferencia que parece mentira que aún haya sitios en los que no te sirven el café sino que te hacen el favor de tirarte el café.

Luego igual hay de todo en esta cafetería, pero a priori será el típico sitio en el que resulta agradable estar; o sea que probaré. Lo cual me hace preguntarme si el cartel va dirigido a los aspirantes a camarero o a los potenciales clientes.

4 comentarios:

Carmona Dixit dijo...

Es verdad que el amargor del café algunas veces no viene de serie, sino impuesto. Un hurra por los camareros y dependientes simpáticos.

Ramon Ramos dijo...

Últimamente, me estoy encontrando camareros, dependientes, kiosqueros, cajeras... con caras amargadas y mucha mala leche. No sé si será la crisis, pero les advierto a todos ellos que como se me hinchen los coj****, se la lio parda. A ver si encima que pagas tienes que aguantar malas caras. Además, al que no le guste su trabajo, que lo deje, que hay cola para pillarlo :-p

P.D. Por cierto, que yo, mientras no me se hinchen, soy muuuuuuy simpático y agradable XD XD XD

Palomares dijo...

Carmona: ¡hurra!
Ramón: Hombre, no te pongas nervioso tú tampoco... Habría que poner otro cartel pidiendo clientes simpáticos :-P

Hans dijo...

Es una reflexión recurrente: en los USA, por ejemplo, JAMÁS encuentras un camata con cara de mala hostia (les va la propina, es decir, un % elevadísimo de su retribución, en ello).
Aquí es todo lo contrario: ya no existen los antiguos camareros profesionales (que sabían estar) pues se han visto sustituidos por posadolescentes amargados e inmigrantes que tal que llegan a españa lo primero que aprenden es a poner la cara de asco.
Vaya mierda.

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