jueves, marzo 01, 2007

La gente sigue siendo maja en Logroño

Pues nada, que volvimos al lugar del crimen. Hace ya casi un año estuvimos en Logroño porque me habían concedido el Premio Café Bretón-Viña Alta Río, como se contó, en los primeros pasos de este blog, aquí y aquí (anda que no ha corrido agua en el río desde entonces). El sábado volvimos a Logroño para presentar el libro, que está recién publicado y luce así:

(El libro, para los que se lo estén preguntando, es una edición de 999 ejemplares, todos numerados, y se puede comprar por 9 euros en las librerías de Logroño o aquí).

La visita relámpago fue bastante parecida a la del año pasado; esencialmente, muy corta y muy agradable. Es increíble lo amable que es la gente en Logroño. O al menos los que tienen que ver con el premio. Gente que además es muy peculiar y que parecen tener el don de hacer cien cosas a la vez. Por ejemplo, Colo Cortés, el propietario del Café Bretón, que en lugar de limitarse a llevar su negocio, que bastante trabajo es, es un guerrillero cultural que organiza ciclos de poesía, el premio de novela corta y hace colecciones de sobres de azúcar con poemas referidos al café en el dorso. Por ejemplo, Francisco Páez de la Cadena, uno de los encantadores miembros del jurado con el que estuve hablando largo rato -y que me puso colorado- del que luego me contaron que, además de ser catedrático de Jardinería, había ganado el Premio Sésamo y era traductor de, agárrense, Chandler, Hammet y Naipaul. Por ejemplo, Francis Quintana, arrollador miembro del jurado y locutor. Por ejemplo, Alfonso Lanza, empresario y presidente de las bodegas que patrocinan el premio, un hombre que parece conocer a todo el mundo y saber de todo, ante el que uno empequeñece. Etcétera. Pero etcétera de verdad, porque el que no cantaba en un coro en sus ratos libres estaba preparando un libro de recetas de platos que tuvieran más de mil años. Qué gente tan impresionante.

Por lo demás, la presentación del libro fue agotadora, como suele suceder: mucha firma (hubo una chica que me pidió que firmara como Fuco Lois, lo cual me hizo una ilusión bárbara), mucha entrevista con los medios, mucha foto posada intentando no poner cara de tonto, y la sensación constante de que uno se está perdiendo lo que sucede en el otro corro mientras te multiplicas para que nadie quede desatendido.

Una metáfora de si se puede vivir de la Literatura: mientras el autor atiende a los medios, un plato de jamón de pato yace abandonado a su suerte, sin que nadie, especialmente el propio autor, pueda llegar a él.

A pesar de mi práctica en coger canapés casi con los ojos cerrados, gracias a mis ya múltiples horas de vuelo en estos saraos, en esta ocasión estuve tan ocupado que me quedé sin probar nada del catering que habían preparado en el Café Bretón. Por fortuna sí pude beber del estupendo Rioja (claro) que había proporcionado el patrocinador del Premio, un Alta Río Crianza del 2003, que estaba bastante rico, pero que palidece comparado con el que tomamos más tarde, en la comida, un vino que también produce la misma bodega, Consejo de la Alta, Reserva del 2001, que os recomiendo vivamente porque es espléndido (y se puede comprar aquí, ya os lo doy todo hecho, qué caramba) y además está bien de precio, creo yo. Que ya, que parece peloteo, pero no, fiaos de mí: tremendo vino. A ver si volvemos pronto por Logroño. No necesariamente para recoger un premio.


12 comentarios:

Rebeca Rus dijo...

Constato todo lo que ha dicho Jose Antonio, incluído lo de no probar el estupendo catering que habían preparado en el Café Bretón, ya que, nuestra hija me tenía al 100% suministrándole tortilla de dicho catering. Como siempre, un placer visitar Logroño, reencontranos con esta maravillosa gente y envidiarles un poco... parece como si en Madrid no tuviéramos tiempo de hacer absolutamente nada más que trabajar y regresar a casa para cenar y dormir. Uff

Anónimo dijo...

Tengo envidia cochina, y quiero un libro :)

Anónimo dijo...

yo quiero otro libro.
y también siento envidia.
y mejor no sigo, que acabo llorando.

¡ENHORABUENA!

Anita dijo...

enhorabuena, tiene su mérito desdel luego, a ver si tengo oprtunidad de leerlo.

Anónimo dijo...

Enhorabuena, pero por dejar el jamón sólo, allí hundido en su miseria, merecéis poco menos que la horca.

Que panda de insensibles.

Palomares dijo...

Gracias por las felicitaciones.

Ana, también puedes echarle un vistazo a Me llaman Fuco Lois.

Sebastian, cuando quedamos libres y fuimos a ver al jamón, ya se había ido. O se lo habían llevado "a dar un paseo".

Anónimo dijo...

Hala, venga... otra vez:

¡Enhoragüena!

Y después dicen que si la vida de los escritores es mala: jamón y vino ¿qué más queréis?

Si os toca a alguno un premio en Kirguistán, no dejéis de avisar, que con esos ágapes una no puede faltar.

Carmona Dixit

Cayetana Altovoltaje dijo...

Qué tristeza la del jamón de pato abandonado... símbolo de la decadencia de todoa una cultura.
Enhorabuena, y que rule el libro.

JohnyFK dijo...

Hey, no va el link para comprar el libro. Quería ver cuanto cuestan los gastos de envío :'(. Si no son una burrada lo compro :D.

Palomares dijo...

Gracias, Johny, no sé qué ha pasado con el link. Tampoco me ha funcionado y cuando lo ha hecho ha sido a otro libro. He cambiado el enlace y ahora conduce a la librería que lo vende en vez de a la ficha concreta del libro.

Mel Alcoholica dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Mel Alcoholica dijo...

Jamás vi nada igual! En los lugares que frecuento, primero es el jamón y luego el vino y finalmente el libro. No hay presentación sin buitres.

Si en la tuya se olvidaron de lo bueno... es que el libro debe ser buenísimo!!!

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