A poco que sean ustedes observadores, se habrán fijado en un pegote nuevo que ha aparecido en la columna derecha de este blog, justo debajo de los enlaces y antes de la glosa de artículos recientes. Ese pegote -hay que ver lo mal que queda, ya me gustaría a mí ser diseñador o por lo menos saber algo de html para centrarlo en la columna, por lo menos- les invita a votar por este blog en el concurso que ha convocado el periódico 20minutos.es.
Lo curioso es que para votar en este, vamos a llamarle, premio popular (hay una segunda fase con un jurado profesional), el requisito es tener tú mismo un blog. Y concursar también. O sea que si votas un blog en cierta manera estás perjudicando tus posibilidades de triunfo. Pero no pasa nada porque en general en la blogosfera somos todos muy coleguitas de nuestros colegas y no ocurre nada porque yo vote a gente que me parece que hace blogs interesantes porque ellos me votarán a mí y será un juego de ganancia cero (fíjense en la columna de la derecha).
A la gente, sin embargo, en general no le ha sentado bien que sólo puedan votar los blogueros inscritos (y eso que estaba en las bases desde el principio). En los comentarios del propio periódico, aparte de la gente que aprovecha para autopublicitarse, lo más habitual es leer abucheos porque no se abre la votación al público. El año pasado, parece ser, sí estaba abierta, y se cometieron algunos abusos (gente que votaba varias veces, gente que convencía a sus cien mejores amigos para que le votaran, etcétera). Nada que no pase en cualquier concurso abierto a las votaciones del público, como Operación Triunfo (insertar chiste sobre algún participante actual de OT, no repetir lo de Bustamante). A la gente, vaya, le parece mal que tu abuela no pueda votarte. La queja más generalizada es: "Yo no tengo muchos amigos bloggers, así que, ¿quién va a votarme?". Esa es la pena. Se ha reducido el número de posibilidades clientelistas, ya no pueden votarte tus amigos.
Verán ustedes, la blogosfera es muy endogámica. En el fondo somos cuatro gatos y nos movemos por los mismos círculos. Círculos pequeñitos. Y si lees a Escolar lees a Periodismo incendiario y a La Petit Claudine (este círculo es más grande). Y si lees El sabor del cerdo agridulce es muy probable que leas, por ejemplo, El callejón de los gatos o Las peluqueras me odian. Lo digo por lo de la paja en el ojo ajeno (más ejemplos de blogs que me gustan en la columna de la derecha, insisto, esa columna que actualizo de pascuas a ramos). Como uno vota lo que le gusta, es muy probable que votes los blogs que visitas habitualmente y en los que nos vamos encontrando todos. Sin malicia, ojo, es que te gustan. Por eso los visitas. Por eso los votas.
Y así está la cosa. Si tienes muchos blogs amigos tienes muchos votos. Si no, pues nada. Porque lo que yo pensaba que iba a ser útil de este concurso, conocer nuevos blogs y que te conocieran, es virtualmente imposible. Verán, El sabor del cerdo agridulce está inscrito en varias categorías -exigía al menos tres, pero de pronto he visto blogs inscritos sólo en una-: Mejor blog personal, Cultura y tendencias, Actualidad y Ciudad. En realidad esta humilde bitácora no es nada de eso, pero esas eran las categorías, así que a joderse. Bien, en blog personal hay 1.506 blogs participantes. En Actualidad, 648. Y en Cultura, 609. En Ciudad sólo 167. Pero la verdad es que aquí se habla poco de Madrid. ¿Cuántas posibilidades hay de que la gente se pase por aquí a través del concurso? Infinitesimales. Ya sería casualidad.
Así que los que me voten serán conocidos. Y yo votaré (ya lo he hecho) a los blogs que están ustedes pensando y que, sí, están en la columna de la derecha, confiando en que ellos me voten a mí (guiño, guiño). Y entonces tendré, no sé, 7 votos. Porque ni Ricardito ëmore ni Angua tienen blog; si no, tendría 9. Fin del concurso para mí, ¿no?
