viernes, marzo 23, 2007

Las grandes olvidadas

Creo que entre los 13 y los 18 años me leí aproximadamente unos 1.500 libros. Las empleadas de la biblioteca de Caja Madrid de mi barrio no sólo se conocían de memoria mi nombre de pila y mis apellidos sino que me regañaban como madres por aterrizar en su sala a las cuatro de la tarde todas las tardes de aquellos veranos calurosos (“en pleno mes de agosto, con toda la solera, te vas a poner mala, ¿adónde crees que vas?) y me limpiaron y cuidaron las heridas aquel día que me presenté con las rodillas chorreando sangre después de despeñarme camino a la biblioteca con mis patines nuevos en la cuesta del mercado. Y es que yo pasaba más tiempo en la sala de lectura que en el salita de estar de mi casa, que en la calle y que en cualquier otro sitio juntos. Vale, vale… esto puede tirar por tierra el mito que tan insistentemente ha intentado implantar el Sr. Palomares de Rebeca=mito sexual. Lo siento, amigos. De adolescente yo era un ratoncito de biblioteca y en el colegio me apodaban La Monja. Luego las cosas cambiaron y me volví una Loca Pendeja de la Noche, pero esa es otra historia que dejaré para otro post o me la callaré para siempre por que soy una madre y tengo una imagen que mantener.

En fin, que me voy por los cerros de Úbeda.

1500 libros. Ya se puede decir. Un montón. Y vosotros os preguntaréis “¿qué libros eran esos, eh, Rebeca?”, “demuéstralo si puedes”, “eh, ¿a que no puedes?”. La verdad es que no puedo demostrarlo, pero tampoco José Antonio y ahí está, yendo de ilustrado por la vida.

Los dos sufrimos experiencias paralelas, seleccionado libros de aquí y allá sin ningún criterio o guía. Algunas veces malos, otras (las más) excelentes. En aquellos cinco años leí mucha literatura española (sí, señores, he leído El Quijote enterito), mucha Agatha Christie y mucho de todo lo demás, sobre todo, esa literatura a la que se le denomina como Literatura Universal. Igual que José Antonio. Pero un día, hablando de este tema nos dimos cuenta de que él, lector voraz como nadie que yo conozca, se había saltado una parte fundamental de esa Literatura Universal. Y es que no había leído “Cumbres Borrascosas”, ni “Jane Eyre”, ni “Orgullo y Prejuicio” o “Emma” o “Mujercitas”, por poner algunos ejemplos. Es decir, no había leído ningún libro clásico escrito por una mujer. Tampoco había leído nada de George Sand o Edith Warton, por poner más ejemplos. Aquello me produjo mucha curiosidad y hablando con otra gente que leía tanto como nosotros comprobé que él no era el único. Y lo que es más, haciendo un esfuerzo memorístico, recordé que ningún libro de estas autoras formaba parte de los programas educativos que yo había seguido, a pesar de que había tenido dos profesores de literatura, Pablo y Luisa del Raimundo Lulio de Madrid, atípicos que seleccionaban material extra fuera del programa obligatorio que siempre solía destacar por su peculiaridad y salirse de lo corriente (ejemplo: en 2 de B.U.P. Pablo nos obligó a incluir “El hobbit” de J.R. Tolkien entre las lecturas obligatorias de aquel curso. ¡A ver qué profesor serio hace eso! ¡Gracias, Pablo!). Pero nunca Jane Austen, nunca las hermanas Brönte.

¿Por qué?, me pregunté.

¿Por qué eran las Grandes Olvidadas?

Sin entrar en la misoginia y en los problemas que, en general, han tenido las mujeres para acceder a la cultura, poder desarrollarse y ser valoradas en igualdad (aunque me resulta difícil no hacerlo), me resulta incomprensible que estos clásicos de la Literatura Universal se sigan considerando en el inconsciente colectivo como novelas de chicas. Vale, es cierto que eran novelas protagonizadas por mujeres en su mayor parte. Pero, ¿no lo son también Ana Karenina, Madame Bobary o La Dama de las Camelias, clásicos tan universales como las otras? ¿Por qué José Antonio sí ha leído estos tres libros y no los otros?

Así que, después de pensarlo mucho y de leer esta mañana un bonito post de la señorita Cayetana Altovoltaje que toca un tema parecido, he decidido hacer esta pregunta en voz alta para ver qué pensáis vosotros. ¿Habéis leído a estas escritoras o también las habéis olvidado? ¿Pensáis que merecen estar entre los clásicos de la Literatura Universal o que sólo son libros para chicas?








