jueves, junio 29, 2006

Familias que no son la mía

-Pues a mí el Carlton de New York no me termina de convencer…

Esta frase, dicha así, en frío, puede sonar algo pedante. Pero cuando el autor de la frase en cuestión es un niño de nueve años (a quien llevas escuchando parlamentar durante la última media hora sobre las desventajas del Metropolitan Museum de Nueva York frente al Louvre de Paris), la frase deja de ser pretenciosa para pasar a convertirse en surrealista.

Y yo, que con 30 años, además, aún no he estado en ninguno de los dos museos nombrados la califico también de asombrosa. Pero así era la conversación que se estaba desarrollando a nuestras espaldas en la terraza del restaurante Casa Mía, un italiano de barrio que no tiene nada que ver con lo que tú te imaginas que es un italiano de barrio. Quizás, por eso, su clientela no tiene nada que ver con lo que tú te imaginas que es una familia normal y corriente que va el domingo a comer al italiano del barrio. Porque familias son, pero nada que ver con la mía. Sobre todo, porque yo nunca me he pasado una comida discutiendo con mi padre sobre las exposiciones de pintores modernistas en París o las ventajas de la clase Business de Air France frente a las de KLM. ¡Si la primera vez que mis padres salieron de España fue el año pasado! ¡Y porque les acompañaba un guía-intérprete en todo momento! ¡A ellos y a un grupo de otros cuarenta españolitos aturdidos! ¡Y estaban cagados de miedo!

Sentados en la terraza de olivos de Casa Mía escuchábamos fascinados la conversación, como vulgares “voyeurs” sociales. Eran tres: papá de cuarenta y muchos y pelo pintado de canas, el pequeño infante conocedor del Carlton de Nueva York y la hermana adolescente con piercing incluido. Por podían haber pasado por tres miembros de la gauche divine. He aquí un pequeño listado de los temas que se trataron durante aquella comida sencilla de pizza y ensaladas:
1.- las colecciones de pintura del Louvre,
2.- las colecciones de la Tate Gallery en comparación a las del Louvre,
2.- la supremacía de los monumentos franceses (y no, no se referían a las zagalas del país vecino) frente a los ingleses;
3.- los delicatessen que servían en los bistrots franceses,
4.- frente a los restaurantes mas in de Nueva York,
5.- la última adquisición del Rikjsmuseum de Ámsterdam en la subasta de Christie´s
6.-y la inconveniencia de esperar tantas colas en los museos italianos.

Aquel día abandonamos Casa Mía sumergidos en una nebulosa de desconcierto. ¿Era aquella familia normal? Entonces, ¿cómo era la nuestra? ¿Anormal? ¿Lo habríamos soñado todo? ¿Estarían hablando por lo bajini de Belén Esteban mientras aparentaban que estaban por encima del resto de los mortales? ¿Era eso a lo que debíamos aspirar en la vida?

Nunca encontramos respuestas para aquellas preguntas, pero…

Pero el pasado domingo. nuevamente en Casa Mía y en su refrescante terraza de olivos, cuando ya estábamos a punto de atacar los primeros con alevosía, una camarera acomodó a nuestra vera a una familia…

Argggggggggggggg.

Había vuelto a pasar. Antes de que nos diéramos cuenta estábamos más pendientes de la conversación que había en la mesa de al lado (una conversación que recorría suavemente las colinas del Existencialismo y que estaba derivando hacia una enumeración de todas las corrientes filosóficas de la última mitad del siglo XX) que de la no-conversación que manteníamos con un plato de pasta. Una conversación que, para más INRI, se desarrollaba en varios idiomas. ¡Con chavales de menos de quince años! Pero... ¡aquello era la repanocha! ¿Qué extraño fenómeno tenía lugar en Casa Mía? ¿Acaso Casa Mía era más que un restaurante? ¿Era una delegación encubierta de la MENSA? ¿Un vórtice espacio-temporal? ¿El refugio secreto de una raza de super-hombres?


Un adolescente dudando entre los tagliatelle al pesto y la focaccia rosso como primer plato

Me temo que nunca podré responder a estas preguntas, pero me temo aún más que tendremos que volver a Casa Mía a comprobar qué oscuro secreto esconde tras esos olivos de esa, su fresca terraza. Puede pasar que nos descubran, pero, al menos, moriremos habiéndonos puesto las botas de pasta fresca.

miércoles, junio 28, 2006

¡Bienvenido al Día de la Marmota!

Mira que hemos visto veces esta película, pero no nos acostumbramos. Nos decimos que esta vez vamos a mirarlo todo cínicamente, que vamos a caer en cuartos, que nos vamos a hacer de Brasil porque compensa más, que bla bla bla. Pero según avanzan los días nos vamos ilusionando, muchas veces sin querer, crece la esperanza, ganamos algún partido y la gente sonríe en el Metro, soñamos, y a los periodistas se le llena la boca con el juego de la selección -y siempre hay un reportaje que dice cómo los periodistas suecos dan a España favorita-, y crece incluso un punto de arrogancia, y durante unos días nos emborrachamos con esa sensación que tan hermosamente describe el lema de Ecuador en este Mundial: ¡Sí se puede!

Y entonces suena el despertador, son las seis de la mañana, suena una canción de Cher en la radio y los locutores te dan la bienvenida al Día de la Marmota.

Y a ti se te queda cara de tonto, porque dijiste que no ibas a a creer, pero, otra vez, has creído.

martes, junio 27, 2006

La supervivencia del más fuerte o el más rico

Fíjense en este hermoso detalle que prueba la vigencia de las teorías darwinianas (no sé cuántas pruebas más necesitan los creacionistas, entre esto y lo de ayer):


Otro día, hoy no toca, hablaremos del tamaño del escudo de Madrid en el cartel.

