Muy prudente especificar que el número 138 está enfrente, no vaya a ser
que el que lo ve sea de Letras o no sepa cómo es el sistema de
numeración en las calles madrileñas.
Fue hablar de ceniceros bizarros y Carmona Dixit, la Mujer de los Cien Seudónimos, que nos honra con su presencia en este blog desde prácticamente sus comienzos (¡qué paciencia, y qué generosidad!), nos habló de un cenicero familiar con la misma temática.
Y nos lo envió rápidamente (no el cenicero, sino las fotos).
Yo, sin embargo, no soy tan eficaz ni tan dispuesto como ella, y por eso he tardado tanto en publicar este post con las bellas imágenes. Y lo hago ahora:
No tiene la forma de España, no, porque la genialidad no se repite con tanta frecuencia como sería de desear, pero me encanta el diseño estilo tazón de ColaCao para el cenicero. Se lo imagina uno lleno de ceniza hasta los bordes. Dos kilos de ceniza.
Luego está también el dibujo de la isla y de sus lugares emblemáticos. Se nota que este cenicero más moderno porque han suprimido lo que es políticamente incorrecto que sí había en lo de Mallorca. Es decir: las chicas en bikini. Qué tristes tiempos estos en los que si haces un cenicero para promocionar Ibiza no puedes poner piernas y culos y tetas y cocaína. Para lo que hemos quedado.
Lo que si queda son las flores y el avión. Los aviones que no falten, porque siguen teniendo magia. Y la magia es importante cuando hablas de los recuerdos.
La rutina, el sentirse atrapado, el repetir una y otra vez actos que hace mucho que no tienen sentido pero que ya forman parte de tu vida, que ya son tu vida. No la quieres, pero no puedes escapar de ella. O a lo mejor sí.
Raras veces sucede que uno haga un anuncio en el que en el fondo quizá estás hablando de ti mismo.
Ya dijimos en esta santa casa tiempo ha que nos parecían muy normales ciertos objetos que, vistos con cierta distancia, son muy bizarros. En esta categoría pueden encuadrarse, creo yo, el 90% de los souvenirs que son fabricados en el mundo.
Pongamos de ejemplo este cenicero que hay en casa de mis padres desde hace unos veinticinco años (edad estimada por mis progenitores, qué memoria para esas cosas), recuerdo, como es evidente, de Mallorca:
Mallorca dentro de un mapa de España. España como un cenicero. Lleno de colillas y de cenizas. No sabe uno cómo se da el caso de que suelen los más patriotas los que más maltratan al país y lo dejan hecho una pena.
El caso.
El souvenir presenta, como debería ser obligatorio en un souvenir, un resumen del lugar que representa. Este lo hace, como notaremos si hacemos zoom:
Una rubia en bikini a la izquierda y una morena jamona a la derecha; otra chica en bikini lanzándose de cabeza al sur; varios barcos y un avión; un piano; ; un árbol; la Catedral; unos novios en su luna de miel, enamorados (recuerdemos que el cenicero tiene 25 años); un tonel de vino, un señor que empuja un tren (?) y un gurruño que no sé lo que es.
Con cosas así se mejora la cultura general de un país. Es como el Reader Digest de los souvenirs. Es un souvenir perfecto. De hecho sólo podría ser mejor si... Si tuviera en la parte de atrás esto:
¡Claro que sí! ¡Un poema con ripio!
Y que nos diga que es recuerdo de un sitio concreto por si acaso no nos acordamos de dónde es. Cosa que sucede mucho con los souvenirs, vaya usted a saber por qué. Menos con la Torre Eiffel.
Está la gente como nerviosa por el anuncio que ha hecho H&M usando a Lana del Rey. Ya lo habrán visto ustedes que están siempre a la última, pero si no es así aquí tienen otra ocasión de verlo:
Es, obviamente, un fusilamiento a David Lynch que demuestra que hasta para hacer las sandeces que hace David Lynch hay que saber. Languidez, bailes raros, enanos, escenas estrambóticas, gente a la que te gustaría golpear...