11 comentarios:

Jaime dijo...

A mí me da que a estas novelas les han hecho mucho daño las portadas de algunas ediciones: parecen libros de Danielle Steel, rezumando mujeres insatisfechas y criados musculosos de torso desnudo y sudoroso... Cosas de chicas, vaya.

Pero lo cierto es que Jane Eyre no tiene nada que envidiarle a las mejores novelas de Dickens y Cumbres borrascosas es uno de los mejores libros que he leído (en total son siete, pero los siete son muy buenos).

Austen me aburre más, pero José María Valverde decía que Emma es la mejor novela del 19. Y ese tío sabía.

Cayetana Altovoltaje dijo...

Rebeca, le das unos azotes a Palomares de mi parte. Cumbres Borrascosas hay que leerlo antes de los 19 años.
Yo creo que los estereotipos de género hacen mucho daño. Me refiero a lo que hace que ciertas cosas se consideren más masculinas o más femeninas. Es muy posible que, aún hoy, a un chaval le de vergüenza que le vean leyendo una de estas novelas en el metro (no ayuda lo que apunta Jaime de esas portadas de novelón romántico). En ese sentido las mujeres lo tenemos más fácil, no tenemos que andar demostrando lo machos que somos al mundo.
A tu segunda pregunta, mi respuesta es un rotundo SÍ. Y a tu lista añado la señora Wollstonecraft y su hija Mary Shelley. Qué gran siglo para las letras el XIX, señores.
Me ha encantado lo de la Loca Pendeja. En la próxima quedada bloguera (que habrá, ¿no?) te dejas al apañero con la nena y vienes tú. Lo proclama la presidenta vitalicia del Club de Crápulas y Pendejos de la noche. Ea.

Pedro dijo...

Pues yo también tengo que confesar que no he leído ninguna de esas novelas ni autoras...

Y no es por machismo ni porque me importe que vean la portadad del libro que estoy leyendo cuando viajo en el metro (de hecho, forro mis libros con papeles de periódico para protegerlos cuando los estoy leyendo).

En mi caso, yo diría que la causa es que ya he visto (o vi en su día) casi todas esas novelas en forma de película... y, no sé, si ya sabes de qué va algo, igual no te apetece tanto ponerte a leerlo.

Porque, también podemos plantear la cuestión de otra manera: ¿por qué esas novelas han sido tantas veces adoptadas al cine (y en diferentes versiones algunas de ellas)?

Rebeca Rus dijo...

Puede que tengas razón, Jaime, y el diseño de estos libros deje mucho que desear. Por cierto, y ya que nombras Enmma de Austen, el periódico estadounidense News & Observer reunió a 125 intelectuales (Martin Amis, Ian Mc Ewan, Salman Rushdie o Stephen King, bla, bla, bla) y les invitó a hacer una lista con las 20 mejores novelas de la historia y Emma estaba entre ellas. Para comparar las otras 19 eran: Hamlet y el Rey Lear de Shakespeare, En busca del tiempo perdido de Proust, Middelmarch de George Eliot, Moby Dick de Melville, Grandes esperanzas de Dickens, Dublinenes y Ulises de Joyce, La Odisea de Homero, Crimen y Castigo de Dostoievski, El Gran Gastby de F.S. Fitzgerald, Cuentos de Chejov, Ana Karenina y Guerra y Paz de Tolstoi, Madame Bovary de Flaubert, Lolita de Nabokov, Las aventuras de Huckleberry Finn de Twain, Don Quijote de la Mancha de Cervantes y Cien años de Soledad de Gabriel García Márquez. Espero no haber olvidado ninguna. Ah, sí. Me llaman Fuco Lois de J.A. Palomares.

JohnyFK dijo...

Pues a mi las chicas ratón de biblioteca me ponen. El verlas relajadas y concentradas mientras leen un libro y con los dedos hacen tirabuzones con su pelo es algo mágico. Creo que casi todos los lectores a los que les atrae el sexo femenino estarán de acuerdo conmigo.

Así que el concepto Rebeca=Mito sexual que el Sr. Palomares nos ha transmitido sigue vivo, al menos en mi :)~~~*

Por lo demás, admiro la cultura literaria que tenéis los dos. Yo no llego ni a un 1% de la que tenéis vosotros. Así que para remediarlo en breve probaré tus recomendaciones. Pero antes me tengo que leer un libro que me he comprado hace poco que se llama "Me llaman Fuco Lois", me han dicho que podría ser aceptable, aunque también me han dicho que el autor es un salidorro que en su blog aprovecha cualquier excusa para poner fotos de tías buenorras ;)

Anónimo dijo...