Pues no, porque mañana puedo obtener otros 7 votos de las mismas 7 personas. No se puede votar el mismo blog durante un día, pero sí los días que quieras. Es un sistema marciano y desvirtúa por completo la votación. No sólo cuenta los amigos bloggers que tengas sino lo fieles que sean. O lo pesado que seas tú pidiendo el voto; si pido el voto cada día, puede que esos 7 amiguetes me voten cada día y acabe teniendo un par de cientos de votos. En cambio los que se dediquen a hablar de sus cosas, obviando el hecho de que están en un concurso, morderán el polvo. Y yo estaré seleccionado gracias a mis 7 amigos. Una oligarquía en toda regla. Este plan que acabo de exponer está siendo implementado por toda la blogosfera en estos momentos. Cada cual con su propio círculo, más o menos amplio, más o menos leal o cohesionado. Y cada uno está comenzando su propia campaña de captación de votos. Yo, astutamente, estoy escribiendo un texto aparentemente crítico con el sistema de votos y la blogosfera.
Yo, francamente, no voy a perder el tiempo pidiendo el voto. Aparte de ahora, que lo hago por prurito bloguero, claro: votadme. Me parece ridículo, los resultados van a ser absurdos y probablemente fruto de una campaña cansina de petición de voto. Porque ahora parece que es un concurso sobre quién tiene el círculo más grande. Y yo paso.
Actualización: Prosigue la conspiración judeomasónica para dejarme en ridículo. Transcurrido un día de votaciones, hoy, 10 de enero, estamos entre los 50 blogs más votados (para mañana este enlace seguramente ya no tendrá sentido), con la friolera de cuatro votos. La consecuencia natural es que está pasando por aquí bastante gente nueva a ver qué se fríe en esta casa (gracias por venir, curiosead cuanto queráis, el que rompa algo de los estantes lo paga), con lo que se desmonta parcialmente mi segundo argumento principal para renegar del concurso. Pero ahora cambiaré de tema, como los políticos, y parecerá que nunca lo he escrito.
Lo curioso es que para votar en este, vamos a llamarle, premio popular (hay una segunda fase con un jurado profesional), el requisito es tener tú mismo un blog. Y concursar también. O sea que si votas un blog en cierta manera estás perjudicando tus posibilidades de triunfo. Pero no pasa nada porque en general en la blogosfera somos todos muy coleguitas de nuestros colegas y no ocurre nada porque yo vote a gente que me parece que hace blogs interesantes porque ellos me votarán a mí y será un juego de ganancia cero (fíjense en la columna de la derecha).
A la gente, sin embargo, en general no le ha sentado bien que sólo puedan votar los blogueros inscritos (y eso que estaba en las bases desde el principio). En los comentarios del propio periódico, aparte de la gente que aprovecha para autopublicitarse, lo más habitual es leer abucheos porque no se abre la votación al público. El año pasado, parece ser, sí estaba abierta, y se cometieron algunos abusos (gente que votaba varias veces, gente que convencía a sus cien mejores amigos para que le votaran, etcétera). Nada que no pase en cualquier concurso abierto a las votaciones del público, como Operación Triunfo (insertar chiste sobre algún participante actual de OT, no repetir lo de Bustamante). A la gente, vaya, le parece mal que tu abuela no pueda votarte. La queja más generalizada es: "Yo no tengo muchos amigos bloggers, así que, ¿quién va a votarme?". Esa es la pena. Se ha reducido el número de posibilidades clientelistas, ya no pueden votarte tus amigos.
Verán ustedes, la blogosfera es muy endogámica. En el fondo somos cuatro gatos y nos movemos por los mismos círculos. Círculos pequeñitos. Y si lees a Escolar lees a Periodismo incendiario y a La Petit Claudine (este círculo es más grande). Y si lees El sabor del cerdo agridulce es muy probable que leas, por ejemplo, El callejón de los gatos o Las peluqueras me odian. Lo digo por lo de la paja en el ojo ajeno (más ejemplos de blogs que me gustan en la columna de la derecha, insisto, esa columna que actualizo de pascuas a ramos). Como uno vota lo que le gusta, es muy probable que votes los blogs que visitas habitualmente y en los que nos vamos encontrando todos. Sin malicia, ojo, es que te gustan. Por eso los visitas. Por eso los votas.