La foto está tomada en la calle Serrano de Madrid. No hay dudas sobre la primera línea de texto: informa de que estamos en la Plaza de Colón (inciso: sí, donde se reúnen los hinchas españoles convocados por Cuatro; digo yo que tanta gente de rojo ha mosqueado a Esperanza Aguirre, de ahí lo de montar la pantalla gigante paralela en la Puerta del Sol, en la que los asistentes, supongo, irán de azul).

La segunda línea es más confusa: ¿por qué repetir la información? Pues porque no repite la información, listo, está en inglés. ¡Pero si pone lo mismo! Eso es porque el inglés se entiende muy bien, somos muy cosmopolitas aquí. Podían haber puesto Colón Square, o incluso Columbus Square, pero no. En otras calles de Madrid la segunda línea sí está en correcto anglo: Alcalá Street, pero la Plaza de Colón, símbolo de la Españolidad, se pone en castellano. Que para eso es Símbolo, con ese mayúscula. Cojones ya.

Y llegamos a la tercera línea, que está en japonés (espero que ningún lector coreano de este blog desmienta esta afirmación porque me jode el argumento). Y que pondrá, suponemos, Plaza de Colón en japonés. ¿En japonés? ¿Tantos turistas japoneses vienen a Madrid, crisol de culturas, rompeolas de España? ¿Más que franceses, alemanes, checos, congoleños, valencianos? Yo diría que no. ¿Y entonces?

Pues entonces, diría yo de nuevo, esto es una deferencia a los japoneses que pasan por esta calle camino de Loewe, o Louis Vuitton, o Gucci o las múltiples tiendas que jalonan la calle Serrano. Tiendas donde los japoneses se gastan cantidades ingentes de dinero porque sí, porque son japoneses y ya está y se pirran por Loewe (corría el rumor no sé si cierto, pero yo lo digo aquí, como si fuera un periodista de Salsa Rosa, de que los paquetes de viajes que contrataban los japoneses incluían directamente una visita a Loewe; que si no es verdad, enhorabuena al departamento de relaciones públicas de Loewe; y por cierto, ya están tardando en poner la web en japonés).

En fin, que el paga manda: es la supervivencia del más fuerte. Incluso en cosas tan tontas como los carteles que se ponen en la calle para informar a los turistas.


lunes, junio 26, 2006

Darwin y la cerveza

Ya lo sabrán ustedes, pero por si acaso se lo digo: finalmente nuestro anuncio favorito, el de Sony Bravia, no ganó el Grand Prix de Cannes (se quedó sólo en un oro, bah). Ganó otro anuncio soberbio, eso sí. Este:



Que yo creo que es inferior, pero como no estaba en el jurado...

viernes, junio 23, 2006

Decid Patata

De vez en cuando me doy un paseo por Enfoque diferencial, el blog de un fotógrafo de prensa. Me gusta visitarlo porque revela -nótese el fino juego de palabras- los entresijos de la profesión de fotógrafo, las dificultades para hacer una foto decente a los políticos del Congreso, el aburrimiento de las galas de entrega de premios, el valor que tiene hacer una fotografía original rodeado de cuarenta tipos que como tú quieren hacer una foto original...

Y sobre todo porque pone las fotos que no se pueden publicar en los periódicos, fotos donde Zapatero parece bizco, Rajoy sale con la lengua fuera, Llamazares se hurga la nariz, en fin, esas cosas.

Y porque de vez en cuando se ven fotos como esta:



It's time to play the music, it's time to light the lights

Dos conclusiones:

Es muy peligroso usar el gran angular en las fotos.

Fraga, como sospechábamos hace tiempo, no es una persona sino un teleñeco. O una silueta de cartón de un teleñeco.

jueves, junio 22, 2006

Marian Keyes: hacer de la depresión algo divertido


La primera vez que cayó en mis manos un libro de Marian Keyes no sabía a lo que me estaba enfrentando. De hecho, no tenía ni la más mínima idea de que mi vida iba a cambiar de un momento a otro gracias a esta autora irlandesa, entonces, una gran desconocida. Aquel libro, con el aburrido título en castellano de Claire se queda sola (y el mucho más acertado título de Watermelon en su edición original), me descubrió que el sueño de mi vida era escribir libros que, como mínimo, como mínimo, fueran la mitad de divertidos que aquel libro de Marian Keyes. Y eso, que en la primera página de Claire se queda sola la protagonista se entera de que su marido lleva meses engañándola con una vecina entradita en años y que la va a abandonar ¡en la misma sala de partos, dando a luz a su primer hijo! Gorda como una sandía y sintiéndose de cualquier forma menos atractiva.
¿Cómo puede una novela que empieza así ser tremendamente divertida? Pues lo es. Y mucho.
Pero no más que la novela que leí a continuación: Lucy Sullivan se casa (sí, vale… el título es horrible también), un viaje histriónico por las peripecias de una jovencita irlandesa viviendo en Londres con terribles problemas amorosos, pero aún más terribles dramas aguardándola por las esquinas, dramas como una grave depresión y un padre alcohólico. Y me reí. Y de vez en cuando lo vuelvo a retomar y sigo riéndome con los mismos chistes, con las mismas expresiones ingeniosas, con los mismos personajes sacados de madre...
Rachel se va de viaje (Rachel´s holidays en inglés original) fue la tercera novela. A estas alturas ya tenía mitificada a Marian Keyes, pero con este libro volvió a rizar el rizo, porque Rachel se va de viaje cuenta la historia de una drogadicta que niega su propio problema hasta que una terrible sobredosis obliga a su familia a ingresarla en una clínica de desintoxicación. Todo, absolutamente todo el libro transcurre en esa clínica donde los personajes más variopintos (en su mayoría, alcohólicos o drogadictos) luchan por superar el síndrome de abstinencia. Y te partes de risa. En serio.
Por los pelos (Last Chance Saloon), Sushi para principiantes (Sushi for beginners), Maggie ve la luz (Angels) y Quién te lo ha contado (The other side of the story) no tenían aquella vertiente tan cómica, pero aún así conseguían tratar temas bastante dramáticos de una forma divertida: del cáncer y la muerte, de la soledad, del divorcio, de la infidelidad o de levantarse de nuevo tras la más dura caída. Y, en serio, en todos los libros hay momentos realmente memorables, hay momentos en los que te dices “qué mamona la Marian Keyes esta, qué divertida es”.
Hasta entonces, lo que vulgarmente se llamaba “literatura para chicas” era para mí un género desconocido y denostado. Me equivoqué. Autoras como Marian Keyes, y Jennifer Weiner o Lauren Weisberger después, han demostrado que se puede hacer buena literatura dentro de este subgénero. Y negocio. Mucho negocio. En el Reino Unido, Estados Unidos, Francia o Alemania, por poner un ejemplo, los libros de cualquiera de estas autoras son números uno en superventas, miles de fans las siguen con entusiasmo y fervor y algunas ediciones de 25.000 ejemplares se agotan en la primera semana.
¿Cuál es su secreto?
Historias frescas y bien construidas, personajes reales con los que la lectora se siente identificada, algo de romanticismo y sobre todo, mucho sentido del humor e ironía a la hora de describir la sociedad en la que vivimos.
Si después de toda esta perorata aún no estáis convencidos, os recomiendo empezar despacito con uno de los últimos libros publicados de la Keyes en España, Bajo el Edredón (Under the duvet): una pequeña selección de artículos, relatos cortos y experimentos de esta maravillosa y tremendamente divertida mujer. Estoy segura de que no os defraudará. Y, por favor, que nos echen para atrás ni los horribles diseños de las portadas ni los terribles títulos que algunos editores suelen elegir pensando que esos son los horribles diseños de portada y los terribles títulos que tienen que tener las "novelas para chicas".

