martes, diciembre 12, 2006

Casualidades que tal vez no lo sean

Lo que son las cosas. El viernes pasado me llamaron del programa de la SER Hoy por hoy Madrid para hacerme una entrevista porque he ganado un concurso de cuentos, el Vallecas cuenta. Próximamente en su librería favorita.

El caso es que voy a los estudios de la SER en Gran Vía, me someten al rutinario cacheo, llego a la planta octava y me dicen que espere un rato, que enseguida me toca y que me avisan. Y veo a un tipo que también está esperando y que me resulta vagamente conocido. Al principio me parece que es un rockero, porque va vestido de rockero, alto, delgado, anguloso, pelo largo. ¿Es Ariel Rot? No, pero se parece, es del estilo (cuando Ariel Rot llevaba pelo largo). Quizá sea alguno de los supervivientes de Tequila (ya digo que Ariel Rot no, coño). El tío se me queda también mirando, como si calculase si me conoce o no. O sea que nos conocemos. O a lo mejor le he estado mirando demasiado rato y está pensando si soy un psicópata que le va a pegar un tiro. Pero no, para eso me han cacheado, tranquilo, hombre.

Bueno. Me llaman para el estudio, entro en antena, y charlo un rato con Toni Garrido sobre publicidad y libros. Como han descubierto esta su casa de ustedes, me ponen la canción del Pasodoble industrial, para que diga por qué me obsesiona.

-¿Dónde la encontraste? -me preguntan.

Digo que yo no la encontré, que la encontraron unos amigos. Repito aquí sus nombres: Eduardo Lozano y Goyo Méndez. Seguimos hablando un rato y me despiden. Detrás de mí entra el rockero que no sé si es rockero, se sienta donde había estado sentado yo y salgo del estudio. Oigo cómo le introducen: “Tenemos con nosotros a Andy Chango”. Y entonces caigo. Copón, Andy Chango. De eso le conozco.

Había visto una sola vez antes a Chango. ¿Dónde? Pues en la boda de Eduardo Lozano. Tocó un rato, además de asistir a la boda, porque era (¿es?) amigo de Eduardo. Fin de nuestra relación.

¿No es curioso cómo se enhebran las circunstancias y que me hablaran del Pasodoble industrial justo el día que iba Chango a la radio? ¿Querrá decir algo? Si yo no fuera un completo escéptico creería que sí; que tengo que llamar a Eduardo, por ejemplo, porque hace mucho que no nos vemos. Como sí soy un escéptico, descarto esta casualidad como irrelevante. Y no llamo, detesto los teléfonos (Edu, si lees esto, escríbeme, hombre).

Una vez escribí un cuento sobre casualidades, desde el punto de vista del creyente: un hombre que ve mensajes en cada coincidencia que encuentra (y que por tanto va buscándolas; y que por tanto las encuentra). El relato comienza cuando conoce a una chica que parece destinada para él. El chico se fija en unos lunares que la chica tiene en el cuello e identifica, por su disposición, la constelación de Lupus. Él, oh, qué casualidad, se apellida Lobo. Y hasta aquí puedo leer. (Este relato, Las estrellas en tu cuerpo, forma parte de la recopilación que ganó el Premio Café Bretón, de inminente publicación).

A lo que iba. Justo cuando comenzaba a escribir el relato me puse a leer Todos sobre Zanzíbar. Y me encontré nada más empezar un mensaje que parecía destinado a mí:

COINCIDENCIA: No prestabas atención a la otra mitad de lo que estaba pasando.

¿Casualidad o mensaje del Destino? Yo lo tengo claro, pero a veces dudo. Señor, creo en Ti, ayuda mi incredulidad.

16 comentarios:

Luisru dijo...

¿Por qué gana usted todos los concursos de cuentos a los que se presenta? ¿Nos contará su secreto? ¿Dejará algo para los demás cuando sea famoso en el mundo entero? ¿Nos regalará ejemplares firmados de su próximo libro a los asiduos del blog? ¿Nos colará en la fila de la próxima Feria del Libro? ¿Dejaré algun día de hacerme preguntas estúpidas?

Palomares dijo...

Hombre, es que sólo cuento los que gano, por eso parecen más. En realidad sólo he ganado cuatro o cinco este año -eh, que no me quejo-. Por cierto que este viernes vamos a recoger uno a Alicante, al Casino de Alicante en concreto. Templo ideal para que ocurran cosas raras, y se contará aquí.

Barra libre para los habituales del blog, por supuesto, en la próxima Feria del Libro. O Barra Libro (este va dedicado al autor de Ínfulas).

Anónimo dijo...

jeje, qué casualidad, yo tengo la osa mayor a base de lunares en el cuello :-)

y me encantan las csualidades, y sí, supongo que las busco. me hacen ilusión, supongo que dan sentido a la rutina...

Palomares dijo...

O sea, que tú sí llamarías a Eduardo.

Anónimo dijo...

Yo llamaría a Eduardo, porque sí, porque cualquier excusa es buena para ponerse al día con un colega. De las casualidades pienso más o menos lo mismo que de los horóscopos, uséase, sírvase usté mismo, whatever turns you on.
Va a haber que empezar a felicitarte por defecto. Ya os vale a ti y a mi amigo poeta, Pablo Texón, que también gana todos los premios.
Abusicas.