Pero aparte de eso se dice en la calle que H&M ha perdido la cabeza y que con lo que molaban antes y que por qué Lana del Rey que es un espantajo y que los anuncios antes sí que eran joroschó y tal. Y aquí yo digo no.
Por ahí no paso. H&M no hace más que seguir la senda que ya inició el año pasado. Como en el Cerdo agridulce somos previsores (y rencorosos), el año pasado ya recogimos pruebas. Foto de la campaña del año pasado en marquesinas:
Lo primero que piensa uno al ver la foto esta es que está mejor la madre, Jerry Hall, que la hija, Georgia Jagger, pero no os distraigais con el sexo, por favor, y mirad lo que verdaderamente importa: la cara de empanada de la Georgia Jagger y su postura en plan soy una mochila que mi madre lleva a cuestas. ¿Una mochila? ¡No! ¡Eso es lo que quieren que creáis! Georgia Jagger no es una mochila, sino
Pausa dramática
Parecidos razonables
¡Un oso koala!
Así es. H&M se vincula así a un animal que nos cae simpático usando a una de sus modelos y obligándola a adoptar la postura koala. Es más, separando sus dientes para que se parezca aún más al entrañable animal (buscad en Google imágenes de los dientes del koala: no las encontraréis porque ningún koala enseña su dentadura: ¡no les gusta que la gente sepa que tienen los dientes separados! qed).
¿Y qué tiene que ver con los koalas Lana del Rey? Pues nada. Nada. Pero veamos la marquesina en la que aparece:
¿Qué, os mola la posturita? Pues no os fijéis en ella. Fijáos en las uñas de Lana del Rey. Yo os ayudo:
Uñacas, ¿eh?
Ya que estamos fijaos también en los labios y esos ojos sin expresión, como de estar dormida con los ojos abiertos. Uñas largas. Languidez. Ojos sin expresión. Un vídeo a lo David Lynch...
¡Lana del Rey representa a un oso perezoso!
Otro animal simpático que nos cae estupendamente sin que sepamos muy bien por qué, quizá porque no se te ocurre que a lo mejor es un canalla o que huele a choto.
Ahora si ves otra vez el anuncio lyncheniano de Lana del Rey todo cobra más sentido (dentro del sentido que puede tener algo inspirado en Lynch). Blue Velvet interpretado por un oso perezoso. Eso sí. O lo que es lo mismo: Terciopelo azul interpretado por un sloth, que no casualmente se parece mucho a moth. Lynch puro y duro.
Pero el caso es que la sucesión está ya clara: Oso koala (Jagger)-->Oso perezoso (del Rey)-->Oso del año que viene interpretado por modelo rara.
Si hay que apostar, yo digo Oso Panda. O tal vez osobucco. En cualquiera de los dos casos, interpretado por Kate Upton.
Hay en este cartel mucha cultura popular mezclada. Está el zoo y los Gremlins y el Valle de los Malditos y el hombre que cantaba Bob Esponja y Supernanny.
Una de las mejores maneras de vender algo es conocer a tu cliente. Saber qué le interesa, qué le motiva, cuál es la razón por la que hace tal o cual cosa, y dársela. Tan sencillo como eso. El cliente quiere X y tú le das un producto que se lo ofrece. Un beneficio que puede ser físico o no, naturalmente, porque mucha gente busca en los productos no sólo beneficios funcionales sino emocionales (por ejemplo, sentirse parte de un grupo de gente que mola).
Conocer al cliente. Sus gustos. Sus deseos.
El caso es que en la agencia de Fotoprix lo saben, vaya que si lo saben. La prueba está en este banner cuya primera imagen no deja lugar a dudas:
Felicidad, playa, gafas de sol, sonrisas. Buenos recuerdos. Vaya par de recuerdos, ¿eh? ¿Somos maliciosos por pensar que ahí se dirige la vista de los hombres, a los recuerdos? Tal vez, tal vez. Pero los chicos de Fotoprix también lo piensan, porque cuando cambia la imagen...
¡Ponen la oferta justo a la altura de los recuerdos!
