jueves, noviembre 16, 2006

La realidad sesgada

Hoy en día es prácticamente imposible abrir un periódico si antes no se han tomado ciertas medidas preventivas. Medidas preventivas como el pensamiento racional, la objetividad, el análisis, etcétera, etcétera. Y es que es francamente difícil encontrar en la prensa española una noticia en la que los periodistas hayan hecho un análisis real y exhaustivo de la realidad para poder exponer los hechos (sean los que sean) en su totalidad. La mayoría de las veces se coge un poco de información de aquí y un poco de allá, se rellena con algunos datos mal sacados de internet y ¡hale hop! un artículo. ¿Y qué decir de las encuestas que salen en los telediarios? Cojo a tres que pasan por aquí (que, casualmente, a media mañana son tres jubilados y un señor de Murcia) y digo que representan a la opinión pública española.

Diréis que soy demasiado escéptica.

Ah, amigos, es que estudié publicidad, cinco aburridos años de carrera en los cuales aprendí todo lo que hay que saber sobre técnicas de investigación de mercado, encuestas y demás… y la verdad es que todo me sigue pareciendo una farsa (sobre todo, porque durante años sobreviví a base de participar en esas farsas mal llamadas estudios de mercado. Unos días era consumidora de pilas alcalinas, otros era fumadora empedernida de ducados -arggg- y otros, simplemente, era una mentirosa de tomo y lomo). Y a diario no sólo veo las encuestas que realizan los diferentes medios de comunicación para justificar sus posturas o provocar el caos y el pánico en la población. También leo los artículos con titulares apocalípticos y sentenciosos. Me resulta bastante difícil abrir un periódico y leer cómodamente cualquier artículo. Enseguida comienzo a pensar si el periodista habrá consultado todas las fuentes que tiene que consultar, habrá comprobado todos los datos, habrá analizado el antes, el después y lo que estará por llegar…

Y sólo me encuentro con retazos de la realidad sesgada.

Para que os hagáis una idea voy a poner un ejemplo figurado. Imaginaos, por ejemplo, que un periodista decide hacer un artículo de cara a las Navidades sobre los libros que más se han vendido. Pero en vez de consultar con todas las grandes superficies, navegar por internet y buscar los libros de super-ventas, hablar con las editoriales y más, entra en una librería y pregunta al vendedor sobre su lista de super-ventas. Imaginaos que esa librería es la librería Navacerrada, sita en la calle Real de San Sebastián de los Reyes. Pues bien, en la librería Navacerrada de San Sebastián de los Reyes el libro más vendido por encima de La Biblia, El código Da Vinci o cualquiera de los libros de Pérez Reverte es… chan, ta, ta chán: Me llaman Fuco Lois, de José Antonio Palomares Blázquez. (Ya, ya sé lo que todos estáis pensando. Viene ahora aquí la lista de Rebeca a restregarnos por las narices que su chico vende una cantidad bárbara de libros y que si no lo hemos comprado es porque somos tontos del haba. Bueno, algo de verdad hay en ello… comprad, comprad y no necesariamente en la librería Navacerrada). En fin, como decía el periodista recoge esa información trascendental y se vuelve a su redacción a escribir un artículo con un titular que refleje la línea editorial de su periódico:

“Un joven progresista entra en la lista superventas gracias a su capacidad para los diálogos ”
El País

“Los españoles dan la espalda a Dan Brown y sus mentiras del Opus Dei"
La Razón

"Después del tenis, la Fórmula 1, el balonmano y las motos... ahora también arrasamos en otras cosas menos importantes"
Diario Marca

“Un escritor desconocido con un apellido raro le da sopas con honda a Dan Brown”
Diario Qué

Ahora extrapoladlo a cualquier noticia de ámbito nacional, regional o local y deprimíos.


14 comentarios:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo, Rebeca.

Ha llegado el día: el horóscopo es lo más fiable de cualquier periódico.