P.D.: Y aunque no seais chicas leer a Marian Keyes porque cuando una novela es divertida y está bien escrita la distinción de sexos es pura tontería.

miércoles, junio 21, 2006

Dos minutos de paz

Con la excusa de que se está celebrando el Festival de Cannes, que viene a ser, en una comparación no muy exacta pero muy usada, como los Óscar de la publicidad, os voy a poner uno de los favoritos para alzarse con el Grand Prix (nada que ver con Ramón García):



Me encanta porque es distinto a todo lo que he visto este año, parece estar en una dimensión alternativa de la publicidad. Una demostración de producto contundente y espectacular que encima te relaja. En cierta manera me produce el mismo efecto que el anuncio de la lotería inglesa que ya vimos por aquí.

Y como no hay efecto sin contraefecto, la parodia ad hoc:



Me encanta la publicidad de Tango, pero esta vez, al contrario que en los anuncios de Coro, me quedo con el original.

Actualización: Ya hay Gran Premio de Radio, y resulta que es el mismo que el año pasado: la prodigiosa campaña de radio de Bud Light, Real Men of Genius, de la que hablábamos aquí hace nada. No estoy seguro, pero creo que es la primera vez que un anunciante consigue dos años seguidos un Gran Premio.

martes, junio 20, 2006

¿Es grave, doctor House? Se está muriendo

Vale, lo que os voy a poner hoy no es lo más original ni actual del mundo -yo lo vi en Pjorge que a su vez lo tomó de El rincón de Blagdaros hace un montón-, pero como hoy termina la segunda temporada de House en España no me resisto a poneros un generador de guiones para House. Lo pongo tal cual sacado de Blagdaros y así empleo mi valioso tiempo en escribir un cuento que tengo pendiente (o en navegar por Internet):

Un (1) está (2) cuando sin motivo aparente se comienza a sentir mal hasta que cae inconsciente. Los servicios de urgencia lo llevan al hospital.

Después de un (3), resulta difícil hacer diagnóstico. House insulta a alguien. House escribe sobre una pizarra los síntomas y sus asistentes (que son unos paquetes) sugieren que se trata de (4). House insulta a alguien y dice que es (4) y comienza un tratamiento que hace empeorar al paciente hasta que casi lo mata, porque al final no es (4), sino que es (5). House insulta a alguien.

Se suspende el tratamiento al paciente. House insulta a alguien. Los ayudantes de House van a la casa del sujeto a investigar qué pudo causar "eso" que no saben que es.

Al final, House insulta a alguien y por idea feliz se descubre que es (6), se aplica el tratamiento, el paciente se cura y se va para casa. House insulta a alguien y se acaba el capítulo.

Sustituir en los números:

1- Hombre, mujer, niño, niña

2- en el trabajo, haciendo deporte, en la cama con su novia,...

3-Escaner, radiografia, analisis de sangre, tac,...(escoger una o varias opciones)

4-Icteria, Tifus, Meningitis, paperas, rubeola, lupus, encefalopatía espongiforme bovina,...

5-Icteria, Tifus, Meningitis, paperas, rubeola, lupus, encefalopatía espongiforme bovina,...(no puede coincidir con 4)

6-Icteria, Tifus, Meningitis, paperas, rubeola, lupus, encefalopatía espongiforme bovina,...(no puede coincidir con 4 ni con 5)
Y lo curioso es que no puedo dejar de ver la serie. ¿Es grave, doctor? No, mejor no responda.

lunes, junio 19, 2006

La escala Rus de lo Anti-Cool

Hay muchas cosas en la vida que quitan puntos en la escala del Coolismo de una persona. Ya sabéis a qué me refiero cuando hablo de la escala del Coolismo: al nivel de modernismo, estilo y molonismo que nos define como personas super-chachis que van por delante de la vanguardia de las tendencias. A los que NO siguen sino que son seguidos (por los cool-hunter, por supuesto). A los que son referente de la sociedad actual. A todos aquellos a los que se supone que debemos envidiar por ser super-cools. En fin, a “esos”.

