martes, enero 16, 2007

Aprende con los libros

Hay libros infantiles prácticamente para todo lo que te imagines. En una sociedad en la que los padres se sienten cada vez más indefensos y más culpables, existen cientos de libros infantiles que ayudan a proporcionar una buena educación a los críos. Hay cuentos que explican a los niños por qué ya no van a ver más al abuelo, libros que explican que papá y mamá van a tener otro niño, libros que explican que no hay que coger caramelos del suelo y que hay que recoger la habitación. Toda ayuda es poca. Hay también libros para superar ese delicado momento en que los padres deciden quitarle el pañal a su hijo y enseñarle a usar el váter:

¡Tengo pis!, de Mo Willems. Es un libro prodigioso que no sólo le enseña a tu hijo cómo hacer pis, sino que le habla de la guerra de sexos. Sí, fijaos en la cara de satisfacción de la niña mientras el pobre chaval se retuerce de sufrimiento. La tía no tiene ninguna prisa. Ella ya está en el inodoro (qué palabra más fea), y él a aguantar. Que se joda. O puede que se haya producido una lucha y él niño se esté quejando por un dolor insoportable.

En fin, el libro explica muy bien el proceso: "Cuando tengas esa rara sensación, no temas, hazle caso. Avisas a papá. Vas hacia el baño. Entras en el baño."

Y te lo encuentras lleno de ratones. Vaya baño, por cierto. Tamaño Palacio de la Zarzuela. Zoom:


Sí, no nos habíamos equivocado. Lleno de ratones que campan a sus anchas. Hay hasta ratones turistas.

Y claro, el niño está acojonado. Que diréis que no tiene cara de miedo, pero eso es porque le ha dado una parálisis facial de puro pánico. Si le pinchan no le sacan un coágulo, que dicen los clásicos. Yo soy ese niño y os digo que no vuelvo a pisar un cuarto de baño en toda mi vida.

23 comentarios:

Pedro dijo...

Vaya, desconocía este nuevo género literario que, estoy seguro, dará obras gloriosas al arte en los años venideros.

De hecho, "¡Tengo pis!" se puede considerar desde ya un clásico instantáneo.

Era necesaria savia nueva, porque los libros de autoayuda ya empezaban a flojear en calidad e intenciones.

Jaime dijo...

En fin... Er... Tengo que decirlo... ¿Hay segunda parte? O sea, ¿un... Er... "Tengo caca"?

Jaime dijo...

(Sí, el chiste era malo, malo. Pero no lo he podido evitar. Pido disculpas a todos los telespectadores.)

Luisru dijo...

Es como los cuentos de hadas, que se supone estimulan la imaginación, pero te dejan más tramatizado que la muerte de tu hamster: Bella conviviendo con Bestia impúdicamente; las hermanastras de Cenicienta cortándose cachos de pie; la bruja envenenando a Blancanieves; el pobre lobo de Caperucita ahogado...

Anónimo dijo...

Sabía que hay algo en el baño que no me cuadra. En un principio creía que eran los ratones, pero no... es la forma en la que está puesto el papel higiénico. Si entro ahí, lo cambio de posición (la hoja cayendo por delante, como debe ser).

Carmona Dixit.

Rebeca Rus dijo...

Tengo pis de Mo Willems está a la altura de Tus Zonas Erróneas de Dyer y otros más, por lo menos, por lo menos. De hecho, creo que es bastante superior, al menos, moralmente. En casa tenemos otro libro sobre el tema que se llama El Libro de los Culitos. Ejem, no digo más.

Anónimo dijo...

Vale, en el cuento original (no la versión que publicaron los Grimm), no hay leñador que salve a caperucita.
Se acuesta con la supuesta abuela para compartir calor, y el lobo se la come.
Pero el autor añade:
Esto ocurre a la niñas díscolas, porque los peores lobos son los que van de buenos...

¿Es que no os habéis dado cuenta? ¡LO QUE QUIEREN LOS CUENTOS ES JUSTAMENTE ESO, ENSEÑAR TRAUMATIZANDO!

Cayetana Altovoltaje dijo...

Jaime,
Para popó está el mítico "Everyone poops"de Taro Gomi, del que no conozco versión en español, aunque probablemente la haya, porque fue un súperventas. No sabes la rabia que me da que se lo haya quedado mi ex. Shit!

Cayetana Altovoltaje dijo...

¡¡Oooh he puesto mi primer enlace dentro de un comentario!! Qué ilu. Palomares, profe, ahora mejplica cómo se hace lo de las negritas, plis.

Cayetana Altovoltaje dijo...