Por otro lado, lo lees. Si quieres, haces caso y si no, no. Sacas tus propias conclusiones.

Carmona Dixit

Palomares dijo...

Voy a salir en defensa de los periodistas -quién me lo iba a decir a mí-; creo que gran parte de la culpa la tiene la aceleración de procesos; un periodista ya no tiene tiempo para contrastar fuentes o investigar, sencillamente coge lo primero que pasa por su lado y lo adorna. Luego está el tamiz político de cada periódico, que alcanza niveles escandalosos ya, pero es contrarrestable: el gran problema es que informan de cosas falsas la mitad de las veces.

Palomares dijo...

Por cierto, Rebeca, me gustaba más la primera versión del titular de Marca, era muy graciosa.

Rebeca Rus dijo...

Vaya. No estaba segura de cuál era mejor. En fin, triste es el día en el tenga más credibilidad el horóscopo de Rappel que cualquier artículo del periódico.

Palomares dijo...

Escribe aquí el titular alternativo y di que es del AS :-)

Ricardito ëmore dijo...

Tienes mas razon que una santa, Rebeca. Aunque me temo, con mi pesimismo tipico, que eso lo puedes hacer extensible (!Dios!, ?Extensible existe? ?Soy capaz de hablar castellano??) a cualquier profesion. En mi experiencia, a mi me pasa todos los dias con los articulos de ciencia, y en el ultimo Nature encima van y se excusan por no haber dado una patada a unos tipejos que hicieron trampas (o al menos claramente ocultaron datos) con la excusa de que si no, la ciencia no avanzaria. !Manda cojones!

Palomares, por el primer parrafo deberias ir a la carcel. (Mira que intentar excusar a los periodistas...)

Pierre Nodoyuna dijo...

Como periodista, considero indignante que intentes exculpar a los periodistas. Si algo falta en mi lamentable profesión es sentido de la responsabilidad y humildad...

Palomares dijo...

Hombre, Dani, es que el objetivo principal no es ayudar a Unicef, sino mejorar la imagen y conseguir nuevos lectores. Como cada vez que se patrocina una competición deportiva.

Anónimo dijo...

Yo también voy a salir en defensa de los periodistas.

Ahora vuelvo.

Jaime

P.D.: ¿El porcentaje de malos periodistas es más alto que el de malos fontaneros o malos taxistas?

Anónimo dijo...

P.D.2: O malos directores de marketing, o malos informáticos. Fontaneros y taxistas sólo eran ejemplos, aclaro...

Jaime

Palomares dijo...

Probablemente no, pero sus equivocaciones son más dañinas. Hemos depositado tanta confianza en la profesión como salvaguarda de la libertad que cuando fallan -y es cada vez más- resulta más decepcionante.

De todas maneras hay un dicho que viene al pelo:

Los abogados encarcelan a sus errores.
Los médicos los entierran.
Y los periodistas los publican para que todo el mundo los conozca.

Pedro dijo...

Yo sólo leo periódicos online, gratuitos o blogs.

Soy igual de manipulable/manipulado que cualquier hijo de vecino, pero no me cuesta dinero.

Anónimo dijo...

Somos seres humanos, no autómatas. Es lógico que los periodistas, como todo hijo de vecino, tengan sus ideas y preferencias. la pretendida imparcialidad sólo existe como ideal, no hay nadie neutral.

Supongo que en la profesión periodística a lo más que puedes aspirar es a trabajar en un medio con el que coincidas en su línea editorial.

En la profesión publicitaria, por hablar de lo que conozco, a lo más que puedes aspirar es a no publicar anuncios en periódicos etarras, o que no te toque hacer la campaña de la feria de San Isidro en canal plus, para no tener que acogerte a la clásula de conciencia y que tu director general se descojone y te despida.

Palomares dijo...

>>>>Somos seres humanos, no autómatas

Eso habrá que verlo.

Rick Deckard

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