En general, es muy difícil determinar qué factores son los que hacen que una persona tenga más nivel que otra en la escala del Coolismo. Muchas veces es algo relacionado con los genes o con una cosa que se llama je-ne-sais-quoi (y que yo tampoco sé qué es y no puedo explicar). Sin embargo, es muy fácil identificar los factores que quitan puntos en la escala de Coolismo. Quita puntos por ejemplo:

-ser amiga de Paz Padilla,
-salir en un anuncio de Paz Padilla,
-ser Paz Padilla.

También parece que quita puntos:

-llevar un tupper en una bolsa del Carrefour al trabajo,
-que el tupper esté a tope de lentejas y deje un tufillo a guiso en el vagón del metro,
-usar el metro para ir al trabajo (aunque este punto es muy discutido. Hoy en día hay dos corrientes muy contradictorias respecto al uso del transporte público y su relación con el Coolismo de la persona. Los hay que defienden el uso del transporte público como muestra del compromiso personal con la sostenibilidad, palabra Extra Cool del momento, y la ecología. Pero también los hay que aborrecen el transporte de masas y lo comparan con el transporte de borregos y como imagináis, no hay nada más poco Cool que viajar en compañía de borregos o, en su defecto, de congéneres sudorosos cuando puedes ir en tu coche hasta la misma puerta del restaurante más "in" escuchando algo hiper-moderno).


Llevar calcentines con sandalias ¿es cool o anti-cool? Que alguien nos lo aclare YA.
Otras cosas que restan puntos en la escala de Coolismo son:
-comprar los zapatos en los Guerrilleros,
-que te guste Mocedades,
-que sepas para qué sirven los limpia-cañerías exactamente,
-utilizar calcetines con sandalias (también discutible puesto que el año pasado se puso de moda en las pasarelas de París llevar calcetines de colegiala con sandalias de tacón y entonces aquello fue el colmo de lo Cool)
-no tener un iPod,
-o un móvil de última generación con tecnología multi-media, 3G, RKO y ABCDFG,
-que tu coche no sea un BMW o un Audi o, en su defecto, un último modelo carísimo y novísimo,
-etc.

Reconozco que, después de escribir este post, me he dado cuenta de que prefiero el Anti-coolismo al Coolismo y que, de hecho, me acerco más a lo primero que a lo segundo. Me gusta Mocedades, mi coche tiene para cinco años y lo que le queda, voy al trabajo con un tupperware en una bolsa de plástico, a veces está lleno de lentejas, otras veces de pollo en pepitoria o de albóndigas (alimentos poco Cool en la escala de Coolismo), mi móvil es una carraca con más de tres años que apenas sirve para otra cosa que no sea hablar por teléfono (y ¿para qué otra cosa lo iba a querer?), me muevo en Metro para casi cualquier cosa... Vamos, que cumplo muchas premisas de mi propia escala Anti-Cool.
Salvo por lo de Paz Padilla. Por ahí sí que no paso.

domingo, junio 18, 2006

Carlos Sainz tiene sucesor

Ya lo sospechábamos, pero hoy se ha confirmado, según leo en El País:
Sete Gibernau se rompe la clavícula en Montmeló y su ambulancia sufre un accidente
Me he acordado de aquel episodio de los Simpson en que Homer quiere demostrar a Bart que es un padre enrollado e intenta saltar un superprecipicio en patinete. Naturalmente, no lo logra y se rompe todos los huesos del cuerpo en la caída. Luego el helicóptero le iza y le golpea la cabeza contra la pared del barranco cada dos metros. Se mete en la ambulancia, la ambulancia choca contra un árbol, y Homer vuelve a caer por el barranco (¡Ouch! ¡Ay! Ungh ¡Ouch!).

Como si Sete no tuviera bastante con estar liado con la chica esa de la boca ancha. Hay gente que ha nacido para sufrir.

viernes, junio 16, 2006

Champán y vídeos porno

Fíjense en esta noticia que leí ayer, que da entre miedo y asco.

Para los vagos que no hayan entrado a leer (anda que no hay que ser gandules, ¿eh?) se resume así: parece que el 16% de los fondos de ayuda a las víctimas del Katrina (cerca de 800 millones de euros) fueron empleados fraudulentamente, para pagar, entre otras cosas, champán y vídeos porno.

Leamos juntos:
[...]los usos irregulares de estas subvenciones incluyen a un hombre que utilizó el dinero para cambiarse de sexo, a una persona que adquirió una botella de champán de 200 dólares (159 euros) en un club de strip-tease, y a otra que se gastó 300 dólares (238 euros) en vídeos pornográficos.

Hay que ser hijodeputa, ¿no? La gente es chunga. Te dan dinero para ayudar a gente que ha perdido sus casas, o que no tiene qué ponerse de ropa, o que directamente se está ahogando, y tú te lo gastas en una operación para poder llamarte Vanessa. Que ademas no es escamotear diez dólares del cepillo de la iglesia, que es que se ha metido en una operación que debe costar miles.

Fíjense que yo me había creído eso de que los anglosajones llevan fatal lo de mentir (¡anda que no hemos visto teleseries donde el chaval de la casa sufre una grave crisis de identidad porque ha usado una chuleta en un examen!), y resulta que allí también tienen su propia Marbella. Pero en peor.

jueves, junio 15, 2006

Mamón, cabronazo, abrazafarolas, viejuno

Mientras zascandileaba en Estandarte.com encontré una noticia curiosa. Dos argentinos habían publicado un diccionario de la injuria (se puede leer la noticia aquí).

Aparte de la hermosura de algunos insultos que se citan ("chimpapo" llaman en Nicaruagua a los prognatos. ¿Tendrá que ver con chimpancé?) y de la justificación intelectualoide de la tarea de recopilarlos ("produce un desvío de la violencia física hacia la verbal, lo que se traduce en un ejercicio dialéctico del enfrentamiento bla bla bla uso palabras raras bla bla bla soy muy listo bla bla bla"), me llamaron la atención dos párrafos, a saber:
En cambio, los argentinos parecen haber quedado un tanto atrasados en la creación de injurias ya que utilizan siempre las mismas y en los últimos años no se ha gestado gran cantidad, algo distante de lo que sucede en otros países.
I+D para la creación de insultos, ya. Aquí no hace falta, claro, con poner la COPE un rato vale.