Me quito el sombrero. Aplausos. Ponles un whisky a estos señores y apúntalos en mi cuenta. Maestros. Contigo al fin del mundo. Genios del Mal. Tómame.
Y me envía tres fotos que supongo que llevan circulando por internet años y años pero que yo nunca había visto.
Un padre te sigue enseñando cosas nuevas cuando menos te lo esperas, ya ves. Y en los temas que menos te esperas.
Me gustan mucho los carteles macarras de los tenderos, de siempre. El Hoy no se fía, mañana sí. El Si no quieres pagar díselo a mi amigo (que es un garrote). O este bello Los aguacates están maduros, si quieres apretar algo aprieta el coco, que se puede traducir libremente por: Dejad de tocarme los huevos. Primer aviso.
Otro de mis temas favoritos: la corrección ortográfica errónea. Bello error -o tal vez no es error, yo de roedores sé poco- escribir Gansters para referirse a esas inofensivas mascotas -¿o tal vez no tan inofensivas?-, y bellísima la corrección a lo castizo. ¿Cómo se pronuncia? Jámsters. Pues así se escribe. Coño.
Y otro hermoso ejemplo de diseño de envases en el que el diseñador está a sus cosas: volúmenes, colorines, efectos diversos, y se olvida del texto. ¿Casualidad? ¿Intencionado? Nunca lo sabremos, a menos que el citado diseñador entre aquí a insultarnos.
Bello ejemplo de cartelería casera el que me envía a través del Twitter RobertJcuack :
Lo que más me gusta, aparte de la Abitación o el ARQUILO, que es lo evidente (cómo funcionará la cabeza, o el oído de alguien que escribe ARQUILO), es el uso de la tipografía. Tiene su curro darle cuerpo sólido a cada letra para que quede más bonita (?).
Me envía Cris (muchas gracias) una foto que mola todo y más:
Se imagina uno de inemdiato a Sergio Ramos atendiendo una caja, cayéndosele algo frágil, pasando tal producto por el escáner a lo Panenka. Vaya vida que llevará desde hace un par de años este Sergio Ramos, ¿no? ¿Como para cambiarse el nombre?
Me ha recordado este brillante y sencillísimo anuncio de ESPN:
Que cuenta muy bien la ilusión que nos hace la posibilidad de conocer a gente mítica.
Estoy en Gdansk, que la verdad es que es una ciudad muy coqueta y os recomiendo visitar cuando no esté llena de hordas de españoles. Ayer en un rato libre que tuvimos, nos hicimos un pequeño contenido para Coca-Cola:
Este vídeo forma parte de un proyecto en el que estoy liado desde hace tiempo. Este es otro ejemplo:
Y más cosas que os iré poniendo por aquí.
Y eso os cuento.
Estamos insoportables desde que aprendimos el significado de oxímoron, ¿eh? Aunque todos tenemos ganas de pronunciarlo así, oximorón, sobre todo cuando es grande.
En fin. Decíamos esto porque el otro día nos encontramos con un bello ejemplo de oximoronidad, vean ustedes vosotros:
¿Cómo no va uno a hacerse fans o ultrafans de alguien así? Alguien que monta una inmobiliaria y la llama NÓMADA. Un romántico, un poeta, un humorista.
¿Qué podríamos regalarle a nuestros clientes que lleven siempre consigo para que nos recuerden a menudo, algo fino que nos represente, algo que funcione como recuerdo de los buenos momentos que pasaron con nosotros?
¡Actualizamos el Cerdo agridulce por tercer día consecutivo!
¡Y con un segundo anuncio sobre Diez maneras diferentes de ser Laura, de Rebeca Rus!
¿Cómo os quedáis? Con el anuncio y con que actualicemos ahora sin ton ni son, a todas horas. Esto no pasaba desde el 2006, creo yo. Señal de que, en efecto, el fin del mundo está a punto de acabarse. Esos posts que tenemos en borradores desde hace dos o tres años tal vez tengan ahora oportunidad de salir a la luz.
