viernes, mayo 05, 2006

La palabra más hermosa es Galerada


Ya sabrán ustedes, pero si no lo saben estoy yo para informarles, que en la Escuela de Escritores se estaba eligiendo la palabra más bonita del castellano. Tras la correspondiente votación ha ganado amor, supongo que por una cuestión más conceptual que de eufonía. Anda que... Es lo malo de dejar votar a cualquiera, que luego sale lo que sale.

Porque si hubieran votado solo los escritores primerizos estoy seguro de que hubiera ganado Galerada. Que es lo que tienen ustedes a la derecha. O a la izquierda, no sé (Pues no: ha salido arriba. ¿Hay algún informático en la sala?). O sea, la impresión que se hace para corregir errores justo antes de enviar a imprenta. Un momento muy emocionante porque a la vuelta de la esquina está esperando el libro.

Mientras escribes un libro lo corriges muchas veces. Escribes y corriges sobre la marcha. Terminas el borrador y lo corriges. Escribes la segunda versión y la corriges. Pasas el manuscrito a tus amigotes para que te digan lo que les parece y mientras se lo leen tú sigues corrigiendo. Te cuenta qué les parece y corriges. Y cambias cosas y vuelves a leértelo y todo te parece horrible, así que corriges de nuevo. Ya lo decía García Márquez: "Publico para dejar de corregir".

Y cuando ya has corregido unas cuatrocientas veces, y has ganado un premio y te van a publicar, te envían las galeradas de tu libro. 347 páginas. Que se dice pronto. Que tienes que corregir, y esta vez en serio, porque no hay más oportunidades: tal y como quede así saldrá el libro.

Te pones a leerte otra vez el mamotreto -que te conoces casi de memoria- y al mismo tiempo vas apuntando lo que está mal -es desesperante la cantidad de erratas que sobreviven en un texto, no importa las veces que lo hayas repasado- y haciendo cambios de última hora. Y te crece una especie de negra angustia en la boca del estómago. ¿Estará bien la novela?


Recreación dramática

Pues, apartando la falsa molestia, creo que sí. Mientras leía una vez más Me llaman Fuco Lois -ya queda menos para que podáis hacerme rico comprándola- me he divertido. El comienzo no, las primeras veinte páginas me parecen un poco vacilantes y las habría cambiado por completo, pero Rebeca me ha insitido en que estaban muy bien como estaban, y yo la creo. Luego la novela crece, se hace más viva, más entretenida, trepidante -mira, una palabra más bonita que amor-, mucho más divertida. He vuelto a reírme con las aventuras de Miranda, la protagonista, me han sorprendido de nuevo algunas frases suyas tan bordes -es curioso cómo algunos personajes tienen vida propia; tanta que no recuerdas haber escrito algunas cosas, como si se hubieran compuesto ellas solas-, y me ha fascinado el personaje que da título a la novela, Fuco Lois, un hombre enigmático y magnético -doctor, me ha poseído Cabrera Infante-. Y basta de tirarme flores por hoy. Podéis tomar el relevo vosotros.

He entregado ya las galeradas -no he hecho muchos cambios, una docena de erratas y ligero abrillantado de la superficie- y solo me queda esperar a que salga el libro. Alea iacta est, y todo eso. Fue duro escribir la novela, y más corregirla. Pero también me lo he pasado como un enano, así que que me quiten lo bailao.

4 comentarios:

tirkha/MAP/Miguel Angel dijo...

haberlos (los informáticos) hailos, pero lo ven bien (a la derecha, concretamente).
respecto al libro podría decir mil cosas maravillosas sobre lo bien que escribes y todo eso, pero como no me lo has dejado leer....

por cierto, lo de los personajes con vida propia me a recordado a los juegos de rol. Nunca fui capaz de decidir lo que debía hacer Tirkha, siempre hacía lo que a él le parecía bien.

Anónimo dijo...

Que está muy bien, que la novela está muy bien... y nuestra hipoteca muy mal. Comprad, comprad.

Anónimo dijo...

Empieza la cuenta atrás...

Mwahaha.

Me compraré uno y regalé ejemplares a mis conocidos, ¡Palomares al estrellato!

Ricardito ëmore dijo...

Pues nada, que mucha suerte. Lo digo más que nada por que la imprenta no cometa ninguna “imprentada”, después de que hayas corregido por activa y por pasiva la novelita, puesto que la calidad ya está reconocida. ¡Pobre Rebeca, lo que habrá tenido que aguantar de nervios estos días! A mí me pasa lo mismo cuando mandamos un artículo y vemos que la maravillosa foto que habíamos mandado de miscroscopía la han reducido tanto que no se aprecia nada de nada, o cuando han cambiado ciertas frases y eso que lo habíamos dejado en las galeradas bien clarito. Eso sí, mira que criticamos bien luego a la competencia, a saco: “estos holandeses no tienen ni idea de escribir, que si esto no esta claro, bla bla bla”. Bueno, lo dicho, a esperar la encuadernación. ¿Estarás en la feria del libro firmando? Si te das la paliza, puedes hacerte unos carteles publicitarios (Vaya, el círculo se cierra!) sobre Fuco… que despierten la curiosidad a los lectores que pasen por el Retiro y les vayan preparando :D

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