Je je hay otro sobre pedos, ¡¡yiiiii!! Estos japos son lo mejor. "The gas we pass", de Shinta CHo.

Palomares dijo...

Hay secuela de Mo Willems, pero no tiene nada que ver con las aguas mayores. Se llama, traducción, libre, Se dice por favor.

De pedos hay uno maravilloso de David Roberts que se llama Puf, ¿has sido tú, Tino?


Y hay uno alemán que se llama El topo que quería saber quién se había hecho aquello en su cabeza
, en el que un pobre topo busca al culpable que se ha cagado en su cabeza, resultando el cuento en un amplio catálogo de tipos de excrementos.

Palomares dijo...

Carmona, te entiendo, esa posición del papel es antinatural, pero has de saber que muchos degenerados defienden esa aberración como la forma lógica de poner el papel higiénico. Que Dios les perdone.


Respecto al significado oculto de los cuentos, es cierto, tenían al principio un objetivo educativo: no se debe ir sola al bosque, has de hacer caso a tu madre, hay que portarse bien, etcétera. En las versiones clásicas, con funestas consecuencias y actos de una crueldad extrema. Ahora el leñador convence al lobo de que no se coma a Caperucita y terminan comiéndose los cuatro la merienda.

Ricardito ëmore dijo...

jajajaja!! ??!!Sera verdad ahora que los cuatro se comen la merienda de la abuela??!!

Nada, si al final, en unos años acabara como el chiste ese de :

LOBO:" ...a donde vas, Caperucita?"
KA-PERUZITA: "A lavarme el c..o al rio"

sin moraleja ni nada.

Anónimo dijo...

Bueno, a mi hija le encanta el del topo al que se le hiceron de cuerpo (qué expresión de mi bisabuela más increíble) encima. No para de leerlo y le encanta identificar las cacas de los animales, seguro que acabará siendo naturalista o paleontóloga, como la señora esa de los coprolitos de dinosaurio, la habéis visto?

Jo cayetana, qué suerte, yo le dije que no sabía hacer enlaces y me dijo que era muy fácil, pero no me enseñó como, sñifff

Palomares dijo...

Hay que ver lo que son los celos.

Sé que va a parecer escaqueo, pero cada vez que tengo que poner un link en un comentario lo que hago es buscar link html en google, pincho el primer resultado, localizo esta frase: < A href="capitulo2.html">capítulo dos< / A> que en realidad va sin algunos espacios, y sustituyo lo entrecomillado por la dirección y capítulo dos por el texto que quiero que sea el enlace.

Respecto a las negritas, se escribe < b> (sin el espacio), se escribe lo que sea y se cierra el tag así: < /b> (de nuevo sin el espacio).

Anónimo dijo...

inciso en el html:
¿recordáis la versión de Caperucita de Barragán?
"-¿Si te doy un caramelo me das una churrupailla?"
Seguro que no ha aparecido en la antología de los 50 años de TV.
Y vaya si debiera estar.
Dadle, volved al html.

Cayetana Altovoltaje dijo...

Hay quien dice que el verdadero significado oculto de "caperucita" tiene que ver con la pubertad, la menstruación, y la aparición de "depredadores" sexuales que ponen en peligro la virtud de las muchachitas. Pero vamos que Freud, al lado de Barragán, un alma cándida.

Palomares dijo...

Sí, de ahí el color rojo de la caperuza.
Jung escribió un libro sobre el significado simbólico de los cuentos, me parece, pero nunca lo he leído.
En realidad no estoy seguro de si fue Jung.

Cayetana Altovoltaje dijo...

Vladimir Propp llegó a la conclusión de que todos los cuentos tradicionales siguen la misma estructura. Así me lo aprendí yo.

Luisru dijo...

¿Lo del significado de los cuentos no lo escribió
< A href="es.wikipedia.org/wiki/Tzvetan_Todorov">Todorov< / A>?

Luisru dijo...

Pues a mí no me sale lo del enlace. Vaya.

Palomares dijo...

Para que salga el enlace tienes que quitar el espacio entre < y la A, y los espacios entre < y / y la A.

Propp habla de la estructura del cuento de hadas: siempre hay un héroe, un antagonista, una princesa, un obstáculo, un objeto mágico. Así en todas las culturas el cuento es básicamente el mismo.

Anónimo dijo...

El Propp fue muy creativo: hoy su mérito no lo parece tanto, pero en su momento fue capaz de dar un salto de tipo lógico, y en lugar de organizar los cuentos por sus elementos, lo hizo por su estructura.
Eso ya se hacía en ciencias clásicas, pero nunca en un arte, salvo quizás en el teatro.
El tipo fue, escribió "La estructura..." y hoy nos parece de lo más normal.

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