Y la segunda y más importante:
Bufano consideró que "muchas veces los términos son muy duros, agresivos, machistas y racistas", lo que los llevó a "dudar" de incluir algunas palabras, pero prefirieron evitar "la auto-censura".
No me digais que no mola ponerse a recoger insultos y dudar de incluir algunos por si son ofensivos. Amigo, que son insultos, tienen que ser ofensivos.

Lo políticamente correcto va a acabar con nosotros cualquier día de estos.

martes, junio 13, 2006

¿Cómo que en España no hay buena publicidad?

Indignado por las insinuaciones de que en España no se hace buena publicidad (y eso que hace no mucho presentamos aquí mismo un genial ejemplo de publicidad no convencional), he buscado un anuncio exquisito en concepto y forma para que lo disfrutéis.

Pongámonos en situación. Está uno leyendo un periódico por internet (no en horas de trabajo, jefe) cuando te tropiezas con un banner tal que así:



Fino, ¿eh? Porque como estamos en el Mundial, pues hay un juego de palabras. Y son dos chicas que tienen, ejem, delanteras potentes. Dos estímulos juntos. No, con lo de dos estímulos no me refiero a las tetas, eso serían cuatro estímulos, sino a los dos beneficios básicos que mueven al hombre: churris estupendas y fútbol. Unidos. Así que le das, le clicas como dicen los modernos. Por investigar. No investigar tetas, sino investigar publicidad, yo soy un profesional, señora. Y ves esto:



Entras en la página de Media Markt (los de Porque yo no soy tonto, sí). Y aquí ni siquiera está el juego de palabras de lo de la delantera, sólo hay producto y dos tías macizas (que digo yo que si entras casualmente y te encuentras con esto debes flipar en colores). Que no me estoy quejando, ojo, sólo digo que falta el titular.

Sofisticación y elegancia. Referencia a la actualidad. Notoriedad. Y dos jacas con dos tetas como dos carretas. Vamos, el anuncio perfecto. Conmigo ha funcionado. ¿Cuántas veces he entrado en Bud Light o he probado la cerveza? Ninguna. ¿Cuántas veces he entrado en Media Markt? Pues ya van dos. Osea que la publicidad española es la mejor. Quod erat demonstrandum.


La mejor campaña de radio de la historia

La primera vez que escuché una cuña de la campaña “Real Men of Genius” de la cerveza americana Bud Light (originalmente la campaña se llamaba “Real American Heroes” hasta que el 11 de septiembre obligó a los creativos a buscar un nombre políticamente correcto) un pensamiento me asaltó: ¿Por qué, por qué, por qué, por qué no se me había ocurrido a mí una campaña así? La respuesta es sencilla:

- No tengo tanto talento.
- Ni clientes que lo valoren.
- Ni clientes dispuestos a gastarse semejante pasta en una cuña de radio.

Y es que en este país, la radio es un medio bastante denostado. No se le concede mucha importancia, creativamente hablando, vamos. Sólo hay que escuchar Carrusel Deportivo para hacerse una idea del nivel de neuronas que se manejan muchas veces en este medio. En eso los americanos nos superan. Con creces. Y la campaña de Bud Light es la mejor muestra de ello. Como esta cuña de ejemplo, una de mis favoritas:

MR. CHINESE FOOD DELIVERY GUY.
Locutor: Bud Light presents Real American Heroes.
Coros: Real American Heroes.
Locutor: Today we salute you: Mr. Chinese Food Delivery Guy
Coros: Mr. Chinese Food Delivery Guy.
Locutor: Without you, we´d be forced to do the unthinkable when we wanted Chinese: drive to a restaurant.
Coros: Moo shoo Gai pan.
Locutor: But you, sir, bring it to us in under 20´.
Coros: Ride like the wind.
Locutor: Armed with your rickety bike, your battle traffic, bad weather and the occasional busted elevator, and why do you do it? Because somewhere, some guy is waiting for his Kung Pow crab puffs, and he´s got a dollar fifty seven with your name on it.
Coros: That´s ten per cent.
Locutor: So crack open an ice cold Bud Light, oh mercenary of the mandarin chicken, and know that when America is looking for a man to get the job done, you do deliver.
Coros: You do deliver.

¿Cómo se puede hacer algo tan divertido hablando de un repartidor de comida china? ¿Cómo se puede montar toda una campaña alrededor de los miles de Don Nadies que pueblan un país y conseguir no sólo que nadie se sienta insultado sino que, además se sientan orgullosos de ser don nadies? ¿Cómo se puede convencer a un cliente de que su campaña será todo un éxito aunque no se explique nada de su producto? Y lo que es más, ¿cómo consiguieron convencer a ese mismo cliente para que se gastase en cada una de las cuñas un ojo y parte del otro en cambiar la música, la letra de la canción y en contratar unos coros cuando en radio lo único que se suele hacer es coger una musiquilla de biblioteca de fondo y punto? Aún no lo sé y puede que sea esa la parte del proceso (la parte de vender la campaña) que más admiración me produce.

Vamos, que aunque en este país haya creativos con talento para hacer algo así todavía no sé si hay algún cliente capaz de comprarlo. Así que tendré que conformarme con escuchar una y otra vez la fantástica campaña de Bud Light mientras me pregunto por qué nunca haré una campaña así. Si queréis hacer lo mismo, aquí encontraréis todos los mp3´s.

lunes, junio 12, 2006

Un tipo que cae simpatico

Con Lorenzo Silva me pasa una cosa curiosa: cuando estoy leyendo un libro suyo no paro de encontrarle defectos. Defectos menores, vale, pero defectos. Tomemos como ejemplo La reina sin espejo, que acabé hace algunos días. Es el quinto libro protagonizado por Bevilacqua y Chamorro, una pareja de guardias civiles (El lejano país de los estanques, El alquimista impaciente, La niebla y la doncella y el libro de relatos Nadie vale más que otro) que investiga crímenes especialmente complejos.