Y así está la cosa. Si tienes muchos blogs amigos tienes muchos votos. Si no, pues nada. Porque lo que yo pensaba que iba a ser útil de este concurso, conocer nuevos blogs y que te conocieran, es virtualmente imposible. Verán, El sabor del cerdo agridulce está inscrito en varias categorías -exigía al menos tres, pero de pronto he visto blogs inscritos sólo en una-: Mejor blog personal, Cultura y tendencias, Actualidad y Ciudad. En realidad esta humilde bitácora no es nada de eso, pero esas eran las categorías, así que a joderse. Bien, en blog personal hay 1.506 blogs participantes. En Actualidad, 648. Y en Cultura, 609. En Ciudad sólo 167. Pero la verdad es que aquí se habla poco de Madrid. ¿Cuántas posibilidades hay de que la gente se pase por aquí a través del concurso? Infinitesimales. Ya sería casualidad.
Así que los que me voten serán conocidos. Y yo votaré (ya lo he hecho) a los blogs que están ustedes pensando y que, sí, están en la columna de la derecha, confiando en que ellos me voten a mí (guiño, guiño). Y entonces tendré, no sé, 7 votos. Porque ni Ricardito ëmore ni Angua tienen blog; si no, tendría 9. Fin del concurso para mí, ¿no?
Pues no, porque mañana puedo obtener otros 7 votos de las mismas 7 personas. No se puede votar el mismo blog durante un día, pero sí los días que quieras. Es un sistema marciano y desvirtúa por completo la votación. No sólo cuenta los amigos bloggers que tengas sino lo fieles que sean. O lo pesado que seas tú pidiendo el voto; si pido el voto cada día, puede que esos 7 amiguetes me voten cada día y acabe teniendo un par de cientos de votos. En cambio los que se dediquen a hablar de sus cosas, obviando el hecho de que están en un concurso, morderán el polvo. Y yo estaré seleccionado gracias a mis 7 amigos. Una oligarquía en toda regla. Este plan que acabo de exponer está siendo implementado por toda la blogosfera en estos momentos. Cada cual con su propio círculo, más o menos amplio, más o menos leal o cohesionado. Y cada uno está comenzando su propia campaña de captación de votos. Yo, astutamente, estoy escribiendo un texto aparentemente crítico con el sistema de votos y la blogosfera.
Yo, francamente, no voy a perder el tiempo pidiendo el voto. Aparte de ahora, que lo hago por prurito bloguero, claro: votadme. Me parece ridículo, los resultados van a ser absurdos y probablemente fruto de una campaña cansina de petición de voto. Porque ahora parece que es un concurso sobre quién tiene el círculo más grande. Y yo paso.
Actualización: Prosigue la conspiración judeomasónica para dejarme en ridículo. Transcurrido un día de votaciones, hoy, 10 de enero, estamos entre los 50 blogs más votados (para mañana este enlace seguramente ya no tendrá sentido), con la friolera de cuatro votos. La consecuencia natural es que está pasando por aquí bastante gente nueva a ver qué se fríe en esta casa (gracias por venir, curiosead cuanto queráis, el que rompa algo de los estantes lo paga), con lo que se desmonta parcialmente mi segundo argumento principal para renegar del concurso. Pero ahora cambiaré de tema, como los políticos, y parecerá que nunca lo he escrito.
15 comentarios:
Bueno, yo ya te he votado, aunque no te garantizo que te vote todos los días ;-)))
Ah, y gracias por incluirme entre tus enlaces interesantes.
Estoy celoso: no me incluyes entre tus amigos sin blog. ¿Porque no soy amigo? ¿Porque no tengo blog y por ello soy menos pertinente?
En fin, que el comentario es:
¿QUIERES O NO QUE TE VOTEMOS?