Nos pasa una cosa a los publiciteros, y es que tenemos mucha fe en la gente. En que la gente va a entender lo que les contamos. O que va a atendernos. O que lo que les decimos es tan interesante que se tomarán la molestia de analizarlo o archivarlo o hacer algo por su parte. A veces la fe en la curiosidad del ser humano es increíblemente fuerte:
Hace dos años, Rebeca Rus, esa chica que nos cae simpática aquí vaya usted a saber por qué, lanzó nuevo libro, Diez maneras diferentes de ser Laura. Como soy un tío esencialmente majo, le hice un Booktrailer que puede verse aquí y le dije que le iba a hacer un anuncio.
¡PUES AYER TERMINÉ DE MONTARLO! Toma, toma y toma:
El libro aún puede encontrarse en esas tiendas del mundo de Dios, así que no creo que haga falta completar esta frase con una indirecta. Ya saben ustedes qué tienen que hacer. Guiño, guiño, codazo, codazo.
Cuando yo era niño, en muchos de los tebeos Marvel que leía había frecuentemente un anuncio de Charles Atlas, un fortachón que te animaba a dejar de ser un alfeñique y ganar músculos. El anuncio era este:
Comprenderán usteds la emoción que este anuncio era capaz de producir en un lector de tebeos de superhéroes. De pronto, de una manera dramática, se mostraba con toda crudeza lo que uno era y lo que podía ser, con poderosos argumentos, primarios, sí, pero poderosos.
En primer lugar, esa llamada a convertirse en UN HOMBRE DE VERDAD en el encabezamiento de las viñetas, como en la canción de Alaska. En aquellos alegres tiempos los hombres se diferenciaban entre los de verdad -los machos alfa- y los alfeñiques. Los que leíamos tebeos éramos alfeñiques leyendo de otros alfeñiques que se convertían en HOMBRES DE VERDAD. Matthew Murdock era un pobre ciego que se transformaba en Daredevil. Peter Parker un empollón que se convertía en Spiderman. Bajo la apariencia del cojo doctor Donald Blake se escondía el poderoso dios Thor. Y así todo. Y el Capitán América era directamente eso, un piltrafilla que se convertía en un superhombre (Inciso: según estoy escribiendo esta entrada veo un anuncio de Floïd con el eslogan: Para hombres de verdad; qué cosas).
En el tebeo en sí, un macarra del que no veíamos la cara (significativo) nos tiraba arena. Digo nos porque ya éramos el chaval que estaba ahí con la novia (o la que quiséramos que fuera nuestra novia). El caso es que todos habíamos vivido alguna situación de esas en las que algún tipo hace algo y nosotros teníamos que quedarnos quietos para que no nos partieran la cara, a lo mejor refunfuñando.
La cosa se habría quedado así si no fuera por la segunda, y fundamental, viñeta, donde la chica nos consuela, pero nos llama FLAQUITO. La muy puta, porque ella en realidad le gustaría que fuéramos como el mastuerzo de la arena. Como éramos niños, no pillábamos este segundo significado, pero sí el primero, y no queríamos ser flaquitos. Los flaquitos no follan. Era mucho antes de la canción de Delgadito, y antes incluso de que supiéramos lo que era follar:
Total, que en la tercera viñeta el protagonista tomaba una resolución, en una escena que a mí siempre me ha fascinado porque el chaval, para ser tan alfeñique, era capaz al mismo tiempo de leer un libro, tirar una lámpara y pegarle una patada a una silla. Digo yo que habría podido sacudir al macarra de la playa con un movimiento de esos, ¿no? ¡Estoy harto de parecer un espantapájaros!
En la cuarta, elipsis narrativa, ya estaba nuestro alfeñique convertido en un Sansón y se decía a sí mismo que no iba a ser humillado por aquel fanfarrón (el resentimiento, lo hemos dicho muchas veces, mueve el mundo).
Y en la quinta, la conclusión, nuestro chico, que somos nosotros, sacudiéndole al macarra, AL QUE HABLA DE PRONTO DE USTED, mientras su chica o posible observa admirada ("ahora es todo un hombre") y hay varias zagalas más mirando la escena.