Anónimo dijo...

Yo creo que las casualidades existen y sí (no soy nada excéptica) tienen un motivo; mi madre repite mucho eso de que las cosas pasan por algo. Y empiezo a creerla...
Además, es bonito pensar que las cosas tienen un motivo y que lo que te ocurre deriva de decisiones que tomaste o las que dejaste de tomar (lo siento; entre El triángulo de las Bermudas y Minority Report ando un poco tocada con esto de la casualidad y tal...)
Por cierto, que por un lapsus he encontrado un blog en este mismo lugar de blogs que es elcerdoagridulce... como era eso de que uno es realmente famoso cuando le salen imitadores ¿? tanto concurso ganado tendrá algo que ver ¿? o será una de esas casualidades en las que Txiqui no cree ¿?

Ricardito ëmore dijo...

"O a lo mejor le he estado mirando demasiado rato y está pensando si soy un psicópata que le va a pegar un tiro. Pero no, para eso me han cacheado, tranquilo, hombre"
- No, hombre, te miraba porque como te fijaste tanto tiempo en el, creeria que eras gay (con todo el respeto) :P


"...que las cosas pasan por algo"
jujuju. Si le llego a poner esto a mi profe de fisica cuando tenia que demostar por que (con tilde) un bloque (siempre eran rectangulos perfectos) llegaba a cierto punto en 30 segundos tras bajar una pendiente x... seguro que me aprueba sin tener que aplicar ecuaciones de nada.

Hoy estoy acidillo me parece. Pero estoy con Cayetana (y Palomares) que cada uno encaja las "casualidades como quiere".

"Las cosas..pasan por algo". Esto deberia ser una frase de anuncio. De un niño que se mancha y la suegra se queja a la madre por no tenerle la ropa limpia. Si luego ya menciona lo del oxigeno activo, redondea la patada a las explicaciones cientificas. Juas

Anónimo dijo...

Mmmm, discúlpeme el poeta laureado, pero las casualidades son eso, casualidades. A mí no me parece mal que llames a Edu, de hecho yo también debería llamarle, pero de ahí a que tu visita a la radio y que te encontraras con ese coleguita, que por cierto menudo pollo era, signifique que el momento ha llegado, hay un abismo.

Si fueras a los festivales, verías a todo quisque una vez al año, amigo o enemigo (friend or foe, para el de las américas) y te dejarías de rollos cósmicos.

Pedro dijo...

Muchas gracias por el enlace, José Antonio. Por cierto, que yo también me apunto a la Barra Libro...

Respecto a las casualidades, es un tema que me encanta. Por ejemplo, ir en el coche y que tu vista se pose en el letrero con el nombre de la calle (Ramón y Cajal) justo cuando en la radio están hablando de ese científico... Me encanta el azar como tema literario, por ejemplo, por eso uno de mis escritores favoritos es Paul Auster.

Y, aunque relacionado indirectamente con el tema, también me encanta la justicia poética: que Pinochet se haya muerto el Día de los Derechos Humanos es bello.

Anónimo dijo...

Escuché esa entrevista. El Chango es un cachondo con sus diferentes respuestas a las mismas preguntas.

Llama a tu amigo Eduardo y no seas perro.

Ricardito ëmore dijo...

Ottia!! Esto es lo que pone en el Mundo hoy. Ma ha extrañado la noticia, poruqe, sinceramente, no saia que fuera "tan importante"; me da a mi que alguien tiene amigos/enemigos en "El Mundo" pa publicar estas cosas Espero que no suponga un grave problema, Jose. suerte

http://www.elmundo.es/elmundo/2006/12/13/comunicacion/1166020201.html?a=fcb4e575cfa66e17b0ff18443628a3d2&t=1166026352

Anónimo dijo...

Bueno, es bonito creer que este tipo de casualidades tiene una raqzón de ser, que las coincidencias ocurren por algo, pero me temo que depende del sentido que nosotros queramos darle y nada más.

Palomares dijo...

Ricardito, lo de El Mundo es que andaban escasos de noticias. Esas cosas pasan en publicidad un día sí y uno no, y con cuentas más importantes que Calle 13, que, es cierto, es un referente por su creatividad, pero no por volumen de negocio. Vamos, que no es un problema, en realidad. Mi trabajo no peligra por esa noticia :-)

Una cosa curiosa es que la mitad de los anuncios que ponen como ejemplo no los ha hecho Remo, sino el departamento propio de Calle 13 o son adaptaciones internacionales. El trabajo que ha hecho Remo para Calle 13 es bastante mejor y lo que se muestra no es demasiado representativo.

Ricardito ëmore dijo...

Cada vez que me leo me doy asco, sin revisar si me he comido alguna letra, si estan bien consrtuidas las frases...

Me alegro entonces mucho por ti, Jose.
:)

Luisru dijo...

Me acabo de dar cuenta que, cada vez que le das a actualizar se cambia la frase de la cabecera del blog. Mola.

Anónimo dijo...

Pues sí es una casualidad. Otra es que hables del tema de las casualidades. Lo digo por V de Vendeta. Primero hay que verla porque sí, cojones. Segundo hay que verla para confirmarse en que nada es casualidad. Llama a Eduardo. y dame también un toque a mi, majete.

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