Verán ustedes, en realidad es muy poco probable que los generales se presenten voluntarios a misiones suicidas. Quizá por el adjetivo, suicida, que les echa para atrás. Los generales son así, prudentes hasta la cobardía. Por eso han llegado a generales. El caso es que siempre que se pide un voluntario sale el pringao del batallón. O le empujan los compañeros.
El recluta Patoso, vamos.
Enfrentarse a Gallardón por el Ayuntamiento de Madrid es una misión suicida, así de claro. Y no sólo porque el PP tenga en Madrid una sólida posición (coño, que es que ganaba Álvarez del Manzano. ¡Álvarez del Manzano! ¡El que cantaba villancicos!). Es que además el tío es listo y tiene tirón y no asusta a los de izquierdas. En las elecciones anteriores tuvo un debate con Trinidad Jiménez y la despedazó sin despeinarse.
Y claro, ningún pez gordo del PSOE ha querido presentarse. Anda que no han barajado nombres: Bono, Solana, Felipe, De la Vega, etcétera. Y todos escurrían el bulto. Menos Bono, que primero escurrió el bulto y luego dijo eso de “a mí no me amarga un dulce, que me lo pidan”, guiño, guiño, y los del PSOE se entusiasmaron, ah, pues se lo pedimos, y entonces Bono dijo: “Aquí ha habido un malentendido; no era un guiño, sino que se me había metido algo en el ojo”. Y vuelta a empezar.
Hasta que han decidido que lo mejor era presentar a un tipo desconocido que pasaba por allí. Miguel Sebastián. Pero que es madrileño, ¿eh?, que es gato, dicen como si eso fuera un mérito: una de las pocas ciudades del mundo donde casi nadie es de aquí. Y donde a nadie le importa.
Miguel Sebastián. En
El País han tenido que recurrir a una entrevista de hace tres años para poder ofrecer algo de él. En el 20 minutos han recurrido a sus exalumnos (era majo y tal, a mí me aprobó). En
nuestro diario favorito han pasado de líos y se han hecho su propia portada imaginativa:
Insisto: portada del diario gratuito Qué! Es que no me imagino la conexión mental
que lleva a una persona a hacer esto y a un jefe a aprobarlo.
Luego los del PSOE han cerrado filas, han dicho que van a ganar, que el tío está preparado, que era el mejor candidato posible, que patatín, patatán, pero al hombre es que no se le va la cara de
si lo sé no vengo (pinchad el enlace, córcholis, que me lo estoy currando). Porque el tío tampoco parece que tenga mucha cintura o esa palabra tan bonita, carisma. “Aznar tampoco tenía carisma, Zapatero no tenía carisma”. Coño, ya lo sé, pero Aznar estuvo seis años dándose a conocer y martilleando (Váyase váyase váyase váyase váyase) y Zapatero tuvo otros tres para depilarse las cejas y probar distintos tipos de peinado. Miguel Sebastián tiene unos meses y, repito, se enfrenta a Gallardón, que va a fregar el suelo de la M30 con él.
¿Entonces? ¿Por qué han elegido a Sebastián? Veamos un extracto de la información de El País:
La decisión fue tomada anoche en una reunión en la que participaron el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el secretario de organización del PSOE, José Blanco, el presidente de la Federación Socialista Madrileña, Rafael Simancas, y el propio Sebastián.
En
El sabor del cerdo agridulce hemos tenido acceso a una grabación de esa reunión (chúpate esa,
Escolar) y os la ofrecemos en exclusiva. Tras la opípara cena, los cuatro están fumándose sus puros y tomando unos orujos (“A mí en copa de balón con dos piedras”).
-Bueno, ¿y qué hacemos con lo de Madrid?
-Pues verás, José Luis, he hecho un sondeo y me sale que ganamos a Gallardón si presentamos un candidato concreto. Es una apuesta audaz.
-Déjame que adivine, Pepiño: el propio Gallardón.
-No, ese chiste ya lo han hecho en otros blogs. Todos los sondeos indican que ganaremos si presentamos a
Tierno Galván.
-¿Tierno Galván?
-Sí. Tiene carisma, tiene experiencia, es conocido. Es perfecto.
-Pero Tierno está muerto.
-Bueno, ya te he dicho que es una apuesta audaz.
-No sé, no sé.
Hay un silencio. Luego Simancas intenta pedir otra ronda de orujos, pero el camarero no le hace caso, finge que no le ve. Sebastián también lo intenta, pero nada. Al final Zapatero pide otra ronda.
-¿Y qué habría, que resucitarle?
-Claro. Ya lo hicimos con
Morán. Ah, no, espera, que Morán no estaba muerto, sólo lo parecía.
-No sé, Pepe, no me convence. Ese tío era muy raro.
Quedan en silencio. Apuran sus copas. Le dan vueltas al asunto, piensan que el pacharán está mucho mejor que el orujo. Piden unos pacharanes.
-¿Y por qué no te presentas tú, Zapa?
-Sí, hombre para perder. Preséntate tú.
-Sí, hombre.
Miguel Sebastián aprovecha para ir al baño. Zapatero le ve irse. De pronto Pepe Blanco, que acaba de tirar una copa y ha puesto perdido el mantel, dice:
-¿A que no hay huevos de presentar a éste a candidato?
-¿A quién?
-Al Sebastián.
-No jodas que ha venido, si no le he visto.
-Está en el baño. ¿A que no hay huevos de presentarle de candidato?
-¿Que no?
-No hay huevos.
Vuelve Miguel Sebastián. Se ha dejado la bragueta abierta, pero no se lo dicen.
-Oye, Miguel, qué te iba yo a decir… Tómate un pacharán, que tenemos que contarte una cosa que se le ha ocurrido a este.
-Yo es que el pacharán...
-Es una orden.
Y el resto es historia.