Nunca rellené el cupón y nunca, por tanto, recibí el método de tensión dinámica de Charles Atlas, y me arrepiento, la verdad, no por convertirme en un coloso (ya lo soy, sin método ni leches), sino porque me habría gustado disfrutar del talento narrativo de un tipo capaz de ofrecer con el método cursos compendiados de jiu jitsu, kárate, boxeo, lucha libre... ¡y equilibrios sobre manos!
Luego pasaron los años y el señor Atlas cayó en desuso, claro. Nos hicimos mayores y él fláccido, supongo. Y nos fuimos olvidando de aquello. Hasta que, y aquí viene el motivo por el que me he puesto a escribir este post, gracias a todos los que habéis tenido paciencia de llegar hasta aquí, hasta que, decía, el otro día me encuentro en la calle este flyer:
Que viene a ser lo de Charles Atlas, pero para chicas. Evolucionado y adaptado, claro, porque a las chicas no les interesa tener un HOMBRE INCREÍBLE que se bata en duelo porque un energúmeno les ha salpicado de arena, sino defenderse ellas mismas poder combatir a los hombres que las acosan, que les hacen Bulling, que escriben Mobbing con uve.
Rebeca Rus, de la que no hay que contar nada si son ustedes asiduos de este humilde blog, y de la que no hay que contar nada si entran aquí buscándola, firma este sábado 21 de abril en Barcelona, en la Casa del Llibre del Paseo de Gracia (Paseo de Gracia 62) a las 12 de la mañana. También estará allí Anna Casanovas firmando, por cierto.
Aparte de eso, decía, acudir el día 21 a la Casa del Llibre tiene un aliciente más, porque la sesión de firmas forma parte de un Sant Jordi Solidario organizado por la Fundación Soñar Despierto para fomentar la lectura entre niños con riesgo de exclusión social. Los beneficios de la venta de libros infantiles irán destinados a la Fundación. Podéis, además, participar en la subasta de un libro firmado por nuestro archienemigo Ken Follet (aquí hay otro enlace donde se ve la resolución de aquel cruel duelo).
Y en definitiva, que os cuento esto para que os paséis por allí.
Ya sabéis eso de que hablar con Dios no es malo, que el problema lo tienes cuando te contesta. El caso. Que me desvío. Me manda Patri Muro este cartel que vio por la calle que me hizo gracia:
Se ve que Dios tiene nivel medio de inglés y español.
(otro día hablamos de ese misterio que nos tiene subyugados: los puntos suspensivos de cuatro puntos)
Me envía mi señor padre este hermoso ejemplo de gente que el caso es protestar:
Fíjense qué mala follá no dejar tocar el piano a alguien que toca bien el piano. Llega ahí Oscar Peterson y le dicen que ni se le ocurra acariciar libidinosamente las teclas.
Y apoyan el ruego-prohibición con las imágenes de dos pianos, no vaya a ser que no sepamos de qué objeto estamos hablando.
Repasando fotos antiguas hechas con el móvil antiguo (ya veréis cómo lo notáis), me he encontrado con este bello ejemplo de lo fácil que es echarle las culpas al jefe:
En imprenta, un clásico Disculpen las molestias que les pueda ocasionar (por no permitir fiar), que a mí me recuerda poderosamente a la letanía de los que piden en el Metro. Firmado La dirección. Y en un informal tono, pero también firmado por La dirección (?), un Nos han prohibido fiar, echando la culpa de la decisión a otro que resulta ser él mismo; pero con letra manuscrita, como si tuvieran otra personalidad.
Las manos sobran cuando estás cantando, esto es así y lo sabemos todos los que somos cinturón negro de karaoke. Como cuando estás tumbado en la cama besuqueándote con una moza, con la intención de follar (spoiler), que siempre hay un brazo que parece que está de más, que ni sirve para agarrar culo ni para nada que no sea, como mucho, que la bella en cuestión apoye su cuello allí (ese brazo que se acaba quedando dormido, con lo incómodo que resulta eso).