La historia es lineal, contada en primera persona por Bevilacqua, un maduro sargento de la Benemérita, psicólogo (aunque nunca ejerció y reniega de la profesión), baqueteado por la vida y con aureola de perdedor. El caso, que está bien trabado, es lo de menos: el asesinato de una presentadora de televisión catalana. Bevilacqua y Chamorro tendrán que colaborar con la Policía y los Mossos para introducirse en el mundo de la prostitución barcelonesa.

Y aquí la lista de los defectos:

-Los diálogos quieren ser creíbles, pero en ocasiones resultan un poco artificiosos. No es que sean demasiado falsos, pero hay algo de impostado en ellos. Es difícil de explicar, pero es como si los personajes hablaran a través de una máscara hueca que produce ligeras resonancias y les cambia la voz.
-El protagonista es un perdedor al que la vida le maltrata. Otro más. Basta, por favor, de novelas protagonizadas por perdedores. Máxime si se pasa la novela hablando de lo perdedor que es.
-A veces la novela cae en un tono didáctico sobre los procedimientos de la Guardia Civil.
-A veces, casi diría que para justificarse, el autor hace reflexiones "profundas" sobre la vida, de mano de su narrador. A pesar de la reconocida vocación por hacer un producto de entretenimiento, Silva parece que se obliga a meter con calzador algunas disquisiciones para que la novela coja vuelo intelectual. Sin necesidad. Y sin éxito, creo.
-Lo políticamente correcto impregna toda la obra.
-Hay un párrafo al final, medio poético, que justifica el título de la novela.

A pesar de estos defectos, que son comunes a todas sus novelas, he leído tres de los libros de Bevilacqua y Chamorro, y además La isla del fin de la suerte (un muy interesante experimento) y Carta blanca (que ganó el Premio Primavera y tiene una primera parte maravillosa y una segunda parte horrorosa), y tengo en casa pendiente El nombre de los nuestros. Osea, que a pesar de los defectos sigo leyendo obras de Silva. ¿Por qué?

Pues porque son buenas novelas, a pesar de todo, bien trabadas, construidas a la manera artesana, que puede que no dejen páginas imborrables para la Historia de la Literatura pero que tampoco defraudan nunca, novelas bien contadas, de pulso firme, que dan lo que ofrecen, esto es, entretenimiento más que digno. Se dejan leer muy bien, sin problemas, tienen tramas apasionantes y personajes bien dibujados que sobre todo, aquí está el meollo, amigos, parecen reales. Reales y simpáticos. Bevilacqua quizá tendrá muchos defectos de construcción, pero es un tío que cae simpático, dan ganas de saber más sobre él, de que nos cuente más historias. Es como ese cuñado que viene en las fiestas de Navidad que te narra sus aventuras en París: mientras le escuchas, y tal vez cuando se ha ido, piensas: "menudo golfo, y juraría que le huele el aliento a ajo". Pero cuando vuelve la próxima Navidad, no puedes más que preguntarle: ¿y qué tal en París?

Personajes. Ese es el puntal de la Literatura desde hace ya siglos. Por eso leemos novelas. Lorenzo Silva lo sabe y ha conseguido crear un personaje al que resulta difícil odiar porque parece que fueras tú mismo. No es poco: con esa simple virtud es capaz de compensar el resto de irregularidades de su escritura.

viernes, junio 09, 2006

La Ruta de la Croqueta II

Dado el éxito de crítica y público del post dedicado al croquetismo, mi querida media naranja ha desempolvado sus apuntes (¡Sí, señores! Así de en serio nos tomamos en este blog las cosas. O, al menos, algunas cosas) para alegría y alboroto de todos los fans de tan digno delicatessen. Así que, abróchense los cinturones, porque aquí llega la Ruta de la Croqueta 2º Parte, Más Allá de la Bechamel Enriquecida con Nuez Moscada.

Era la primavera-verano del año 2002. Eran otros tiempos: para empezar yo entraba en una 38 y aún creía que los Reyes Magos eran los padres. Y eso,… éramos más jóvenes, más fuertes y más decididos (que ninguno tuviéramos niños tiene mucho que ver con este estado de libertinaje total en el que nos encontrábamos imbuidos), así que decidimos lanzarnos a la jungla del asfalto madrileña, buscar más locales que hiciesen del croquetismo un fino arte y lanzarlos al estrellato. He aquí una selección de los sitios que visitamos en aquella segunda ruta por la zona de La Latina y los alrededores de la Plaza Mayor:

-POSADA DE LA VILLA (Cava Baja, 9): ¿Su especialidad? Pues eso mismo, croquetas. Imprescindible pedir pan de pueblo, aunque es muy triste que te lo cobren aparte.
-LA SANTA (C/ Segovia, 16): Aparte de unas croquetas de campeonato también se cuenta que la fondue de queso está estupendo y los pinchos de carne y cangrejo.
-TABERNA DE DON PEDRO (Don Pedro, 20): Ni la decoración, ni el ambiente, ni las tapas que aquí se sirven entroncan con el estilo de los bares convencionales. Para beber lo mejor es el espléndido vermut de grifo Yzaguirre y para comer, la especialidad de la casa: croquetitas, ñam, ñam.
-TABERNA MATRITUM (Cava Alta, 16): Sus croquetas son excelentes, por ejemplo, las de jamón y espinacas. Me parece recordar que el sitio era un tanto pequeño (o que nosotros éramos muchos), pero lo mismo me equivoco, porque desde que soy madre he perdido varias neuronas y la conciencia de mi vida anterior.
-CASA ANTONIO (Latoneros, 10): El local donde cerramos aquella última ruta. Antigua Casa Matías, un local centenario con azulejo arabesco. Mantiene intactos elementos estéticos de antaño, como su preciosa barra de estaño. Tapas sencillas bien elaboradas y ¡croquetas! A aquellas alturas sólo los estómagos más poderosos pudieron atreverse a pedir una croqueta más. El resto, claudicamos.
Desde entonces, nuestra vida ha cambiado un pelín y no hemos vuelto a hacer Periodismo de Investigación, pero estos últimos post han despertado mi espíritu inquisitivo. No veo nada claro que, en breve, nos atrevamos con una Ruta de la Croqueta III, pero, y por si las moscas, he ido buscando y estos son los locales de los que más se habla en la red de redes:

-LA TASQUITA (Juan de Urbieta, 24): Un local de los de siempre, unas croquetas de las de siempre.
-EL JURUCHA (Ayala, 19): Todas las tapas de este local están tremendas, las croquetas son de lo mejorcito. Cuando trabajaba en Equipo Tres lo visitaba siempre que mi exigua paga de copy-mal-pagado me lo permitía.
-MELO´S (Calle del Ave María, 44): Lo malo de este local es que siempre está hasta arriba, lo bueno es que las croquetas son inmejorables y que además hacen una cosa llamada “zapatillas” (pan de hogaza con relleno) que debería tener su propio club de fans.
-EL ALMIREZ (Maldonado, 5): Croquetas de morcilla ahumada con pasas, no digo más.
-LA VINATERIA (Ponzano, 21): Croquetas de roquefort con piñones o de salmón. Me quito el sombrero.
-EL TOMILLAR (Profesor Waksman, 14): De buen tamaño y con dos ingredientes: queso y jamón.

Así que ya sabéis, amigos: si con la cercanía del verano os sentís agobiados con tanto anuncio de anticelulíticos y parches adelgazantes, ahora tenéis una forma de rebelaros ante tanta presión:

COMIENDO CROQUETAS.

jueves, junio 08, 2006

¿Qué estás haciendo últimamente?

Cuando trabajas en publicidad la gente parece tener un interés morboso en saber qué anuncios estás haciendo en ese momento (es algo que no sucede en Medicina, por ejemplo: "Y dime, hijo, ¿qué enfermedades has curado últimamente?"). La mayor parte del trabajo de los creativos no es muy lucido (en efecto, las fotos con modelos brasileñas prácticamente desnudas, o los rodajes en lugares paradisíacos con modelos brasileñas prácticamente desnudas, o las grabaciones de cuñas de radio con modelos brasileñas prácticamente desnudas no son tan frecuentes como pensáis), de manera que generalmente uno se encuentra escurriendo el bulto, saliendo por peteneras, hablando ambiguamente o cambiando de tema, sin más.

El caso es que acaba de ver la luz una cosa de la que me siento moderadamente orgulloso -no es poco en estos tiempos oscuros para la creatividad-, así que os la cuento. Se trata de una acción especial para Calle 13 -el canal de acción y terror-, lo que se viene llamando últimamente Guerrilla.

Imaginaos que bajáis a vuestro garaje, os metéis en el coche, metéis la llave, miráis por el retrovisor, y en el espejo del retrovisor veis esta cara:



El susto es de aúpa, porque parece que tienes un intruso, muy mal encarado, dentro del coche. Pero no, tranquilo, no está dentro. Si bajas y miras la luna trasera, hay solo una silueta de un hombre, con la foto que habéis visto de un lado y un texto que dice: Comparte la tensión que provoca Calle 13 con tus amigos.

El efecto es muy realista: de verdad te crees que hay alguien dentro del coche. Incluso aunque lo hayas puesto tú, no puedes evitar sobresaltarte al ver la cara en el retrovisor.

Ahora Calle 13 ha decidido que todos puedan gastar esta broma a sus amiguetes y te puedes bajar de su web la foto aquí. Además hay un pequeño vídeo ilustrativo y las instrucciones de uso aquí.

Así que ya sabéis: ¿algún amigo se ha comportado regular últimamente con vosotros? Que se lleve su merecido. Por listo. Y contádselo a la gente para que hagan lo mismo a sus amigos. ¡Instauremos el Mal! ¡Que vuelvan las bromas pesadas! ¡Y si no sabe soportar una broma, que se vaya del pueblo!

¡Volad, pequeños, volad!

martes, junio 06, 2006

Esta maldita y maravillosa ciudad que es Madrid.

Hay días en los que algunas cosas de mi Madrid me sacan de quicio, como si en vez de una ciudad fuese una persona con la que comparto vida desde hace tiempo y a la que no siempre puedo dejar pasar sus manías y sus vicios. Pues con Madrid me pasa lo mismo. Me saca de quicio un día sí y otro también:

1.- Porque hay un mal humor general imperante y la crispación campa por sus anchas.
2.- Porque la gente se ha olvidado de la educación o la educación se ha olvidado de la gente o no se arrejuntan o no sé, no lo tengo muy claro.
3.- Porque hay tantas obras, vallas, zanjas, agujeros, etc., que ya no sabes si las calles buenas son las que están en obras o las que no (porque el Ayuntamiento las tiene dejadas de la mano de Dios).
4.- Porque son demasiados los coches, los automóviles, los utilitarios, los vehículos, los camiones, los autobuses, los taxis, las furgonetas, las camionetas, las motos y todas esas cosas que van sobre ruedas que van por ahí contaminando y haciendo ruido.
5.- Porque odio el Metro en hora punta.
6.- Porque odio el Metro en hora punta averiado (o sea, todos los días) sin aire acondicionado y con el volumen del megáfono a toda mecha diciéndote lo averiado que está.
7.- Porque los camiones de reparto, los de la basura y los que reciclan el vidrio montan un jaleo tremendo bajo la ventana de mi dormitorio, normalmente, a eso de las tres de la mañana.
8.- Porque está sucio y descuidado, como alguien falto de cariño.
9.- Porque hay pocas flores.
10.- Porque es imposible pasear con un carrito de bebé sin sentir que se está participando en una ginkana improvisada.
11.- Etc.