:-)
:-))
Gracias por el voto, Tartamundos.
César, César, César. Tú no puedes votar porque no tienes blog, he citado a ricardito y a Angua porque comentan casi todos los días, casi diría que machaconamente si quiera que Angua saltara -yo creo que se harán un blog mañana o pasado-.
En cuanto a si quiero que me voten, me mantengo en una situación deliberadamente ambigua para al mismo tiempo que pido el voto poder decir que no me importaba en absoluto no ganar, si pierdo -que es lo probable.
En serio, quiero los votos, pero no voy a hacer campaña, ergo las posibilidades de llegar a la fase final son mínimas. El concurso tiene un sistema perverso desde que permite votar varias veces. Supongo que lo hacen así para que los resultados sean más espectaculares: con 67.000 votos, El sabor del cerdo agridulce, no suena igual que con 235 votos, El sabor del cerdo agridulce.
Carmona, a ti tampoco te cito porque no sabía qué nick escoger.
Ah, ah... no hace falta que salgas con la excusa de que no sabías qué nick poner, porque me podías haber incluido en el apartado de visitantes machacones... que parece que cobro por comentar.
Yo de verdad que no entiendo estos concursos. Aunque, con la racha que lleváis Rebeca y tú... quién sabe si no nos toca dar enhorabuenas otra vez.
Carmona Dixit.
Ahí hay una oportunidad de negocio... Vomentarista de blog. Seguro que muchos están dispuestos a pagar algo por un comentario. ¡Podríamos hacernos ricos, una vez más!
Y relacionada y que probablemente ya exista: crítico de blogs.
Vaya, eso que dices ya tiene copyright...
Los de la commonwealth lo llaman "Lobby"...
Y sí, ya sabes que soy suspicaz, ¡qué le vamos a hacer! Pero en mi defensa diré que es porque se os echa de menos en la distancia.
Venga, va, votémonos vaciando veleidosas vanidades.
Ha llegado a su ciudad el cansiiino. Suerte con vuestras ampliaciones circulo-blogosféricas. Un saludo desde lo más bajo.
Bienvenido, siéntase como en su propia casa.
Yo estoy indignado total, aparte de estar inscrito en el famoso concurso, compruebo que no me tienes por la barra lateral, aaag, maldición. Y yo si te tengo puesto en mi blog, ¡bellaco!, jejeje. Te reto a un duelo al amanecer, tu eliges el arma.
PD: Tambien cambio duelo por inclusión en lista y voto correspondiente, ¡toma ya!, jeje.
La verdad es que pensaba que ya estabas.
Se me dan fatal los duelos, así que me meto a modificar la plantilla.
¡Mercadeo en vivo y en directo, amigos! ¡Así resuelven los congresos de partidos políticos las cuotas de poder entre las familias!
joer! No esta mi comentario de ayer??? Pos vaya... :(
Ayer hubo algunas dificultades con Blogger y Bogspot durante bastante tiempo. Debió pillarte en mitad de la publicación del comentario.
Puf!! A mí esto me suena demasido a esa campaña que TXiqui dice no estar llevando a cabo o a la de cualquier político de los que salen estos días por la tele usando el terrorismo violento (del informativo nadie dice nada, mira tú por donde...)
Yo, si quieres mi voto, puedo dártelo. Pero sabes el sistema: pídelo (ya que todo el mundo está aprovechando para sacarte los colores...) eso sí, tendré que suplantar a un blogger, pero es fácil.
Besos.
Siento no venir y comentar más a menudo, pero ya sabes, en la agencia me dedico a pasar el rato y a los videojuegos y se me olvida lo de leer los blogs ;p
Ya veo reparada la afrenta, así que queda anulado el duelo, y consignado el voto, jejeje.
Pues si, mercadeo en directo y poquito de cara dura, si señor, así se hacen las cosas ;-)
Lo que te aseguro es que mas votos que yo sacas, de carrerilla vamos. Creo que no tengo a ningún amigo/bloguero registrado.
Definitivamente, no me gusta el sistema este.
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