Con Lorenzo Silva me pasa una cosa curiosa: cuando estoy leyendo un libro suyo no paro de encontrarle defectos. Defectos menores, vale, pero defectos. Tomemos como ejemplo La reina sin espejo, que acabé hace algunos días. Es el quinto libro protagonizado por Bevilacqua y Chamorro, una pareja de guardias civiles (El lejano país de los estanques, El alquimista impaciente, La niebla y la doncella y el libro de relatos Nadie vale más que otro) que investiga crímenes especialmente complejos.
La historia es lineal, contada en primera persona por Bevilacqua, un maduro sargento de la Benemérita, psicólogo (aunque nunca ejerció y reniega de la profesión), baqueteado por la vida y con aureola de perdedor. El caso, que está bien trabado, es lo de menos: el asesinato de una presentadora de televisión catalana. Bevilacqua y Chamorro tendrán que colaborar con la Policía y los Mossos para introducirse en el mundo de la prostitución barcelonesa.
Y aquí la lista de los defectos:
-Los diálogos quieren ser creíbles, pero en ocasiones resultan un poco artificiosos. No es que sean demasiado falsos, pero hay algo de impostado en ellos. Es difícil de explicar, pero es como si los personajes hablaran a través de una máscara hueca que produce ligeras resonancias y les cambia la voz.
-El protagonista es un perdedor al que la vida le maltrata. Otro más. Basta, por favor, de novelas protagonizadas por perdedores. Máxime si se pasa la novela hablando de lo perdedor que es.
-A veces la novela cae en un tono didáctico sobre los procedimientos de la Guardia Civil.
-A veces, casi diría que para justificarse, el autor hace reflexiones "profundas" sobre la vida, de mano de su narrador. A pesar de la reconocida vocación por hacer un producto de entretenimiento, Silva parece que se obliga a meter con calzador algunas disquisiciones para que la novela coja vuelo intelectual. Sin necesidad. Y sin éxito, creo.
-Lo políticamente correcto impregna toda la obra.
-Hay un párrafo al final, medio poético, que justifica el título de la novela.
A pesar de estos defectos, que son comunes a todas sus novelas, he leído tres de los libros de Bevilacqua y Chamorro, y además La isla del fin de la suerte (un muy interesante experimento) y Carta blanca (que ganó el Premio Primavera y tiene una primera parte maravillosa y una segunda parte horrorosa), y tengo en casa pendiente El nombre de los nuestros. Osea, que a pesar de los defectos sigo leyendo obras de Silva. ¿Por qué?
Pues porque son buenas novelas, a pesar de todo, bien trabadas, construidas a la manera artesana, que puede que no dejen páginas imborrables para la Historia de la Literatura pero que tampoco defraudan nunca, novelas bien contadas, de pulso firme, que dan lo que ofrecen, esto es, entretenimiento más que digno. Se dejan leer muy bien, sin problemas, tienen tramas apasionantes y personajes bien dibujados que sobre todo, aquí está el meollo, amigos, parecen reales. Reales y simpáticos. Bevilacqua quizá tendrá muchos defectos de construcción, pero es un tío que cae simpático, dan ganas de saber más sobre él, de que nos cuente más historias. Es como ese cuñado que viene en las fiestas de Navidad que te narra sus aventuras en París: mientras le escuchas, y tal vez cuando se ha ido, piensas: "menudo golfo, y juraría que le huele el aliento a ajo". Pero cuando vuelve la próxima Navidad, no puedes más que preguntarle: ¿y qué tal en París?
Personajes. Ese es el puntal de la Literatura desde hace ya siglos. Por eso leemos novelas. Lorenzo Silva lo sabe y ha conseguido crear un personaje al que resulta difícil odiar porque parece que fueras tú mismo. No es poco: con esa simple virtud es capaz de compensar el resto de irregularidades de su escritura.
7 comentarios:
Hola¡ Gracias por la visita, estoy completamente con lo de la canción de Sabina y veo que tu chica también tiene una opinión parecida sobre Madrid. Con respecto a Silva no he leido nada suyo, pero vi la peli de 'El Alquimista impaciente' y me pareció mediocre. Solo salvo a la inconmensurable Adriana Ozores.
No he visto la película, el libro está bien, entretenido y tal, agradable (cf. este mismo post). De todas maneras la novela negra y/o policíaca no ha tenido demasiada fortuna en España en sus adaptaciones cinematográficas, no sé por qué.
Me estoy acordando de Carvalho, por ejemplo, o Petra Delicado. Al final resulta que Brigada Central estaba bien y todo.
A mi me habian hablado bien de este escritor. Tendre que apuntarlo en la lista (otro mas) (Supongo que es la lista de los "...y nunca los leere pero podria haber sido el comienzo de una buena amistad")
Gracias por recordarmelo (de nuevo).
A mi me gusta bastante Lorenzo Silva. Las novelas están bien construidas (correctas aunque no brillantes), los casos son interesantes y se van complicando a medida que la trama avanza y el escenario en el que se desarrolla la acción suele ser una España bastante ajustada a la realidad. Además, me mola la TSNR (Tensión Sexual no Resuelta) que hay entre los dos protagonistas. Si me molesta el aura de perdedor del protagonista, termina saturando. En la peli os puedo asegurar que no tenía ninguna pinta de perdedor.
Hay algunos ejemplos dignos de cine policíaco español
"La caja 507" me gustó bastante y "el crack" es la única película de Garci que soporto.
En otro estilo, "todo por la pasta" me parece muy entretenida.
De Lorenso Silva solo he leído los comentarios en "el semanal" y también vi la película y no me gustó demasiado; además, no me creía el presonaje de Ingrid Rubio
Pero entonces ya que sacas tantos defectos y quieres una novela policiaca tan definida:
¿Por qué no escribes tu una novela policiaca para darte gusto a ti, y a tu ego?
Estoy en ello, Anónimo. De todas maneras asumo mi incapacidad para crear una novela policiaca tan buena como las que escribe Silva. Que, por si no ha quedado claro, y a pesar de los defectos que les veo, siguen siendo unas novelas policíacas estupendas.
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