Y sin embargo, no puedo dejar de querer a Madrid por cosas como:

1.- Poder tomar el brunch los domingos con mis amigos, con lo cosmopolita que suena decir que has quedado a tomar el brunch y lo mejor que sienta ponerse morado a pan caliente, mantequilla y mermelada, bollos, huevos revueltos con salmón/salchichas/roastbeef/etc, zumo de naranja recién exprimido y cienes de tazas de café por menos de veinte euros (porque ¡a ver dónde comes tú ahora en Madrid así de bien por menos de veinte euros!).
2.- La recién inaugurada tercera planta del mercado de Las Ventas, con todo tipo de puestecillos con productos ecológicos, desde carne de vaca de verdad a tomates con sabor a tomate y no a corchopán.
3.- El parque de El Retiro y la sombra de sus árboles centenarios o el parque de El Retiro y sus masas infinitas de hojas color oro o el parque de El Retiro recién llovido o el parque de El Retiro en cualquier época del año.
4.- Los cines en versión original, benditos sean.
5.- Las tiendas de los chinos (¿Cómo era la vida antes de las tiendas de los chinos? ¿Cómo era la vida cuando se acababa la leche un domingo por la mañana y no podías ir a un chino a comprar más?).
6.- La plaza de Quintana los fines de semana llena de vecinos cambiando cromos.
7.- Las tiendas de todo y cualquier cosa que encuentras en cualquier lugar, desde La Boutique del Muelle (todos los muelles que puedas imaginar cerca de la c/Atocha) pasando por el Rincón Extremeño (jamón, queso, licores y conservas de la zona) o la divertida tienda de jabones Lush en la calle Fuencarral.
8.- Los puestos de libros improvisados en la calle y las enormes librerías del centro, las librerías especializadas y las librerías que sirven café y tartas caseras como en las series de televisión norteamericanas.
9.- El bocata de calamares que sirven en El Brillante.
10.- Las terrazas de verano.
11.- Etc.

Seguro que en Gotham y Sin City no hay restaurantes que sirvan brunch. En Madrid sí.


En fin, que, como en todas las historias de amor, cuando se acaba la pasión siempre queda el cariño, la costumbre y las vivencias compartidas que tanto unen. Y en resumen, eso es lo que me pasa con Madrid.

lunes, junio 05, 2006

Tráfico denso

Mi amigo Sergio me envió el otro día este vídeo:



Al principio pensé que era la M30 a la altura del Vicente Calderón, pero al ver los rickshaws me di cuenta de que no, que debía estar grabado en la India. Resulta asombroso ver cómo se manejan en el caos los hindúes. En una calle peatonal cualquiera ocurre lo mismo: hay tanta gente que el descontrol conduce al equilibrio y se van avisando unos a otros para no chocar (con sonidos de advertencia que chasquean igual que nuestros besos, de manera que por la calle hay una especie de continuo besuqueo).

Gracias, majetes

El viernes presentamos Me llaman Fuco Lois, y la cosa fue muy bien: llenamos el pabellón donde se presentaba, echamos unas risas, vimos corretear a los niños, firmé libros a mansalva y recibí besos y parabienes de los presentes. Gracias a todos los que estuvisteis allí acompañándome en el trance. Para los que no estuvisteis (tarjeta amarilla) en los próximos días escribiremos una pequeña crónica de qué ocurrió, y seguramente colguemos un vídeo con los discursos de Andrés Sorel, Antonio Gómez Rufo, Carlos Berzosa y vuestro seguro servidor.

Me parece que la cosa fue divertida y el éxito incontrovertible: como ya ha dicho alguien en los comentarios, se vendieron todos los ejemplares de Me llaman Fuco Lois que había en la Feria. No está mal para este modesto carnicero de textos.

viernes, junio 02, 2006

Alucino pepinillos

Ayer todos los telediarios de este país abrieron con esta noticia: la muerte de Rocío Jurado. Pero no contentos con eso, le dedicaron gran parte de su tiempo. ¡Hasta veinte minutos llegué a cronometrar en algunos casos! Como decía un compañero de trabajo, "con esto y otros veinte minutos más hablando del Mundial que está por llegar ya tienen el telediario hecho".

Y, por eso, alucino pepinillos.

Me parece realmente increíble, vergonzoso y espeluznante que se le dé más importancia a la muerte de una cantante (que sí, que era una Artista con Mayúsculas, y que bien, y bla, bla, bla... pero ya está) que a las manifestaciones de la gente joven por una vivienda digna, por poner un ejemplo, o a los cientos de miles de problemas reales que nos afectan a todos de verdad.

¿A quién pretenden engañar? ¿Qué es todo esto? ¿Panem et circenses?

jueves, junio 01, 2006

Dos anuncios casi iguales

La parodia es un género que en Inglaterra está muy bien considerado. Allí, un tipo que parece tener pelos en la nariz y lleva sombrero es el segundo escritor que más vende del reino, tras J.K.Rowling. Y lo que hace es parodiar las novelas de fantasía, esencialmente. Pero no hemos venido a hablar de Terry Pratchett (para eso es mejor visitar la Concha de Gran A'Tuin), sino de parodias. De parodias de anuncios. Vía Llámame Lola, una vez más, aquí tenemos uno de los anuncios ingleses favoritos para triunfar en Cannes este año (tal vez lo conozcais ya):


Dos minutos y pico de anuncio, que se dice pronto. A mí no me gusta especialmente, la verdad (estoy en minoría en el negocio), pero hay que reconocer que está hecho fantásticamente. Ahora bien, yo prefiero este que le parodia:



Me encanta. Aunque aquí no saldría.
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