Tú imagínate que piensas hacer un anuncio, te gastas un dinero contratando a, qué sé yo, Bar Refaeli, te buscas un fotógrafo, eliges un vestido rosa, rodeas a la modelo de rosas en un jardín idílico, terminas el anuncio y lo publicas en una revista de moda, como, por ejemplo, Vogue, que te cuesta también un dinerito.
Y veinte páginas detrás de tu anuncio te encuentras:
Un anuncio de otra marca en el que una modelo rubia, con un vestido rosa, sonríe en un jardín lleno de rosas.
Tierra, trágame, ¿eh?
"Bueno, por lo menos nosotros tenemos a Bar Refaeli", se dirán los señores de Escada. Pues sí, menos mal. ¿Pero sabéis lo mejor? ¿A que no adivináis quién es la imagen de Piaget? Vaya risa, ¿eh?
2 comentarios:
Conclusión: menos famosos y fotos chorras bucólicas y más atrevimiento y creatividad.
O eso o contratar como imagen de marca al Sr. Palomares.
Que falta de profesionalidad y de verguenza.
Publicar un comentario