Yo, de hecho, pienso que el micrófono es ante todo un invento para darle al cantante la oportunidad de hacer algo con las manos (pensad un segundo en Julio Iglesias, un poco no duele). Le pasa al bajo también, aparte de servir para que el chico simpático que no toca bien la guitarra pueda estar dentro del grupo.
Ahora si alguna vez os preguntan por qué el de Oasis o Jimmy Somerville cantaban con las manos en la espalda, podréis responder adecuadamente: Porque las manos sobran al cantar y no sabían qué hacer con ellas. ¡Gracias, Cerdo agridulce!
A lo que iba. Por pura casualidad me he encontrado este vídeo que demuestra que no es fácil saber qué hacer con las manos una vez que empiezas a cantar. Atiende:
Es el efecto negrata cantante de hiphop imitado por unos chicos muy cuquis. También es que les falta algo de coreografía, porque cada uno va a un poco a su lado, desde el estilo histriónico (soy muy fan del tipo que está en el centro, junto al oriental pelirrojo)
al estilo No voy a follar en la vida del de la izquierda (ya te aviso que si lo consigues de todas maneras te va a sobrar una mano. Aunque a lo mejor eso ya lo sabes, ejem). Una vez agotados todas las posibilidades de movimiento de manos, a los pobres sólo les falta lanzarse en algún momento a dar palmas y bailarse un zapateado.
Yo a estos chicos les recomiendo que se busquen algo que hacer con las manos, por ejemplo fijándose en el mitiquérrimo Charles Aznavour y su pañuelo en un vídeo que gusta casi tanto en este casa como el de Tom Jones bailando enloquecido que ponemos cada trimestre:
Estos chicos del coro, que son muy listos (son de Oxford), se han buscado en cambio algo que hacer con sus manos con una elaborada y absurda coreografía que sin embargo mantiene sus manos ocupadas, es decir, que es una buena idea:
Otro día mostramos más ejemplos de qué se pueden hacer con las manos mientras se canta. Prometido.
Publimedia es una empresa que se dedica a alquilar espacios publicitarios a los anunciantes. En el Metro, por ejemplo. Desde hace algunas semanas tiene una campaña de marquesinas en el Metro de Madrid. Esto es, en sí mismo, una mala noticia para ellos: si alguien estuviera pagando por aparecer en esos espacios, Publimedia no estaría usándolos gratis para anunciarse a sí misma (pasa lo mismo en los periódicos: si en El País hay muchas páginas de autopromo o de Visite nuestro bar, mala cosa: es que El Corte Inglés no está anunciándose allí).
El caso.
Que esta es la campaña en cuestión. Muestra una foto de un andén de metro (bonita foto) con el espacio publicitario que ofrece la empresa y A LA QUE NADIE HACE NI PUTO CASO.
Fíjense en que el valor de un espacio publicitario es que lo ven X personas al día. Gracias a una página en El País, yo puedo llegar potencialmente a unos dos millones de personas, y por tener ese privilegio pago un dineral. Si pongo una valla en el Metro llego potencialmente a todos los que pasen por esa línea en algún momento del día. Qué mejor manera de demostrarlo que poner un andén en el que espera apenas una decena de personas que no están mirando en absoluto las vallas de publicidad.
Anda que...
No digo yo que haya que mostrar a doscientas personas mirando embobadas la publicidad, pero qué mínimo que alguien demuestre interés por el anuncio, ¿no?
Un error de bulto que sin embargo los chicos de Publimedia no comenten en otros sitios: tienen un Flickr con fotos de sus productos (sus espacios publicitarios) y ahí están más espabilaos:
Eso es. Tampoco es que haya mucha gente, pero bueno. Al menos hay unos señores a punto de perder su vuelo porque están mirando atentamente la valla triangular de Movistar. Así sí.
¿Cómo? ¿Que no están mirando la valla sino los paneles de información? Qué sabréis vosotros de las metáforas publicitarias...
Tengo una pesadilla recurrente. Es así:
Son las tres y cuarto de la mañana. He estado tomándome unos cacharros y estoy borracho. Así que paro un taxi. El taxista me pregunta:
Molaría que secreto fuera adjetivo y estadístico sustantivo. Un estadístico que, oculto tras un antifaz, protege durante la noche la información como un vengador justiciero. En plan Batman, pero con sellos de caucho en lugar de batexplosivos.