Aunque no he leído todo de todas, ni mucho menos, he encontrado características que les son comunes, y una de ellas es un finísimo sentido del humor. Otra gran olvidada del siglo XIX es Mary Kingsley. Con su libro "Cautiva de África" tuve que parar más de una vez para tomar aire. Relata en él sus increíbles peripecias selváticas.

Cayetana Altovoltaje dijo...

Ains!!! Estoy yo preparando un post sobre la Kingsley que se va a enterar el blogomundo!!!

Anónimo dijo...

Rebeca, te felicito por los 1500 libros. Es todo un récord.
Sobre el tema que planteas, creo que sí hay una cierta diferencia entre lo que leen los chicos y las chicas. Yo soy más vieja que vosotros y, cuandro era pequeña, a mi me regalaban "Mujercitas" o "Corazón", mientras que los libros de chicos eran "Ivanhoe", "El último mohicano" o similares. También en el instituto se leían menos mujeres (de las lecturas obligatorias sólo estaba Emilia Pardo Bazán, lo demás eran hombres).
No digamos de los tebeos. Ahí sí que había una clara diferencia. Para ellos "Hazañas Bélicas" y para nosotras uno que ni me acuerdo como se llamaba, pero eran cuentos de hadas con príncipes y eso.
El mundo ha cambiado mucho desde los setenta y nosotras fuimos descubriendo en los libros de los chicos (hermanos, primos) a Julio Verne, a Conan Doyle o a Poe. Había que forrarlos "por si acaso".
Jé. Qué batallitas os cuento, ¿eh? Todo eso ha sido hace un cuarto de hora y así contado parece de la época de Atapuerca.
Espero haber contribuido a tu investigación científica-cultural.
Enhorabuena por el post.

Ricardito ëmore dijo...

Yo no he leido a ninguna de las mencionadas. Pero me cautivo, creo que ya lo dije en algun otro post, a los 14 años, Marion Zimmer Bradley, en especial su serie de Darkover. Excelente. Era feminista, pero escribia muy bien, y te metia conceptos de homosexualidad, sexo, feminismo, de una manera maravillosa, entremezclado con buenas tramas y aventuras.

Tambien esta muy bien su tetralogia sobre la leyenda arturica de "Las nieblas de Avalon"

Fle dijo...

A mí no me gusta demasiado cómo escriben las mujeres. Y soy mujer, ojo, pero no se... les encuentro cierta carencia en el aspecto más cínico o irónico del mundo literario.
Eso si, Cumbres Borrascosas (leída antes de los 19, con los deberes hechos que vengo) sí me gustó.
Igual es por costumbre, igual es por vayaustéasaberqué casualidad, pero es lo que me pasa.

Igual algún día debería pedir que me den libros sin decirme si los autores son señoras o señores y desquitarme de una vez de la fea costumbre, aunque me juego tres cervezsas a que acabaría por descubrir si es pluma femenina o no.

POr lo demás, ¿Para cuando una especie de Terry Pratchett en mujer? ¿POr qué no hay mujeres cómicas en la literatura? O es que soy yo la que no sabe y realmente lo hay???

En fins, besos!

:P

Luisru dijo...

No sé si he leído 1500 libros pero sí bastantes escritos por mujeres, y algunos se encuentran entre mis favoritos (o al menos me han gustado mucho). Por ejemplo:
- 'La loca de la casa', aunque la mayoría de la humanidad odie a Rosa Montero.
- 'A tientas y a ciegas', y no quiere decir nada que Marta Portal me diese clase, qué va.
- 'La lotería' y 'Siempre hemos vivido en el castillo', de Shirley Jackson, una escritora norteamericana de terror lamentablemente muy poco conocida.
- 'Memorias de África', de Isak Dinesen.
- Todo lo que caiga en mis manos de Marguuerite Duras.
- 'Instrucciones para un descenso al infierno' de Doris Lessing, otra escritora a descubrir.
- TODOS los cuentos de Silvina Ocampo (y algunos de sus poemas).
- 'Orlando', de Virginia Woolf.
- Todas las novelas de Carmen Martín Gaite, en especial 'El cuarto de atrás' y 'Retahílas'.
- TODOS los cuentos de Angela Carter.
- 'Rebeca', de Daphne du Maurier.
- Y los clásicos: Jane Austen, las Bronte, Bridget Jones, Agatha Christie o 'Nada'.
Y por el momento no recuerdo más.
PD: leí 'Las nieblas de Ávalon' y me parecieron un coñazo.

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