Yo, ya lo saben ustedes, soy redactor publicitario. Como Don Draper, sí. Igual, chicas. Sí. Eso es.
A ver, sin atropellarnos, que hay para todas.
El caso. Uno de los trabajos característicos del redactor (aka copy, lo digo por si se me escapa en algún momento) es crear lo que técnicamente llamamos "cierre", que también se dice en plan chulo así: "claim". Es lo que viene a ser el eslogan, para entendernos (aunque en realidad no es exactamente lo mismo, pero en fin).
Yo, que no se enteren mis jefes, siempre he odiado pensar en cierres, que además se me dan fatal. Me aburre, no tengo talento para esa frase feliz que es resumen de lo que quiere decir de sí misma la marca al mundo. Por ejemplo: Pascual, la calidad nuestra razón de ser. O Coca-Cola, la chispa de la vida.
Por eso me jode cuando veo muestras brillantes de cierres. Como este que, la verdad, te hace pensar:
El futuro en jaulas es nuestro presente. Que digo yo que quizá haya un juego de palabras (somos muy aficionados los redactores a los juegos de palabrasas) y Presente equivale también a regalo. Te regalamos el futuro en jaulas.
O a lo mejor es más en plan Neutrex, han venido del futuro con la tecnología para jaulas. Es un poco como si instalaran jaulas salidas de Fortaleza Infernal. O de Escape de Absolom. Uno se imagina a un conejo en el papel de Christopher Lambert o el de Ray Liotta, tratando de escapar de las jaulas estas. Ahora que lo pienso, si los personajes de Lambert o Liotta hubieran sido conejos, las películas habrian sido mejores. Pero no nos desviemos.
No sé muy bien para qué quiere una empresa de jaulas un cierre (yo además creo que los cierres están sobrevalorados), y si hay muchas diferencias entre las jaulas del pasado, las del presente y las del futuro, o si hay muchas competencias entre las empresas que fabrican jaulas. Ah, la ignorancia inmensa que me da posibilidades de ser algún día tertuliano.
Tenemos en la foto de antes otro buen ejemplo de cierre de los que me dan rabia: Productos MiDetergente, la compra inteligente. Las rimas también nos gustan mucho a los creativos. Yo nunca he hecho un cierre con rima, es un poco como de otro tiempo, en concreto de los 80 (tampoco he hecho nunca un jingle, aunque sí un anuncio de Antes y Después). Aunque siguen haciéndose, claro. Mi amiga Fátima, por ejemplo, me habla a menudo de los Tresillos Rivadulla, la decisión es suya. Fetiches que tiene ella y que le gusta compartir con los demás (aprovechen ustedes la zona de comentarios para proponer otras rimas o inventarse algunas nuevas).
No es fácil, no, pensar en cierres memorables. Cuando se encuentran te corre un escalofrío por el cuerpo:
Colombia, un país que está prácticamente en guerra civil contra el narcotráfico, y cuyo máximo freno turístico es la violencia, habla de que el riesgo es querer quedarse en el país. Brillante. Muchas veces los creativos decimos que tal o cuál anunciante debería ser valiente, correr riesgos. A fe que el de Colombia lo ha hecho.
La gente sabe que en el Cerdo Agridulce encuentra la respuesta a todos sus problemas. Hay quien busca jobensitas desnudas, como ya hemos hablado alguna vez. Hay quien tiene otras preocupaciones:
A nosotros también. Por eso ponemos esta foto, para compensar. Y porque el cliente manda. De nada.
Nosotros ya éramos de GTs antes de que se pusiesen de moda, ojo. Lo digo igual que el que dice que conoció a Arcade Fire antes de que vendieran millones de discos, con aspecto grave y circunspecto, y un poco de rabia porque ahora todo el mundo parece que sabe cómo hacer el GT a la moda. ¿Os acordáis de cuando era de connoiseur pedir una Bombay Saphire? Ahora la pides y ya eres el cutre de la manada. Vamos. Con la de Larios y Gordon's (y Lirios) que nos hemos tirado por la espalda y nos ponemos finos ahora.
Ahora es muy fácil haber probado todo tipo de ginebras, y hasta coleccionarlas (yo tengo 18 distintas en casa; que es como si dijera que tengo una maqueta que hizo Arcade Fire), lo cual hace más difícil epatar a los amigos con nuestro conocimiento de las tendencias.
Por eso para impresionar a mis amigotes yo siempre pido esta ginebra, que marca la diferencia:
La marca ya está muerta y enterrada, pero me pregunto si sería rentable comprar el nombre y volver a lanzarla. Y decir que su perfect serve es con media docena de escamas de trucha, por ejemplo, que le dan al GT de Fockinck su característico aroma a río.
Soy feliz imaginando contextos que hayan llevado a escribir en una pared cosas como esta:
1. Tu novio es tan chungo que prefiero endrogarme a quedarme con él. Consejo: haz lo mismo.
2. El sexo con un caballo es mejor que con tu novio, por muy grande que diga él que la tiene. Te lo digo yo que sé de esto.
Leo en El País que en Nueva York la gente se dedica a escribir cosas en los anuncios de Mad Men. A mí eso no me impresiona mucho porque aquí lo venimos haciendo desde hace tiempo. Más de un tiempo a esta parte, es cierto. Ahora la gente se indigna con algo y corre a poner su colérica opinión en las vallas publicitarias. Verbigracia:
MENTIRA Y GORDA, dice este señor, enfadado como si volviera a tener 10 años y descubriera que le acusan de birlar un bocata de choped a un compañero de clase. Fíjense ustedes que su indignación no impide un hermoso requiebro del lenguaje al escribir t'o, al mismo tiempo vulgarismo, puntillismo por querer poner una tilde (que en realidad no debería llevar) y vanguardismo (con la tilde entre consonante y vocal, truco medio klingon).
Sobre lo de que su ira no le permita decir una grosería completa, en la última línea, ya nos extenderemos otro día. Aquí siempre hemos sido muy fanes de la gente que decía: "Eres una pu y lo que sigue!".
Ya os digo yo que sí, no os molesteis en contestar. Pero fingid que no sabéis nada cuando lleguen las negritas y las cursivas.
¿No os resultaba raro que durante tantos años de carrera nunca hubiesen coincidido en una película? ¿No es sospechoso que uno se llamara Nicholas C. y la otra Nicole K.? ¿Que Nicholas hiciera películas llamadas En tiempo de brujas y El aprendiz de brujo y Nicole películas como Embrujada y La brújula dorada? ¿Que el apodo de los dos sea Nic (lo dice Imdb, yo ahí no me invento nada)? ¿Es casualidad que Nicholas diga llamarse en realidad Nicholas Kim? (Nicholas Kim-man, apunto con mi dedo inquisitorio) ¿Que los dos tengan delante del nombre un Ganador del Óscar TM?
¿No es ALTAMENTE SOSPECHOSO que llevándose oficialmente sólo tres años él parezca tener veinte más? ¿No es el maquillaje extremo para parecer más viejo la única solución posible? ¡Como Robin Williams en la Señora Doubtfire! ¿Y por qué? ¡Para ocultar lo que es obvio! ¡Que son la misma persona!
Fijaos esos ojos vacíos, esos labios operados de la misma manera, esas caras inexpresivas. El pelo lacio y sin vida. ESAS FRENTES. Que aquí en la foto lo han cortado porque ya eran demasiadas pistas, pero todos recordamos la frente de Nicholas.
Aquí siempre hemos sido mucho de este matrimonio, sobre todo de parte de la novia, claro, y nos entristece que se separen. Porque no somos celosos y nos gustaba que dos personas tan fogosas elevaran la sexualidad de este planeta. Recordemos dos clásicos del Cerdo agridulce (de cuando escribíamos):
Estamos a la espera de encontrar una nueva pareja que nos sirva de inspiración. Y que Heidi encuentre pronto un nuevo amor,q ue no soportamos verla tan triste: